Fuente: http://loquesomos.org/la-rata/Jesús Gómez Gutiérrez
Jesús Gómez Gutiérrez*. LQS. Marzo 2020
Por desgracia para el sistema, que anda corto de cabezas de turco, mi madera de héroe se limita a un puñado de virutas que no dan para leña…
Madrid, ciudad cerrada (V)
Corre a la derecha, apretándose contra la pared de un café de la Glorieta de Bilbao. Huye de mí, consciente de que los seres humanos no les tienen afecto. Yo tampoco puedo decir que se lo tenga, aunque vi tantas en mi desaparecido barrio y me he cruzado con tantas desde entonces que ni me van ni me vienen. Pero su presencia está lejos de ser normal. El sol todavía no se ha ocultado al final de los bulevares, donde el cielo del Oeste interpreta una de esas funciones que dan fama a Madrid. No es su hora. No lo es nunca o, al menos, no lo era. No aquí, nación de fachadas, aceras y asfalto cuya opulencia aparente oculta pobrezas interiores y vende espejismos: manzanas enteras de pisos vacíos, sedes de empresas fantasma y mansiones que sus adinerados dueños sólo pisan de higos a brevas, cuando vuelven de Levante, Andalucía o las Baleares para sentirse metropolitanos.