América Latina en Resistencia: Black Lives Matter

Fuente: https://www.investigaction.net/es/america-latina-en-resistencia-black-lives-matter/           /                      25 Jun 2020

      Editorial: Terremoto racial en EEUU

      Nota: de manera excepcional, ponemos la mirada hacia el norte en esta edición para analizar las protestas masivas en EEUU.

      “¡No puedo respirar!”. Esto suplicó George Floyd al policía Derek Chauvin que durante demasiados minutos se apoyó con la rodilla en su cuello, hasta matarlo. El asesinato de un hombre negro a manos de la policía podría haber sido apenas un incidente como cientos de otros. Pero terminó siendo la chispa que incendió la pradera.

      Las protestas masivas iniciaron inmediatamente en Minneapolis, donde tuvo lugar el asesinato de Floyd. Desafiando la respuesta de “mano dura”, los manifestantes conquistaron un momento simbólico al tomar, y quemar, la estación de policía en la que trabajaba Chauvin. 

      En pocos días  las manifestaciones se extendieron a todas las principales ciudades norteamericanas. Siglos de opresión racista explotaron en las calles, poniendo en jaque al aparato opresor de la más grande potencia capitalista del mundo. Las palabras de Malcolm X seguían vigentes tras 50 años

      «Hace 100 años los blancos americanos se ponían una capucha blanca y utilizaban perros de caza contra los negros. Hoy cambiaron la capucha por el uniforme policial y los perros de caza por perros policiales, y siguen haciendo lo mismo.»

      El terremoto que las protestas provocaron en el establishment no fue nada despreciable. Desde luego por el escenario impensable de las calles de Washington DC ardiendo, manifestantes a pocas decenas de metros de la Casa Blanca, y el presidente Trump “resguardado” en un búnker.

      La respuesta de Trump fue predecible, acusando a los alcaldes y gobernadores de no tener orden en sus casas, movilizando la guardia nacional y hasta el ejército en la capital. El actual ocupante de la Casa Blanca parecía tener el camino libre para la reelección. Pero la llegada de la pandemia, por la catástrofe que ha sido en EEUU y por los impactos en la economía, y ahora las protestas masivas contra la violencia policial, hacen su misión mucho más complicada.

      Sin embargo, la situación tampoco ha sido sencilla para sus rivales del Partido Demócrata. Los demócratas históricamente han sido tan racistas como sus colegas republicanos, aunque de forma más sofisticada. De forma que el instinto de ganar “puntos políticos” contra Trump apareció inmediatamente.

      Al mismo tiempo, los demócratas entienden que las amenazas al status quo tienen que ser neutralizadas. No sólo eso, sino que muchos alcaldes y gobernadores que han desplegado sus fuerzas represivas contra los manifestantes son demócratas.

      Para figuras como Nancy Pelosi (líder demócrata en el Congreso) y Joe Biden (candidato presidencial) es imposible plantear más que reformas policiales mínimas, y sus posiciones quedaron claras cuando empezaron los inevitables saqueos y violencia. Aquí otra cita con más de 50 años luce relevante, esta vez de Stokely Carmichael

      “Martin Luther King defiende que la no-violencia traerá avances al pueblo negro. Su tesis es que si eres no violento, si sufres, tu adversario verá tu sufrimiento y cambiará su actitud. Eso es muy bonito. Pero King partió de una suposición falaz. Para que la no-violencia funcione, tu adversario tiene que tener una conciencia. Los EEUU no la tienen…”

      El camino de los demócratas hasta noviembre es entonces simular que apoyan a los manifestantes y esperar por los errores de Trump. En cambio, la tarea para el movimiento que tomó las calles de EEUU es mucho más complejo.

      Aunque el asesinato de Floyd y la violencia policial (racista) hayan sido la chispa, los problemas son mucho más estructurales y profundos. Grandes sectores de la sociedad norteamericana, y la gran mayoría de las minorías, vive en una situación económica sumamente precaria. La crisis del Covid-19 expuso, además de las desigualdades en el acceso a la salud, como millones estaban a solo uno o dos pagos de no tener cómo comprar comida o pagar el alquiler.

      Las protestas no serán sostenibles sin un programa político más amplio, pero no dejan de ser un importante paso hacia adelante. Para muchos es el primer ejercicio de confrontar un sistema brutal de explotación y hacerlo temblar. Esta ola, como la anterior que generó el movimiento Black Lives Matter, es un impulso para la organizar en aras de generar cambios reales.

      Y he aquí el otro desafío. La tendencia del sistema, y esto lo hacen mejor los demócratas, es cooptar cualquier amenaza, creando la ilusión que el sistema puede ser cambiado desde adentro. Todos los terrenos de batalla son para ser disputados, pero un monstruo no se va a destruir a sí mismo. El camino es largo todavía.

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