La Oficina de la Presidencia, donde se diseñan y operan las políticas del Kremlin, hizo posible que el oficialista Rusia Unida, que no supera 30 por ciento de popularidad incluso en las encuestas encargadas por las autoridades, cuente de nuevo con mayoría calificada de dos tercios de los diputados –24 escaños más de los 300 requeridos– en la renovada composición de la Duma.
De este modo, la cámara baja del Parlamento federal volverá a ser, según la definió Boris Gryzlov cuando era su presidente, un sitio donde no se debate
o, si se prefiere, una desbocada máquina para aprobar leyes
, elaboradas por y para el Ejecutivo, como la denominan los opositores.
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