Fuente: https://kaleidoskopiodegabalaui.com/2020/03/08/una-epidemia-que-asusta/
Me acabó de despertar. Cojo el móvil, abro el navegador y empiezo a leer las noticias del día. El coronavirus está en todas partes. Entro en la página de El País y ni rastro. Pienso, ingenuamente, que no es posible. Ni una sola noticia sobre el mayor atentado a los derechos humanos en las fronteras y territorio europeo. Durante esta semana, lo que es una violación constante de derechos fundamentales, sufrió un pico de intensidad con las agresiones en frontera de policías griegos y la indiferencia de los policías turcos, a los cuales nada les importa la vida de las miles de personas que buscan refugio de las guerras, provocadas y mantenidas por los mismos países en los que aspiran ser acogidos. Qué ironía. Buscamos protección en aquellos que nos agreden. Este es uno de los efectos más paradójicos de la violencia sistémica.