Fuente: https://kaleidoskopiodegabalaui.com/2020/03/15/redes-que-tumban-sistemas/
Ya estamos recluidas. Ha tenido que venir un virus para que dejemos de consumir frenéticamente y se empiece a reducir la contaminación y el ruido en las ciudades. Será algo temporal pero, probablemente, una alta proporción de la población está experimentando en estos momentos la sensación de no poder satisfacer sus deseos inmediatamente. Las situaciones de excepción son en muchos casos oportunidades de experimentar la realidad de otra manera y de relacionarnos bajo parámetros diferentes. La servidumbre en el trabajo nos obliga a reducir las interacciones con las personas de nuestro entorno a la mínima expresión. No tenemos tiempo para pararnos porque la maquinaria nos empuja a estar en continuo movimiento. Llegamos demasiado cansadas como para escuchar, hablar y disfrutar de la compañía de otras. Ahora, de repente, nos encontramos con la oportunidad de reconocernos de nuevo.