Fuente: La Jornada/Juan Carlos Monedero* 30.05.2020
Los tres últimos años de Franco estuvieron acompañados de sus enfermedades, sus esperanzas y sus miedos, de la ejecución de su sucesor, Carrero Blanco, en un atentado de ETA, de las sustituciones en la jefatura del Estado por el entonces príncipe Juan Carlos, de los estados de excepción que aumentaban la represión y la impunidad policial, de los sesenta demócratas asesinados por los grupos fascistas y los cuerpos policiales, que muchas veces eran lo mismo.