Fuente: Iniciativa Debate/Jaime Richart
Aunque la idiosincrasia de las sociedades es muy variada, tan variada como sociedades y culturas, lo cierto es que la sociedad occidental y especialmente la española (pese a que la globalización barre el imaginario, las ideas y los rasgos nacionales, debilitando costumbres en favor de las anglosajonas), funciona más a golpe de refranes, de dichos populares, de proverbios y de pautas comunes que de leyes. Incluso principios no escritos como “todo lo que no está prohibido (por las leyes), está permitido”, o “no todo lo que no está prohibido está permitido (por la moral)” forman parte del acervo que orienta muchas veces a una persona ante una situación más o menos delicada.