Fuente: La Jornada Juan Pablo Duch Miércoles 29 de junio de 2022, p. 24
Moscú. Rusia va a confirmar, en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que inició ayer en Madrid, que las tropas de la alianza noratlántica estarán cada vez más cerca de sus fronteras, exactamente lo que quería evitar al lanzar su campaña militar en Ucrania. La expansión de la OTAN hacia el Este continúa: Turquía, tras obtener alguna concesión importante de Estados Unidos y promesas de los países escandinavos afectados, cedió este martes y levantó su veto al ingreso de Finlandia y Suecia, anunció que este miércoles se hará oficial en Madrid, de acuerdo con lo que adelantó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Además, la alianza militar ya tomó la decisión de emplazar, de forma permanente y en estado de alerta, 300 mil soldados, en lugar de los 40 mil que tiene ahora, en las puertas mismas de Rusia.
Ampliación doble –dos nuevos miembros, que duplican las fronteras del bloque con Rusia, y casi 10 veces más soldados al lado–, aunque el procedimiento de ratificación en los 30 integrantes miembros de la alianza noratlántica se llevará un tiempo en el que Turquía puede sacar más beneficios a su buena voluntad de no entorpecer la entrada de los escandinavos.
No extraña, por tanto, que el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, haya afirmado ayer que “la OTAN es un bloque de corte agresivo, que se creó con propósitos de confrontación y, al cumplir las tareas fijadas desde su origen, sigue demostrando su esencia: acercar la infraestructura militar de la OTAN a nuestras fronteras».
Para el Kremlin, esta cumbre de la OTAN, que colgará a Rusia el sambenito de amenaza en el peor lenguaje de la guerra fría, es un paso más hacia un eventual enfrentamiento armado, lo que podría derivar en hecatombe nuclear.
Lo dijo en Bakú, Azerbaiyán, hace cuatro días el canciller Serguei Lavrov, cuando denunció que los países de la UE (Unión Europea) y de la OTAN están preparándose para una guerra con Rusia
y lo reiteró este martes en Asjabad, Turkmenistán: Desde hace mucho, antes de cualquier cumbre de la OTAN, de una u otra manera se declaró enemiga a Rusia
.
De acuerdo con el jefe de la diplomacia rusa, los políticos occi-dentales nos consideran sus enemigos sólo porque no queremos estar de acuerdo con el orden neolibe-ral que Estados Unidos, despuésde someter a todo el mundo occidental sin excepción, pretende imponer a los demás bajo sus propias reglas
.
Y para colmo el reciente incidente con Lituania, que cerró parcialmente el tráfico de mercancías entre el enclave ruso de Kaliningrado y el resto de Rusia –en realidad dentro de un mismo país, aunque la Unión Soviética se quedó como compensación por la agresión de la Alemania hitleriana con la antigua capital de Prusia, Königsberg–, se convirtió en un nuevo factor de tensión que aleja todavía más a Moscú de Bruselas y, si se sale de control, puede devenir una crisis equiparable a la guerra indirecta que libran en Ucrania.
En los últimos días, algunos políticos y legisladores rusos han insinuado una respuesta contundente
a Lituania si no levanta las restricciones, y no faltan quienes, no vale la pena ni mencionarlos, sostienen que estamos ante un casus belli.
Creen que la solución sería ocupar, mediante otra operación militar especial
, los 65 kilómetros de territorio lituano que separan a Kaliningrado de Bielorrusia en el llamado corredor de Suwalki (en honor de la homónima ciudad polaca), pero pasan por alto que se trata de un país miembro de la OTAN y tal vez nadie, en su sano juicio, se atreva aquí a jugar con la posibilidad de provocar un conflicto nuclear.
Lituania, contra las recomendaciones de la Unión Europea aparentemente no quiere levantar la prohibición, lo que algunos analistas rusos califican de intento de demostrar
que es necesario fortalecer con más tropas y armamento el flanco oriental de la alianza noratlántica.
El Kremlin no ha decidido cuál será la respuesta. El asesor presidencial de política exterior, Yuri Ushakov, señaló que se está estudiando
y la portavoz de la cancillería, María Zajarova, afirmó que ésta no será diplomática, sino práctica
.
Mientras se soluciona esta nue-va controversia, Bulgaria anunció este martes que expulsará a alrededor de 70 diplomáticos y empleados de misiones rusas que llevaban a cabo actividades contrarias a los intereses de seguridad
del otrora país aliado.