Trilogía en PdF: Paralelo 42/1919/The big money por…

Fuente: https://elsudamericano.wordpress.com/2020/10/25/usa-trilogia-paralelo-42-1919-the-big-money-por-john-dos-passos/  John Dos Passos                                                                  

USA [trilogía] PARALELO 42 / 1919 / THE BIG MONEY por John Dos Passos

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PRÓLOGO DEL AUTOR A LA EDICIÓN EN UN SOLO VOLUMEN DE USA (1938)

El hombre joven camina deprisa en silencio entre el gentío que se escurre por las calles de la noche; los pies cansados tras horas de caminar; los ojos ávidos de la cordialidad de un intercambio de miradas respondiendo al aletea de unos ojos, al asentimiento de una cabeza, al roce de un hombro, al modo en que se abren y se contraen los puños; la sangre hormiguea de deseos; la mente es un avispero de esperanzas zumbando y aguijoneando; músculos doloridos por haber conocido un empleo, por el trabajo del pico y la pala del obrero, el arte del pescador con el gancho cuando hala la resbaladiza red desde la batayola de una jábega que va dando bandazos, el balanceo del brazo del hombre del puente cuando deja caer el ardiente remache, el uso de todo el cuerpo del granjero mugriento cuando, arreando a las mulas, tira del arado desde el surco. El hombre joven camina en silencio buscando entre el gentío con ojos ávidos, los ávidos oídos en tensión, en silencio, en soledad.

Las calles están vacías. La gente se ha apiñado en el metro, subido a los tranvías y los autobuses; en las estaciones ha corrido hacia trenes suburbanos, se ha deslizado hacia sus albergues o habitaciones, ha tomado ascensores hasta sus pisos. En un escaparate, dos cetrinos escaparatistas en mangas de camisa están sacando un maniquí en traje de noche rojo, en una esquina soldadores con máscara se inclinan sobre espadas de llama azul reparando el pavimento, algunos borrachos holgazanean dando tumbos, un triste paseante inquieto bajo un arco de luz. Del río llega el intenso y prolongado silbido de un vapor abandonando el muelle. Un grito se arrastra en la lejanía.

El hombre joven camina deprisa pero no lo suficiente, lejos pero no lo bastante lejos (caras que desaparecen de la vista, conversaciones que se pierden en restos deshilachados, ruido de pisadas desvaneciéndose por callejones); debe tomar el último metro, el tranvía, el autobús, correr por la pasarela de todos los vapores, registrarse en todos los hoteles, trabajar en las ciudades, responder a las solicitudes, conocer los oficios, coger los empleos, vivir en todas las pensiones, dormir en todas las camas. Una cama no es suficiente, un empleo no es suficiente, una vida no es suficiente. Por la noche, con la mente nadando en deseos, camina solo en silencio.

Sin empleo, sin mujer, sin casa, sin ciudad.

Sólo los oídos ocupados en captar el habla no están solos; los oídos están en tensión, estrechamente unidos por zarcillos de frases hechas, el giro de una broma, el estribillo apagado de una historia, la cadencia de una frase; uniendo zarcillos de habla entretejidos a través de las manzanas de la ciudad, cubriendo el pavimento, creciendo a lo largo de amplias avenidas ajardinadas, acelerándose con los camiones que en su carrera nocturna desbordan con su rugido las autopistas, susurrando por caminos arenosos más allá de cochambrosas granjas, uniendo ciudades y estaciones de servicio, depósitos de locomotoras, buques de vapor, aeroplanos surcando líneas aéreas; palabras llamando en montes de pasto, deslizándose lentamente por ríos que se ensanchan hacia el mar y las sosegadas playas.

No es en las largas caminatas entre el atropellado gentío nocturno cuando está menos solo, o en el campo de entrenamiento en Allentown, o durante el día en los muelles de Seattle, o en el hueco vapor de Washington durante las cálidas noches veraniegas de su juventud, o en la comida de Market Street, o nadando a la altura de las piedras rojas de San Diego, o en la cama llena de pulgas en Nueva Orleans, o en el frío y acerado viento del lago, o en los rostros grisáceos estremeciéndose al afilar las herramientas en la calle bajo Michigan Avenue, o en el coche de fumadores de selectos trenes expresos, o caminando campo a través, o escalando los secos cañones en las montañas, o durante la noche sin saco de dormir en medio de las heladas huellas de oso en Yellowstone, o remando en canoa los domingos en el Quinmpiac; sino en las palabras de su madre hablándole de hacemuchotiempo, en las palabras de su padre hablándole de cuandoyoerachico, en los relatos infantiles de sus tíos, en las mentiras de chiquillos contadas en la escuela, el cuento del niño perdido, los chismes que los soldados de infantería cuentan después del toque de silencio; fue el habla que se adhirió al oído, el vínculo que hormiguea en la sangre;

USA es la tajada de un continente, USA es un grupo de holdings empresariales, el conjunto de algunos sindicatos, un paquete de leyes encuadernadas en piel, un canal de radio, una cadena de cines, un repertorio de citas borradas y reescritas por un chico de la Western Union en una pizarra, una biblioteca pública repleta de periódicos viejos y manoseados libros de historia con protestas garabateadas a lápiz en los márgenes. USA es el mayor valle orlado de montañas y colinas del mundo, USA es una colección de oficiales bocazas con demasiadas cuentas bancarias. USA es un montón de hombres aburridos en sus uniformes en el cementerio de Arlington. USA son las letras al final de una dirección cuando estás lejos de casa. Pero sobre todo USA es el habla de un pueblo.

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