Fuente:https://periodicogatonegro.wordpress.com/2021/09/08/todo-desalojo-es-violento/
Hace dos semanas un grupo de personas en distintas situaciones de vulnerabilidad permanente decidieron llevar a cabo una ocupación de tierras vacías. Es decir, recuperar mediante la toma del terreno, con sus propios cuerpos y deseos, lo que se les es sistemáticamente quitado y negado. Una porción de tierra desde donde desarrollarse en esta sociedad que les desplaza. Tarea difícil la de elegir cómo vivir. Tarea prohibida la de accionar por mera supervivencia por fuera de las leyes y los mandatos.
La toma “Tierra Amarilla” duró catorce días. Lo mismo que la violencia estatal, recrudecida para el caso, en modo de hostigamiento policial y desidia funcionaria.
Está claro que las violencias contra estas personas no arrancan ni terminan en la toma. Pero estes vecines ya empobrecides, ya racializades, ya criminalizades, resistieron durante catorce días el avance represivo mientras del lado de adentro se hacía cada vez más difícil paliar el hambre y el frío. Más de cien familias con sus historias a flor de piel viendo cómo hacer para entrar comida y medicamentos, ya que el predio había sido sitiado por efectivos de la Policía Federal y de la Ciudad para dominar la situación como si se tratara de un ghetto.
Después de dos semanas el grupo de delegades de la recuperación de tierras pudo arrancarle una reunión a representantes de distintos ministerios nacionales y de la ciudad en la Secretaría del Poder Judicial. De un lado, un reclamo por vivienda digna que afecta a cientos de personas (trasladable a miles o a millones) y, del otro, el Juez que ordenó el desalojo, Daniel Rafecas, y funcionarios defensores de los modos imperantes que rigen este sistema que arroja a estes mismes vecines a la miseria.
La reunión fue infructuosa para les que habiendo dormido entre lonas y tierra mojada se acercaron al juzgado a ver si la desventura podría no ser tanta. El acuerdo forzado habla de “lograr el desalojo pacífico y sin violencia del predio”. Como si no estuviese implícita la amenaza de desalojo a los tiros y la apertura de causas a les involucrades. La paz para ellos es la sumisión de les condenades a esta vida, y la falta de violencia física directa es una conminación a utilizarla en caso de desacato.
Es agotador como cada auspicioso y nuevo punto de fuga para las familias termina con un patrullero al final del camino luego de un trayecto atiborrado de burócratas. En esta burbuja política en la que intentamos desenvolvernos, la posibilidad de un devenir mínimamente llevadero para todes se mide en cuanto a la viabilidad de medidas legales o económicas ejercidas desde el poder. Aún más en tiempo de elecciones, cuando la efervescencia representativa mantiene los debates en tonos superficiales y de espectáculo.
Mientras tanto, entre discusiones de “vida real” y “real politik”, el barro es barro y el hambre es hambre. Y estas familias, ya fuera del predio, aguantan la lluvia y la vida como pueden.
Cobertura colectiva: La Chispa Prensa + La Obrera Colectivo Fotográfico + Aislamiento Represivo + Periódico Gatx Negrx
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