Serpiente con faldas

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Se trata de Margarita Nelken que llamaron ‘La espina Roja’ y ‘Serpiente con faldas’.

“Fue un día profundamente alegre -muchos que ya éramos viejos no recordábamos otro más alegre-, un día maravilloso en que la naturaleza y la historia parecían fundirse para vibrar juntas en el alma de los poetas y en los labios de los niños” (Así recordaba Antonio Machado el 14 de abril de 1931)

 La espina Roja como un rayo de luz

La actriz y escritora Carmen Nelken a la que también quiero recordar en esta hoja de otoño, fue hermana de otra no menos artista e intelectual, destacada política de izquierdas que hoy nos ocupa en esta nota, a la que pretendo con afecto y respeto memorar como diputada de la II República, electa en las tres legislaturas que formaron parte de la gran epopeya de historia que revolucionó la lucha de clases (1931-1933-1936). Se trata de Margarita Nelken que llamaron ‘La espina Roja’ y ‘Serpiente con faldas’.

Su mirada me ubica e ilustra en respuesta contestataria contra el caciquismo, clericalismo y falsos demócratas como un fulgido chispeante que irradia y centellea a la que robaron su calle conmemorativa gracias a los demócratas de siglo veintiuno, el equipo de Celdrán, y concejala (CONTRAcultura) Consuelo Rodríguez Píriz, que impotente de conocimientos e historia encabeza a la desesperada su fanatismo defenestrando como tiro de gracia su vida, historia y obra eliminándola del callejero de Badajoz como contrabalance miope, junto a otros cuatro, siniestros nombres más en este caso (por `ética´ políticamente correcta) en desespero de impotencia y venganza que ciñó como catequista de la justicia ¿Cómo es que aún seguían rigiendo las calles esos cuatro nombres emblemáticos asesinos directos del holocausto (en 2009): Regulares Marroquíes, Díez Trechuelo, General Mola y General Yagüe? De Margarita Nelken dijeron los fachas que tenía un verbo exacerbado que incitaba a los milicianos a hacer sacas (de presos fascistas) y, para mejor ensalzar el remate de corte taurino sobre ruedo arremeten contra la presa con el apelativo `Serpiente con faldas´. Lo cacareó el fascista gallo negro, Juan Pujol, en el diario ABC del 19 enero 1939. Pero ‘las sacas’, las autenticas sacas, pese a la cantidad enorme de fascistas que había en Madrid y otras poblaciones del territorio ibérico como se demostró tras la caída de dicha ciudad, las hicieron los traidores como Casado y sus incondicionales, un claro ejemplo de ellos fue Wenceslao Carrillo, padre del ‘agente’ como él quintacolumnista Santiago Carrillo, que llegó alcanzar la cima del PCE (Blanqueado por la ‘carta a su padre’ como paloma vaticana de forma astuta dirigida para convencer, y convenció, “romper” con la faena taurina de la traición del padre). Se trata del nuevo golpe de estado sujeto a los hilos de la conspiración del golpe de estado franquista que se inicia el 5 de marzo de 1939, en remate esperpéntico, encabezado por el coronel Segismundo Casado, jefe del Ejército del Centro, en colaboración con las redes de espionaje franquista y la Quinta Columna de Madrid, con el apoyo de Julián Besteiro, Wenceslao Carrillo, Cipriano Mera y el general José Miaja. Las verdaderas y masivas sacas las hizo el fascismo ininterrumpidamente, desde principio del golpe hasta la muerte del dictador con los fusilamientos del 27 de septiembre de 1975. Hubo más sacas… muchas más fulminantes como disparos de salva en su despedida -no despedido- sino presente y más que presente en todas las instituciones que rigen la democracia. El franquismo se acomodó tras su muerte a sus anchas, los hilos estaban tensados para promover la farsa transición, asumida y promovida por el capitalismo y socialdemocracia europea. Los asesinos de siempre, de la vieja rancia guardia con sus pichones, hijos y otros discípulos traidores a la República junto a su falange, reaparecen el fantasma del PSOE, y al heredero del quintacolumnismo como absolutista encaramado copando el poder dentro del PCE. Durante la farsa a forma de pos-dictadura hubo presos vascos “suicidados” en las cárceles, en los montes, en los ríos, en cuartelillos y comisarias; utilizaron todo tipo de torturas y dopaje hasta acabar con una larga lista de ellos.

Volvamos a la II República donde se encuentra la única mujer que consiguió las tres actas parlamentarias en el régimen anterior al estallido fascista. Margarita Nelken se encuentra entre los que manifestaron reticencias iniciales, al voto de la mujer, al igual que Victoria Kent (del Partido Republicano Radical Socialista) marcadas por la farsa disciplina interna. Margarita (del PSOE) se abstiene de votar y Victoria vota NO. Lo que no exculpa ni a una ni a otra, no creo que eso signifique disciplina alguna ni democracia interna, sino manipulación de agentes extraños en el lugar que no les corresponde, copando una dirección para imponer intereses ajenos al pueblo (A su favor ambas tomaron conciencia de la lección histórica). Clara Campoamor, como Kent y Nelken (las dos primeras juristas y la tercera crítica de arte) siguieron luchando y no dieron marcha atrás a los intereses de clase, unidas a las reivindicaciones específicas sobre el avance en todos los frentes de la mujer. En

1933-1936 es elegida diputada por Badajoz y en la siguiente legislatura 1936-1939 entra a formar parte de tres comisiones, Presidencia, Pensiones e Instrucción Pública. Es miembro de la corriente de izquierda dentro del PSOE (junto a Julio Álvarez del Vayo). En 1934 entra a formar parte del Comité Nacional de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo. La diputada por Badajoz se ha implicado activamente en los conflictos obreros como la huelga de las cigarreras en Madrid. La Agrupación Socialista de Badajoz apoyó su candidatura que dará paso a su etapa extremeña y epopeya campesina, a la que contribuirá entroncada al campesinado, empujando a abrir las anchas alamedas de la reforma agraria sumergiéndose en su propia piel y sentimiento cotidiano por el que pasan los jornaleros hartos de trabajar, sin pan que llevar a la boca, denunciando brillante e incendiaria la explotación inhumana en los latifundios: “Pueblos sin rudimento de asistencia social, sin una maternidad, sin una guardería de niños, sin un dispensario, sin nada que revelara la menor preocupación de generosidad humana; pueblos que producían para el amo rentas que se cifraban por millones…”. A la explotación latifundista se sumaban los abusos insaciables de L`AUTORIDAD (la guardia civil), que se incrementa ante la huelga convocada por UGT de 48 horas en protesta contra el maltrato a los campesinos, reclamando la dimisión del gobernador civil tan confidente como connivente con la represión (El 31 de diciembre se producen los sucesos de Castilblanco). El 30 una inmensa manifestación recorre las calles, al día siguiente desfilan de nuevo, en un ambiente tranquilo de orgullo entre ellos. Pero las órdenes se aceleran hay que disolver la manifestación ¡es ilegal! L`autoridad llega, se ven guardias armados por la calle del Calvario, las mujeres corren en auxilio de maridos, padres, hijos, hermanos… El guardia Agripino golpea con el fusil a una de ellas (es increpado) dispara con su fusil a los que protestan cae muerto el campesino Hipólito (Así lo cuenta el fiscal Jesús Vicente Chamorro): Las navajas acuden a las manos y se dirigen solas, enfurecidas, hacia los cuerpos que cubren los uniformes verdes… y cuatro guardias civiles mueren acuchillados por el pueblo iracundo.

Diputados de las derechas, terratenientes y el propio General Sanjurjo director de la Guardia Civil pretenden involucrar a Margarita en la tragedia pero la diputada no había llegado a pisar nunca aquel pueblo: “Se ha creado una oficina de información contra la Guardia Civil y esta oficina está dirigida por Margarita Nelken, que ni siquiera es ciudadana española”, afirmaría el militar genocida que protagonizará al año siguiente el primero de los golpes militares contra la República. La represalia toma cuerpo, la venganza no se hace esperar, la Guardia Civil asesina a catorce campesinos. L`autoridad es represión, salvaje y atroz, contra los campesinos de todos los pueblos a manos de la Benemérita marcados por el crimen durante la II República. (Pero los libros de texto siguieron y siguen hablando solo de Castilblanco y Casas Viejas y de las sacas de Margarita Nelken y de su falsa implicación en los sucesos en que queda señalada y odiada a muerte desde entonces). Dan paso a la leyenda negra del franquismo que se encargaría durante cuarenta años de que perdurara en la historia, y hoy mucha izquierda está en manos de sus falsos testimonios, fotos de ella que no es ella intencionadas, papeleo de archivo y demás artimañas ajenas totalmente a la mujer contestataria de una formación extraordinaria, inquieta, emancipada, independiente, liberada y radiante de sentimiento proletario y campesino. Se volcó sobre ella el complejo del ignorante de la derecha política con sus caciques y su iglesia católica, y, es que como dijera de ella Federica Montseny tras su muerte: “Margarita Nelken tuvo una vida sexual libre y eso molestaba profundamente”. Por ello cerraron la Casa de los Niños que funda en 1919, para acoger a los hijos de las mujeres trabajadoras, casadas o solteras (se trataba de la primera guardería laica de Madrid que alberga ochenta niños en el barrio de Ventas). Pero Margarita es más que una flor, más que la espina roja de la rosa, defiende que en los hospitales, casas de acogida o guarderías se contrate a personal especializado y que se elimine la dependencia, respecto de las órdenes religiosas que son las que abundan (desapareciendo niños en maternos y hospitales). Y, se ve obligada a cerrar… “ante la eventualidad de tener que aceptar una oferta de subvención cuya cláusula exigía que el centro pasara a ser regido por religiosas” (Pero… la educación y la libertad no son negociables) Pues como dijo de ella Max Aub: “Margarita Nelken fue una mujer excepcional, coherente con sus principios, leal a las oprimidas y oprimidos. Su mestura de feminismo y revolución, su antifascismo indomable y su ejemplo, seguirán nutriendo las luchas de las mujeres y de los hombres que no se rinden. En los tajos obreros, en los centros de enseñanza, en las luchas feministas, en los corazones rebeldes de Extremadura, su memoria seguirá latiendo”.

Margarita va desgranando casa a casa pueblo a pueblo la realidad oculta de los oprimidos: “la entronización sin freno y sin ley del amo”. En muchos pueblos de Badajoz las sirvientas ganan salarios que oscilan entre 5 y 10 pesetas y se les da el pan el domingo para toda la semana; los campesinos de la Granja de Torrehermosa han tenido que ir: “a ofrecerse en bloque a trabajar por un pan diario”; en Fregenal de la Sierra los obreros para ser contratados: “han tenido que darse previamente de baja en la Sociedad Obrera Socialista; el patrón no dará jamás trabajo a contestatarios comunistas ni anarquistas ni socialistas ni republicanos: “En Fuente de Cantos, lo único que pueden hacer los obreros que no se han dado de baja en nuestras filas es ir a la rebusca de la aceituna y la bellota; disputar esos desperdicios a los animales, y cuando van a la rebusca los apalea la Guardia Civil” (dijo la diputada entre las protestas y rumores de las derechas) ¡Los apalea la Guardia Civil! (Más rumores de protesta) ¡Cualquiera diría que no saben sus señorías que la Guardia Civil apalea a los obreros! (Se reproducen las protestas a la intervención de Margarita Nelken del 25 de enero de 1934 ). Escribe por esas fechas Joaquín Maurín: “La perspectiva de la revolución agraria, más madura, más inmediata que la revolución proletaria, ha helado de espanto a la burguesía española”. Los representantes políticos del latifundio llaman a detener “la riada de anarquismo”. “Allí, en la provincia de Badajoz, se ofrece no ya el intento de sedición, sino la puesta en marcha de un régimen soviético”, clama Díaz Ambrona. De ella dijo el periodista Ermilio Abreu: “Aborda los problemas no desde el punto de vista puramente estético ni desde el punto de vista estrictamente histórico, sino del punto de vista de la conciencia social de las épocas. Esta es una de las más profundas y trascendentales conquistas del método marxista”. El anhelo de Reforma Agraria ha madurado durante generaciones, ha crecido pacientemente de la mano de centenares de sociedades obreras locales. La Federación de Trabajadores de la Tierra, junto a los combativos núcleos libertarios y comunistas, constituye el epicentro del seísmo, de la pacífica revolución campesina. (Margarita Nelken se integra incondicional en ella) En Aljucen, el 21 de noviembre de 1933, es maltratada a punta de pistola por un grupo de matones. En el Congreso, su voz amplifica el clamor campesino (Así ocurrió el 25 de enero de 1934, donde la llovieron las protestas) Sus ojos centelleantes y labios inquietos transmitieron con admirable firmeza: “Solo en Badajoz hay de 40 a 45.000 obreros parados y el hambre se enseñorea entre los hijos de los trabajadores. Libremente pueden los patronos de Castilla y Extremadura traer obreros portugueses. Pueden decir ¡Tú no me convienes!” (En Valencia del Ventoso, la Guardia Civil, delante de todo el público abofeteó a unos cuantos obreros, en Puebla de Sancho Pérez es la propia Guardia Civil la que escoge a los obreros que han de ir a trabajar y en Zalamea un grupo de falangistas ha entrado en el pueblo al grito ¡¡Viva el fascio!!, asesinando a otro jornalero).

Entre octubre de 1934 y el triunfo del Frente Popular, Margarita Nelken sufrirá la persecución y el exilio, su apoyo al levantamiento minero motivó una orden judicial de detención: “Por delito de rebelión militar cometido en la plaza de Badajoz”, y le valió una condena en ausencia, de veinte años (Tuvo que ocultarse durante algún tiempo) El periódico ABC, Almendralejo, día diecisiete, once de la mañana: Con mucha insistencia ha venido circulando el rumor de que se encontraba oculta en esta población la conocida propagandista socialista Margarita Nelken. En vista de ello, la Guardia Civil organizó registros en determinadas casas, sin que dieran resultado (Consigue escapar disfrazada y salir con la ayuda de la embajada cubana… retorna tras la amnistía en febrero de 1936). Efectivamente… participa activamente en la revolución de octubre de Asturies y llega a ser detenida, la quitan la inmunidad parlamentaria y piden 20 años de cárcel. Antes de que se celebre el juicio logra salir del Estado español refugiándose en la embajada de Cuba que la ayuda a salir hacia París; se exilia un año en la URSS hasta su vuelta en 1936 en que participar en las elecciones con el Frente Popular. En noviembre del mismo año deja el PSOE, y se incorpora al PCE, poco después de la formación del Gobierno de Largo Caballero, y combate en los frentes de Extremadura y Toledo, (Participa en la defensa de Madrid y colabora con la Unión de Mujeres Antifascistas). Viaja a Valencia al II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura que tuvo lugar entre el 4 y el 17 de julio de 1937 y en septiembre de 1938 se dirige a México para participar en el Congreso Internacional Antifascista (es nombrada vicepresidenta). 1939 marca un antes y después en los antifascistas republicanos en vías de revolución histórica a la que se han entregado de manera ejemplar. Como tantos otros que desafiaron hasta el último momento de sus vidas, Margarita Nelken se encuentra en Barcelona, con su madre y su hija de allí sale hacia Francia. Año en que finaliza por decirlo de alguna manera la contienda fascista que prolonga de por vida su declaración de guerra en envoltura bélica de paz franquista. Tras el comienzo de la Segunda Guerra Mundial se traslada a Rusia desde donde inicia su largo exilio. México se convierte en su país de adopción como el de cientos de republicanos niños y adultos; en él se exilia y nacionaliza para poder vivir y seguir combatiendo entroncada a su cultura que asume y desarrolla trabajando infatigable. Lo que la permite retomar alas aferrada al corazón de quién la libera de cadenas y convierte en una de las críticas de arte más influyentes y respetadas de México. Sigue colaborando con el Gobierno de la República en el exilio, y el México de Cárdenas la asume y abraza como una hija más. Trabaja en la Secretaría de Educación Pública y ejerce como crítica de arte para el periódico Excelsior publicando un artículo diario durante más de veintisiete años. Lejos ya, muy lejos se encuentra, ay, cada vez más lejos… la vuelta a la República por derecho en sufragio universal, abolición que impuso fundamentalmente el fascismo europeo y la Sociedad de las Naciones que no hizo nada a favor de su retorno. Así lo fueron constatando miles de combatientes exiliados luchando para que la impotencia no se apoderara de sus vidas. Margarita sigue activa… más allá del trabajo que la alimenta, colabora y ramifica por toda América Latina participando de la resistencia antifascista escribiendo en todos los medios posibles: El Día, Hoy, Siempre, Revista Internacional y Diplomática, Revista de Revistas, Cuadernos Americanos, Artes de México y de otros países de Latinoamérica como Relator de Cali (Colombia), El Tiempo de Bogotá, El Nacional de Caracas…

Enrique Líster y Margarita Nelken en el centro (en la delegación de India se encuentra Nehru), junto a otro compañero posiblemente el sevillano Diego Martínez Barrio que alcanzara en su historia política los puestos de Presidente de las Cortes, Presidente y Vicepresidente del Consejo de Ministros, Presidente interino… que fuera elegido Presidente de República en el exilio. El 18 de julio los militares consuman la rebelión comienza el holocausto español. La matanza de Badajoz ahogará en sangre la esperanza de la Reforma Agraria y miles de campesinos pagarán con su vida la resistencia frente al fascismo (Margarita Nelken se dirige por radio el 27 de agosto a toda la población): “Es preciso subrayar la gesta incomparable, sin precedentes en la historia, del pueblo español en lucha por su libertad y por la libertad del mundo, la epopeya de los campesinos, de los que en Extremadura, en Andalucía, en La Mancha, en Aragón, representan lo más desheredado del suelo patrio; y no teniendo nada que perder, se alzan con toda su miseria, marcada con las vejaciones y atropellos sufridos, a lo largo de generaciones y de siglos, para conquistar para todos, para sus hijos y para los hijos de los que no carecían de nada, un porvenir de dignidad ciudadana y de justicia social”. El 6 y 7 de noviembre mientras el gobierno abandonaba Madrid, ella decidía permanecer en la ciudad sitiada. Tras el estallido del golpe de estado Margarita Nelken colaboró en el diario caballerista Claridad, desde cuyas páginas alerta a la población republicana contra los quintacolumnistas. Pasó la última etapa en Barcelona, y fue la única mujer presente, en la última reunión de las Cortes republicanas celebrada en los subterráneos del castillo de Figueras el 1 de febrero de 1939. Octubre de 1942 se convierte en un año detonante de cambios marcando un jalón distintivo en la historia que representó el Frente Popular y al propio PCE bajo la dirección de José Díaz [Soy consciente que todo pudo ser mejorable, que los hechos

se daban demasiado prisa y que hay que vivir los acontecimientos para que la crítica sea más profunda y objetiva, es más fácil en la perspectiva del tiempo sin nadie detrás pisándote los talones, pero se que ningún desenlace llega por casualidad sembrando abortos por si solo]. Veloz en desequilibrio y sabotaje fue avanzando la estela carrillista. Margarita Nelken es expulsada del partido tras haber criticado la política de la UNE (Unión Nacional Española) enfrentada al grupo prosoviético que alcanza su auge a partir de 1944. Nombre más que dudoso e inexplicable el de la organización ‘supuestamente antifranquista’ creada por el PCE. Activa en las tareas del exilio republicano, en México y otros países, retoma contacto con compañeros que valora y sigue apreciando del partido y otros como Luis Jiménez de Asúa en Buenos Aires, Presidente de la República en el exilio tras la muerte del sevillano Diego Martínez Barrio con el que mantuvo siempre correspondencia. En 1944 y 1954 recibe dos grandes sacudidas a su vida, se trata de la muerte de sus dos hijos, Santiago en 1944 combatiendo en el Ejército Soviético durante la Segunda Guerra Mundial, y Magda en 1954, víctima de cáncer, la sumen en una profunda crisis y desafío. Critica la actitud de la dirección del PCE, en la URSS, que no la hubieran comunicado a su tiempo la muerte de su hijo en combate, siendo las autoridades soviéticas quienes al final de la contienda la informan. Se había hecho cargo de su nieta Margarita Salas tras la muerte de la hija. Lucha por mantenerse activa aunque sumida al doloroso recuerdo de sus dos hijos que intenta mitigar con el retorno a sus orígenes, como crítica de arte, labor que continuó hasta su muerte el 9 de marzo de 1968. El escritor malagueño Antonio González Villena publicó un libro que analiza la vida y obra `de la impulsora del feminismo que rompió con el PSOE´, en el que recuerda de ella que combatió no solo la prostitución y que fue una madre soltera (orgullosa) que criticó con dureza el destino de muchas de estas mujeres en instituciones de la Iglesia a las que «Ponían a trabajar como esclavas a cambio de un poco de comida».

NOTA

El aniversario del 14 de abril, tan celebrado en México por los exiliados, la sirve en 1942, para escribir un artículo muy crítico hacia los gobiernos de la II República tachándolos de ingenuos y de excesivamente generosos con la derecha, por no haber castigado su comportamiento traidor como ellos lo hubieran hecho: “El 14 de abril no es sólo una fecha histórica para el pueblo español: es una enseñanza para todos los pueblos del mundo. Nunca mejor que en esa jornada y en las que habían de ser su natural e inmediata consecuencia, evidencióse hasta qué extremo puede constituir un crimen, un verdadero crimen el exceso de generosidad. O, si preferis, la generosidad mal entendida (…) Aquellas mujeres campesinas que, sin los flamantes uniformes de las que hoy se nos muestran como colaboradoras… sin apenas hallarse organizadas en sus tareas, ni apenas preparadas a ellas, realizaron una obra de cooperación tan gigantesca en su misión de rechazar al invasor y aplastar el fascismo. Combatieron como milicianas antes de que se formara el Ejército Popular y ocuparon en talleres de toda clase los puestos de los combatientes; por miles en los campos empuñaron el arado que el soldado no podía empuñar y todas cumplieron con la misión voluntariamente aceptada hasta el límite máximo del heroísmo”.

PD.

(Manuel Cañada ‘ Margarita Nelken, un volcán rojo y violeta): “Conocía el campo español como los museos de Europa”, dijo de ella Max Aub. Se codeó con la flor y la nata de la cultura del siglo XX, pero aprendió las verdades elementales de la época en los barrios de Madrid y en los cortijos de Extremadura. Subió a los palacios, estudió a los grandes pintores y fue la primera en traducir al castellano a Kafka. Pero también bajó a los chozos, organizó guarderías y huelgas, y pisó las arenas más enconadas de la lucha de clases. Nelken, dirigiéndose a Gil Robles: “En Badajoz, morirse de hambre no es una frase, no es un eufemismo; allí han muerto de hambre tres obreros, dos en la capital y uno fuera, al pie de la tapia de la finca de un cristianísimo propietario. En Badajoz, los propietarios están acostumbrados a que la vida de un hombre valga menos que un puñado de bellotas”. Con Dolores Ibárruri y Federica Montseny, fue quizás la dirigente republicana más odiada por los señoritos, por los caciques, por los caínes que han manejado España desde siempre. La llamaron prostituta y bruja, “amazona judía” o “serpiente con faldas”. Francisco Casares, secretario permanente honorario de la Asociación de la Prensa de Madrid hasta 1977, la calificó como: “presunta intelectual, más ramera de cerebro, que de quehacer sexual” y José María Pemán, el “dramaturgo” favorito del franquismo, se despachó contra ella de este modo: “¡Ay, maldita, maldita Tú, la hebrea, la del hijo sin padre: Margarita! ¡Nombre de flor y espíritu de hiena!”. Odiada, insultada, silenciada. Se había enfrentado a la marginación centenaria de las mujeres, al desprecio por los niños huérfanos o hijos de madres solteras, a la explotación de los obreros y campesinos, al papel tutelar sobre la educación o la asistencia social que desempeñaba la Iglesia Católica. Demasiados enemigos de envergadura, enemigos troncales en la España reaccionaria. Pero, como señalará Paul Preston, el delito de Margarita Nelken a los ojos de la derecha tenía especialmente dos vertientes: “Se había valido de sus dotes destacables, artísticas, literarias y políticas para hacer campaña en favor de que las mujeres se liberaran de la opresión masculina de la sociedad española y para que el campesinado sin tierra se librara de la brutalidad cotidiana de sus vidas, en muchos casos poco mejor que la de los esclavos”.

Ella y millones de iguales en todo el mundo representan la nueva mujer de la que hablase Alexandra Kollontai: “que trae sus propias exigencias en relación con la vida, que afirma su personalidad, que protesta contra la múltiple esclavitud de la mujer bajo el Estado, la familia, la sociedad, la mujer que ha roto las oxidadas cadenas de su sexo”. Pero, al tiempo, esa mujer nueva entiende, con Flora Tristán, que no existe feminismo válido si no se inserta en la revolución social.

Maité Campillo (actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)

La Haine

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