Quizás esto sirva de ayuda…

Fuente: Portal Libertario OACA                                                                               Richie Punk                                                                                                                           26 Mar 2020 11:10 AM PDT

Solidaridad

Desde muy joven mucha gente me ha tratado como una mierda y yo casi nunca he creído que lo fuera, pero ha habido momentos de mi vida, sobre todo a partir de mi primera gran implosión en 2010, que me he sentido como un guiñapo escupido fuera de esta vida y fuera de la sociedad.

No es que acepte a esta sociedad, esta sociedad, casi siempre, me ha apartado a un lado y me ha dicho que soy inútil, que no valgo para nada, que las ideas que creo sostener sólo son pajaritos en mi cabeza y que más me valdría tener los pies en la tierra.

Pero lo que sí que creo es una cosa: si no hubiese sido por mi capacidad de hacer que todo me resbalara y mi propia resiliencia ante los peores sucesos que me dejaron desecho, y la fortaleza de mis principios, no hubiese llegado a la estabilidad ni madurez que ahora siento como persona y no hubiese logrado nunca jamás superar unos miedos que se me comían por dentro.

Digo esto porque creo que es importante reflexionar sobre nosotros mismos de vez en cuando y hacer balance de lo negativo y de lo positivo que nos ha pasado en la vida, así como cuestionarnos como sujetos activos en esta sociedad y civilización, así y como la sociedad nos influye y como la influimos a ella, para llegar, de esta forma, a conclusiones críticas que nos pongan en un sitio preciso y que nos ayuden a mejorarnos y a crecer como personas en un camino que para mí sólo se acaba con la muerte.

Como he intentado escenificar en otros lugares no soy perfecto; como supongo que todo el mundo, tengo mis defectos y mis carencias, mis aciertos y mis errores, y al final me siento como un reflejo de la época que me ha tocado vivir que no se siente ni superior ni inferior a nadie (por muy buena mentalidad que haya llegado a conseguir) y que, en realidad, cada vez tiene menos cosas seguras y cada vez se fía menos de las personas que dicen tenerlo claro todo… Pero creo que la duda me beneficia en muchas cuestiones.

El hecho de vivir dentro de la civilización occidental regida bajo la bandera capitalista (del tipo que sea) nos ha hecho creer que todo estaba asegurado para todo el mundo y que si metíamos la tarjeta al cajero nos daba dinero, y que si íbamos al supermercado, íbamos a conseguir comida; y que si abríamos el grifo iba a salir agua… y así hasta creernos que estábamos seguros y a salvo. Pero eso parece que está cambiando (y aunque alguien no lo crea, aún va a cambiar más) por nada más y nada menos que por un virus que no se sabe de dónde ha salido (eso sí que lo tengo claro, creo que ha salido como consecuencia de la acción humana en el planeta, pero eso es otro tema). Y ahí es precisamente donde me beneficio de mis incertidumbres y de mi inseguridad.

En realidad, mi realidad después de esta crisis, ha cambiado poco o nada, y me refiero a mi realidad interior, puesto que concibo que nada permanece en el tiempo y (creo) que mi lucha está en huir de las comodidades y necesidades superfluas (que también las tengo -como el ordenador desde el que escribo estas lineas y mi buena conexión a internet-), y buscar mi libertad y mi vida más allá de las zonas de confort que ofrece esta sociedad, en busca de esos pensamientos, esos sentimientos, esas emociones y esos impulsos que mucha gente considera utópicos o imposibles pero que a mí (y sobre todo en los momentos que vivimos) me parecen los únicos que me han aportado una esencia y una realidad donde poder vivir.

En definitiva vivo estos días de reclusión con optimismo y de manera positiva, y creo que son momentos para darnos cuenta de muchas cosas: historias, sensibilidades y hechos que suceden a nuestro alrededor y que nunca nos hemos parado a pensar o hemos obviado por el mero hecho de estar alienados de una forma u otra en unos compartimentos artificiales e irreales (nada es verdadero, todo es una ilusión -diría yo en otra época-…) y afianzar nuestras posiciones como elementos meramente esenciales para nuestra propia existencia y en constante interacción con multiplicidad de mundos, sin depender de las élites ni de las vanguardias, ni de los ricos ni de los amos, sino por nosotras y nosotros mismos siendo conscientes de nuestras potenciales capacidades (que es para lo que sirve esta reflexión) y aportando (como mucha gente lo está haciendo ya) su granito de arena en relaciones de solidaridad y apoyo mutuo, de comprensión y empatía, en unidad y fraternidad con lo que consideremos que es nuestro pueblo y con todos los demás pueblos del mundo y en comunión intima para salir de este apuro y, ya de paso, conseguir otro mundo mejor al que tenemos, eso sí: siendo conscientes de que en esta existencia, y como bien dice un buen compañero y amigo mío, “lo único que permanece es el cambio”.

(26-03-2020)

-Richie punk-

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