PDF: Colonos. La mitología del proletariado blanco desde Mayflower a la actualidad

Fuente: https://elsudamericano.wordpress.com/2021/09/18/colonos-la-mitologia-del-proletariado-blanco-desde-el-mayflower-hasta-la-actualidad-por-j-sakai/                                      J. Sakai                                                                           

COLONOS. LA MITOLOGÍA DEL PROLETARIADO BLANCO DESDE EL MAYFLOWER HASTA LA ACTUALIDAD por J. Sakai

Settlers: The Mythology of the White Proletariat: from Mayflower to Modern

https://readsettlers.org/

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Nota del autor
Introducción

I. El corazón de la blancura
1. La tierra es la base de la nación
2. Los fundamentos de la vida de los colonos
3. Estructura social euroamericana

II. Luchas y alianzas

III. Las contradicciones de nación y clase
1. La crisis del sistema esclavista
2. Esclavitud vs. Colonización

IV. Sindicalismo de colonos
1. El auge del trabajo blanco
2. El atractivo popular del genocidio
3. El trabajo blanco contra los oprimidos
4. La prueba de la reconstrucción negra
5. Las contradicciones del trabajo blanco

V. Colonialismo, imperialismo y aristocracia laboral
1. El “Proletariado burgués”
2. La oposición de los colonos al imperialismo
3. Estados Unidos y el colono sudafricano

VI. El proletariado industrial estadounidense
1. “Las razas comunista y revolucionaria”
2. Sindicalismo industrial

VII. Avance de la C.I.O.
1. Unificación de los trabajadores blancos
2. Ofensiva laboral desde abajo
3. El New Deal y la lucha de clases
4. La integración del C.I.O. y la política laboral imperialista

VIII. La guerra imperialista y el nuevo orden americano
1. GI Joe defiende su supermercado
2. El carácter político de la guerra
3. La guerra en el “frente interno”

IX. La pacificación neocolonial en los EE.UU.
1. Forzar la “democracia” a los nativos americanos
2. El surgimiento de la nación afrikana
3. Desplazar a la nación: Reagrupación de la población
4. Neocolonialismo y liderazgo
5. La Segunda Guerra Mundial y la “americanización”

X. La represión de los años 50 y el declive del Partido Comunista de EE.UU.
1. El fin de la “izquierda” euroamericana
2. El macartismo y la represión
3. El caso de Puerto Rico: Despejando el terreno para el neocolonialismo

XI. Esta gran humanidad ha dicho “¡Basta!”

XII. La plantación global
1. La promoción del proletariado y la sustitución por mano de obra del Tercer Mundo
2. Nueva Babilonia

XIII. “Clase, Cultura y Comundiad”
XIV. Táctica y estrategia

APÉNDICES
Dinero y Genocidio: La verdadera historia de las reparaciones a los japoneses-americanos
Robado a punta de pistola: entrevista con J. Sakai por Ernesto Aguilar

Nota del autor

En el otoño de 1961 me encontré con otros veteranos militantes de la acción directa (Sit-In) de la renacida sección de Oakland del Congreso por la Igualdad Racial, mientras hacíamos un piquete en una importante tienda que se había negado a contratar a new africans2. Esa era la costumbre y la ley de entonces incluso en la zona de la bahía. Para mí las cosas habían empezado en los años 50 en el instituto, en el Valle de San Fernando de Los Ángeles, donde, como único izquierdista sin formación política, había intentado cada semana sin éxito vender a mis compañeros de clase ejemplares del periódico del partido socialista del trabajo (el único que podía conseguir). Al mismo tiempo, trabajaba como criado asiático para la familia de un vendedor judío de coches usados (los estereotipos abundan por algo). Me despidieron por tomarme una noche libre para mi propia graduación del instituto. La esposa perdió la cabeza y gritó: “¡La gente como tú no necesita graduaciones!”. Un mes después estaba viviendo en otro estado para encontrar un trabajo y evitar el reclutamiento militar “de color”. Y participaba como coordinador novato de la campaña de recolección de alimentos en una larga, amarga y fea huelga de trabajadores de hospitales, cuya principal demanda era el aumento de sueldo al nivel del salario mínimo federal (perdimos de forma estrepitosa).

He pasado por mil campañas, grupos y movimientos desde entonces, y no puedo creer que a menudo haya sido tan tonto. En 1975, mientras estaba activo apoyando al movimiento de liberación africano con exiliados radicales de varios países, empecé a escribir una investigación histórica sobre la desconcertante política de clase de los trabajadores euro-americanos. Lo que ingenuamente pensé que sería sólo un rápido documento para el movimiento. Ocho años más tarde lo que se retituló como Colonos estaba terminado. Incluso entonces no creía que hubiera público para él, y planeaba sólo fotocopiar cincuenta copias de mi borrador mecanografiado para la discusión interna en el Comité Coordinador del Underground Black Liberation Army [ejército de liberación negro clandestino]. Camaradas con más criterio que yo insistieron en que lo publicáramos como libro aunque fuera para el movimiento de liberación. A lo largo de los años, lo llevamos a cabo en tres ediciones, pero finalmente ha llegado el momento de entregarlo a nuevos editores. Sólo recordad que lo he escrito con mi vida.

J. Sakai, 2014

Introducción

Un día, un amigo me presentó a un joven hermano neoafricano que vendía cosas en la acera de un gran edificio de oficinas. Cuando nuestra conversación giró en torno a este libro, el joven hermano miró con orgullo y dijo “Yo ya lo sé todo sobre el Hombre Blanco, y él no sabe nada sobre mí”. Mientras hablábamos no pude evitar pensar en cuántas personas tienen el mismo pensamiento. Como saben que el hombre blanco es completamente racista y traicionero, asumen erróneamente que lo saben todo sobre su sociedad. Este es realmente el punto del que parte este libro.
De hecho, la irrupción en los años 60 de los “programas de estudios étnicos” en las universidades se ha vuelto dialécticamente y se ha utilizado contra nosotros. Los “estudios asiáticos”, los “estudios negros”, los “estudios puertorriqueños”, los “estudios indios” y los “estudios étnicos”, patrocinados y financiados por el imperialismo, se nos están haciendo tragar. Algunos de los intelectuales más destacados del Tercer Mundo en el Imperio estadounidense reciben buenos salarios de los imperialistas para que nos enseñen nuestras historias. ¿Por qué?
El imperialismo estadounidense preferiría que todos los pueblos del Tercer Mundo en su Imperio permanecieran totalmente en blanco e ignorantes sobre sí mismos, sus naciones, sus culturas, sus pasados, sobre los demás, sobre todo lo que no sea ir a trabajar por la mañana. Pero ese día ya ha pasado.
Así que, en lugar de ello, se oponen a la iluminación cediendo a ella en la forma, pero no en la esencia. Al igual que el ju-jitsu, nuestra demanda original de que se descubran y reconozcan nuestras historias separadas y únicas se utiliza ahora para desequilibrarnos ideológicamente. Los imperialistas promueven versiones diluidas y distorsionadas de nuestros pasados como naciones y pueblos oprimidos del Tercer Mundo.
Los imperialistas incluso admiten que su “historia de Estados Unidos” estándar es una historia de los blancos, y que supuestamente está incompleta a menos que se le añadan las historias del Tercer Mundo, suprimidas durante mucho tiempo. ¿Por qué?
La clave del rompecabezas es que la primera historia (la falsa historia imperialista euroamericana) no es incompleta, sino que no es cierta en absoluto. La historia también incluye el análisis de clase estándar de América que la izquierda euroamericana pone en nuestras manos. La teoría sigue diciendo, una y otra vez: “Ustedes, amigos, sólo piensen en su propia historia; no se molesten en analizar la sociedad blanca, sólo acepten lo que les decimos sobre ella”.
En otras palabras, es como si los liberales y “socialistas” británicos hubieran dicho a los revolucionarios anticoloniales afrikanos de Ghana o Kenia que se limitaran a estudiar sus propias “tradiciones”, pero que no estudiaran el Imperio Británico. La historia no es en absoluto incompleta. Es una serie de mentiras completas, una cosmovisión ideológica inteligentemente diseñada para fomentar la dominación imperialista de los oprimidos.
Esta obra arroja la luz del materialismo histórico sobre la propia Babilonia. Durante mucho tiempo los oprimidos han sido objeto de investigación por parte de la sociología, la antropología, la psicología, etc. euroimperialistas, todo ello para seguir pacificándonos y controlándonos (la antropología, por ejemplo, tuvo sus orígenes como servicio de inteligencia para la colonialización europea del mundo). Ahora es el momento de examinar científicamente la sociedad opresora.
El último punto que debemos señalar es que este documento -aunque trata aspectos de nuestra historia dentro del Imperio estadounidense- no es en absoluto una historia de los asiáticos aquí. Tampoco es una historia de las naciones indias, de la nación afrikana, de Aztlán o de otras naciones o pueblos del Tercer Mundo. Aunque se habla de las luchas y movimientos del Tercer Mundo, no se trata de un examen crítico de estos acontecimientos políticos. Se trata de un reconocimiento en territorio enemigo.

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