Los congoleños lloran a su obispo valiente

Fuente: Umoya, num. 104 3er trimestre 2021                            Eva Torre. Comité de Logroño

Fallece en París el cardenal congoleño Laurent Monsengwo Pasinya a los 81  años

Los congoleños lloran a su obispo valiente

Una compañera del comité de Madrid recuerda al obispo con estas palabras: “Monsengwo, además de su dimensión eclesial, política y social, era un hombre de una gran sensibilidad artística: compositor y ocasionalmente concertista de órgano. Muy amigo de sus amigos, de una gran fidelidad a ellos y de una gran capacidad intelectual: le recuerdo en Kinshasa, en medio de tanto trabajo y dificultades, era capaz, con serenidad, de ponerse a escribir un artículo para la revista Bíblica”.
Ha fallecido Monseñor Monsengwo, una de las mayores
figuras del Congo, y todos lloran su pérdida. Después de toda
una vida valiente, el pasado 11 de julio, nos abandonó en París,
a los 81 años. Monseñor Laurent Monsengwo ha sido una
referencia moral primordial para los congoleños. Brillante
intelectual, fue el primer africano doctor en exégesis (1971) y primer africano secretario especial de un Sínodo de obispos (2008). En 2012 copresidió con Benedicto XVI el Sínodo sobre la nueva evangelización.
Miembro de diversas sociedades eruditas, hablaba su lengua
materna, el kisakata, y otras 14 lenguas (entre ellas el lingala, el swahili, el francés, el italiano, el arameo y el latín).

Compuso una docena de piezas para órgano, pero defendía que
era solo un diletante. Amaba la música clásica europea, pero sobre todo la música popular congoleña (Rochereau, Franco,
Kabalese o Simaro).
Laurent Monsengwo nació el 7 de octubre de 1939 cerca de Inongo, al oeste del país, de una familia de jefes basakatas.
Su padre era carpintero ebanista en una empresa belga y hacía sus propios muebles para ganar un dinero extra para su familia después del trabajo. Era una familia feliz con ocho hijos, de los cuales seis eran chicos.
Hizo sus estudios secundarios en el seminario menor de Bokoro y tres años de filosofía en el seminario mayor de Kabwe y fue enviado a Roma a estudiar teología. Ordenado sacerdote en 1963, obispo en 1980 y, un año más tarde, arzobispo de Kisangani. En 2007 será nombrado arzobispo de Kinshasa hasta 2018. En 2010, Benedicto XVI le nombra Cardenal. Monseñor Monsengwo ha sido también presidente de la Conferencia episcopal del Zaire (anterior nombre de la RD Congo), presidente del Simposio de Conferencias episcopales de África y  Madagascar, presidente de Pax Christi Internacional y representante de África en los trabajos para la reforma de la Curia.
Pero es por su irrupción en la escena política por lo que es conocido por la gente y las comunidades de base. En 1990, el arzobispo de Kisangani fue protagonista del memorándum de la Iglesia dirigido al presidente Mobutu demandando un cambio de régimen.
Los prelados consideraron su deber tomar posición en ese momento, “ya que el sistema de gobierno está imbuido en sus
mismas estructuras y medios de acción de normas contrarias
al bien común y a los derechos humanos”. Es Monseñor Monsengwo el que impulsa en la Iglesia esta posición de
activismo y desarrollo de las comunidades eclesiales de base
para profundizar la fe de los cristianos y organizar la solidaridad en los pueblos.
En 1991 es nombrado presidente de la Conferencia nacional, encargada de elaborar las grandes líneas de un Zaire democrático. Su autoridad natural y su sentido de la equidad le ganó el respeto de los 3000 miembros de esta asamblea y de todos los zaireños.
Quería, según sus propias palabras, “mostrar a nuestro pueblo
que el Zaire puede salir de su situación, que el desánimo no es propio del cristiano, que Dios pide que cada uno haga lo que
mejor pueda y que si es así, Dios hará el resto”.
Será elegido para dirigir el Alto Consejo de la República o Parlamento de la Transición de 1992 a 1996, asamblea que
invitó al dictador en 1994 a abandonar el poder y propuso
al prelado para reemplazarle como ad interim. Sin embargo,
Mobutu se aferró al sillón presidencial gracias a la violación
constante de la Constitución. En 1997, fue sustituído con el
apoyo de los países vecinos, Uganda y Ruanda, Laurent
Kabila, con un grupo conocido como AFDL. Tras estos hechos,
Monseñor se retirará de la escena política para sumergirse en los quehaceres propios del arzobispado.
Sin embargo, de nuevo en 1998, la política le llama cuando Laurent Kabila rompe con sus aliados, Ruanda y Uganda, que le habían puesto en el poder, y la guerra regresa. En junio de 2000, estos dos países se abalanzan para tomar el control de las riquezas del Congo en Kisangani. El arzobispo ve, con impotencia, cómo los dos ejércitos matan en seis días a miles de personas y dejan heridas a muchas más, esencialmente civiles congoleños.
Monsengwo culpabilizará constantemente a Kigali y Kampala y en 2006 demandará la creación de un Tribunal Penal Internacional para sus crímenes.
Tras el asesinato de Laurent Kabila en 2001 y la toma del poder por su hijo Joseph, el cardenal contestará públicamente su reelección en 2011. Dirá públicamente que los resultados “no están conformes ni a la verdad ni a la justicia”, lo que no impedirá que Joseph Kabila se imponga en un segundo mandato y un poco más. En 2006, en efecto, las elecciones no tuvieron lugar y se sucedieron las manifestaciones y protestas. La Iglesia propuso
su mediación, pero Kabila la rechazó y aplazará el escrutinio hasta diciembre de 2018. En enero del mismo año, ya debilitado por sus problemas de salud, aportó un gran apoyo a las manifestaciones de los cristianos que protestaban contra la violación de la Constitución. “Es hora de que los mediocres se retiren”, pero los mediocres prefieren reprimir a los cristianos con sangre.
El arzobispo comparará a las víctimas con los mártires de la
independencia.

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