Fuente: Portal Libertario OACA 12 Jul 2021 03:08 AM PDT
En el seno de la revolución política del siglo XVIII apareció el germen de una revolución ulterior. Jacques Roux, Chaumette, los herbertista, y más tarde Babeuf con sus amigos, dieron el grito de las reivindicaciones sociales. Este precoz socialismo, apenas comprendió por muy pocos, no podía triunfar entonces, pero gracias a sus generosos precursores, fue la palabra de lucha del siglo de evolución siguiente y hoy tiende á imponerse.
Todo índica que ocurrirá los mismo con la ANARQUÍA: presentida por Proudhon, afirmada por Bakunin, entrevista después de pocos años con mucha claridad y profesada actualmente por un corto número de adeptos1, ejercerá una influencia decisiva en la próxima revolución social, sin lograr su triunfo. Pero una vez vencedor el socialismo, los esfuerzos, los estudios, se dirigirán hacía este nuevo ideal, que á su vez se apoderará del mundo.
Y más pronto de los que se cree, porque la duración de las evoluciones humanas cada vez se acelera más. Se ha necesitado toda la noche de los tiempos para que la antigua esclavitud se trasformara en simple servidumbre; una serie de siglos para que la servidumbre llegara hasta el liberalismo constitucional, y sólo una centuria para la manifestación del socialismo. Se puede presumir, con un poco de audacia, que faltan pocas generaciones para llegar á un estado en que la jerarquía gubernamental será reemplazada por la libre asociación de los individuos y de las agrupaciones; la ley imperiosa á todos y de duración ilimitada, por el contrato voluntario; la hegemonía de la fortuna y del rango, por la universalización del bienestar y la equivalencia de las funciones, y por último, la moral presente, de hipócrita ferocidad, por una moral superior que dimanará naturalmente del nuevo orden de cosas.
Esto es la ANARQUÍA. Enunciamos la cosa antes que la palabra, porque las palabras asustan.
La ANARQUÍA es el complemento, y, puede añadirse, la perfección del comunismo. Quiérase ó no, la marcha de los pueblos civilizados hacia un comunismo verdadero es innegable: «La democracia rueda á torrentes», ha dicho Tocqueville. En el presente, fuera del convento y del cuartel, ¿qué es el comunismo sino la confirmación, el resultado de la democracia, la generalización de los intereses no políticos (la política, esta farsa, está llamada á desaparecer), intereses materiales, tangibles, que dan vida á intereses económicos? …/…
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