Ley de Memoria: Derecho a reparación sigue siendo escamoteado

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Ley de Memoria: el derecho a la reparación sigue siendo escamoteado

Agencia Mp3. LQSomos.

Al señor Bolaños le recordamos que en la Resolución 60/147 aprobada por la Asamblea General el 16 de diciembre de 2005 sobre “Principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones” se establece claramente que la reparación plena y efectiva…

Reproducimos la carta del Encuentro de organizaciones por la memoria histórica y de víctimas del Franquismo realizada ante las declaraciones del Ministro de la Presidencia y de Memoria Democrática al presentar el Proyecto de Ley de Memoria Democrática. Encuentro por la Memoria, es una plataforma que agrupa a un centenar de colectivos de víctimas del franquismo y a sus familias, ha pedido al Gobierno que elabore después de más de 40 años de democracia un censo oficial de víctimas y represaliados, cuyo número exacto es «absolutamente desconocido».

El derecho a la reparación de las víctimas del franquismo

Carta del Encuentro de organizaciones por la memoria histórica y de víctimas del Franquismo

El ministro Félix Bolaños, en su comparecencia del pasado 20 de julio en la que presentó el Proyecto de Ley de Memoria Democrática, comentó que, al menos hasta diciembre de 2020, la Administración General del Estado había dedicado a reparaciones económicas a las víctimas de la guerra y el franquismo, la cantidad de 21.749 millones de euros siendo 608.000 los “beneficiarios”.

La cifra llama la atención porque hasta el momento, que se sepa, el Estado no ha cuantificado el número total de víctimas del franquismo. Han pasado 85 años desde el golpe de estado franquista y 44 de las primeras elecciones democráticas, y su número sigue siendo absolutamente desconocido porque en todos estos años ningún organismo de la Administración las ha cuantificado en todas sus modalidades, y por tanto tampoco en su totalidad, tal como correspondería a un Estado de Derecho.

Conocemos algunas cifras gracias a las investigaciones de historiadores, periodistas, antropólogos y, también, de las organizaciones de memoria histórica. Y, desde luego, exceden en mucho a la cifra mencionada por el ministro:

• 270.000 personas encarceladas en 1939. (La cifra de reclusos superaba los 300.000 en abril de 1939) (1). En 1943 se creó el Servicio de Libertad Vigilada que siguió vigilando a los que se liberaban . El control sobre el excarcelado y su entorno era completo. Los pueblos se convirtieron en la prolongación del espacio carcelario.

• Sabemos que en la recta final de la guerra había cerca de 90.000 personas en batallones de trabajo forzado del sistema concentracionario. En posguerra oscilaron entre los 30.000 y los 50.000 hasta finalizar 1942. Las cifras totales no pueden conocerse aún por problemas de fuentes.

• 150.648 civiles asesinados, desde 1936 a 1945, debidas a las prácticas violentas desencadenadas por los sublevados (2). Sin contar a las cientos de personas que fueron asesinadas con la aplicación de los Bandos de Guerra y que siguen sin estar registradas.

• Más de 500.000 personas huyeron de España hacia el exilio. Unas 9.200 fueron encerradas en campos de concentración nazis, de las que solo 3.539 sobrevivieron.

• Innumerables víctimas como consecuencia del robo de bebés durante toda la dictadura y hasta bien entrada la democracia.

• Más de 300.000 expedientes de responsabilidades políticas en España que significaron pérdida total o parcial de bienes, multas, destierros e incluso pérdida de la nacionalidad (3).

A esto habría que añadir la “violencia sexuada”: el número de mujeres violadas, peladas al cero, obligadas a beber aceite de ricino y paseadas para su escarnio y humillación, incluso a niñas.

Las viudas y huérfanos que quedaron desprotegidos y abandonados a su suerte durante cuarenta años a quienes se les ocultó la ubicación de las fosas, o se les prohibió llevar flores, hacer público el duelo y vestir de luto.

Las personas a quienes los franquistas robaron sus tierras, propiedades, empresas. Las multas gubernativas y judiciales a las que tuvieron que hacer frente las personas que sufrieron detenciones ilegales y sus familiares, así como quienes sufrieron detención y cárcel por su orientación sexual, etnia, religión… La cifra de víctimas del franquismo es enorme porque duró 40 años y ejerció en todo momento una dura represión.

Las decenas de miles de personas detenidas, torturadas y encarceladas por luchar por los derechos democráticos y contra la dictadura.

En noviembre de 1938 Franco hizo unas declaraciones al Daily Express señalando: «Tenemos más de dos millones de fichas personales con pruebas de sus crímenes, nombres y testigos» En 1944 el Servicio de Información y Policía Militar lo elevó a tres millones. Parece que los franquistas sí tenían cuantificado el número de víctimas. Parece que los fascistas sí tenían claro el número de sus víctimas.

Cierto es que a partir de 1979 se fueron aprobando leyes y decretos que intentaban compensar económicamente a algunas de las víctimas del franquismo. Sin embargo, el acceso a todas estas prestaciones dependía de que se pudiera justificar oficialmente el derecho a las mismas, lo que supuso un verdadero problema para muchas de las víctimas que tuvieron que recorrer archivos, registros, cárceles… sin saber muy bien cómo y dónde buscar. Y muchas otras víctimas quedaron fuera de estas compensaciones económicas porque no pudieron acreditar la muerte de su familiar al haberse tratado de asesinatos extrajudiciales, con la aplicación de los Bandos de Guerra. Además, serían incontables las renuncias de las víctimas a presentar cualquier solicitud, a finales de los 70, dada la desconfianza hacia la temida administración franquista aún intacta y los años de terror psicológico acumulados. No resultaba fácil «desnudar» el pasado ante funcionarios de un Estado que les había perseguido durante 40 años, sin las garantías de un apoyo emocional o el asesoramiento técnico adecuados. Sólo con valor, apoyo humano, información adecuada o conocimiento de la administración, podrían afrontar aquella incierta y todavía arriesgada solicitud. Y esto era una criba para la mayoría.

Al señor Bolaños le recordamos que en la Resolución 60/147 aprobada por la Asamblea General el 16 de diciembre de 2005 sobre “Principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones” se establece claramente que la reparación plena y efectiva, según se indica en los principios 19 a 23, contiene las siguientesprestaciones: restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición. La indemnización ha de concederse, de forma apropiada y proporcional a la gravedad de la violación y a las circunstancias de cada caso, por todos los perjuicios económicamente evaluables que sean consecuencia de violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos o de violaciones graves del derecho internacional humanitario, tales como los siguientes: el daño físico o mental; la pérdida de oportunidades, en particular las de empleo, educación y prestaciones sociales; los daños materiales y la pérdida de ingresos, incluido el lucro cesante; los perjuicios morales; los gastos de asistencia jurídica o de expertos, medicamentos, servicios médicos y servicios psicológicos y sociales.

La rehabilitación ha de incluir la atención médica y psicológica, así como servicios jurídicos y sociales”. Queda mucho que hacer para que la reparación de las víctimas del franquismo sea una realidad.

En definitiva, la reparación económica de las víctimas del franquismo no es un hecho real a día de hoy. Las cifras facilitadas hasta el momento dejan en absoluta evidencia a quienes las presentan como garantía de tal reparación y constituyen un insulto y de nuevo una revictimización a las personas represaliadas y a sus familias. El derecho a la reparación sigue siendo escamoteado incluso en el Proyecto de Ley de Memoria Democrática. Queda mucho por hacer y las asociaciones del Encuentro por la Memoria estamos dispuestas a seguir luchando hasta conseguirlo.

Notas:
1.- Gómez y Marco, 2011: 83-85) Citado en: Pablo García Colmenares “La Memoria histórica en España. Del movimiento memorialista a la conciencia histórica” Universidad de Valladolid 2021.
2.- Babiano, Gómez, Míguez y Tébar (2018:93) Citado en: Opus cit.
3.- Sagués San José (2019: 47-50) “La represión franquista en Cataluña” Memoria Antifranquista Baix Llobregat. 2019

17 de agosto de 2021

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