Comunicado de los países del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las NNUU

Fuente: https://mppre.gob.ve/comunicado/declaracion-politica/

Al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas, 19 Estados miembros del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas se reunieron para discutir sobre la necesidad de reforzar el multilateralismo para “forjar soluciones colectivas, inclusivas y eficaces a los retos y amenazas comunes del siglo XXI”. Colectivo y común: estas deben ser nuestras palabras clave. Menos división, más colectividad; menos construir para la guerra y más construir para la paz.

Declaración política

1. Nosotros, representantes de Angola, Argelia, Belarus, Bolivia, Camboya, China, Cuba, la República Popular Democrática de Corea, Eritrea, la Federación de Rusia, Guinea Ecuatorial, Irán, el Estado de Palestina, la República Democrática Popular Lao, Nicaragua, Siria, San Vicente y las Granadinas, Venezuela, y Zimbabue, miembros todos del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas, reunidos a nivel ministerial, en la ciudad de Nueva York, al margen de la Semana de Alto Nivel del 77º Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el objetivo de realizar una evaluación de los más recientes desarrollos en el ámbito internacional, incluidos los desafíos y amenazas a la Carta de las Naciones Unidas, la cual sigue sustentando el multilateralismo, así como de intercambiar puntos de vista sobre cuestiones nuevas y emergentes tanto de preocupación colectiva como de interés común.

2. Recordamos las Declaraciones Políticas adoptadas el 06 de julio, el 23 de septiembre y el 12 de octubre de 2021, y renovamos nuestro firme y pleno compromiso con la Carta de las Naciones Unidas, conscientes de que los principios y propósitos contenidos en ella siguen teniendo vigencia en el tiempo y continúan siendo universales, y que son todos indispensables no sólo para preservar y promover la paz y la seguridad internacionales, el estado de derecho, el desarrollo económico y el progreso social, así como los derechos humanos para todas y todos, sino también para lograr un mundo más pacífico, próspero, justo y equitativo, y un sistema basado, precisamente, en las reglas contenidas en ese instrumento universal y jurídicamente vinculante, que constituye un logro excepcional para la humanidad y un verdadero acto de fe en lo mejor de la humanidad.

3. Expresamos nuestra preocupación ante los intentos por establecer un llamado «orden basado en reglas», que sigue siendo confuso y que tiene el potencial de socavar el Estado de derecho en el plano internacional, así como los propios postulados de la Carta de las Naciones Unidas, incluidos los propósitos y principios consagrados en ella, los cuales se constituyen el único conjunto de reglas que la comunidad internacional como un todo ha acordado para conducir sus relaciones internacionales, y que se constituyen en la base para las relaciones pacíficas, amistosas y de cooperación entre los Estados.

4. Reiteramos nuestra grave preocupación por el creciente recurso al unilateralismo, en detrimento no sólo del multilateralismo, sino también de la auténtica cooperación y solidaridad internacionales, las cuales deben ser reforzadas ahora más que nunca, particularmente en medio de la actual coyuntura, en la que nos enfrentamos a una crisis mundial multifacética, con múltiples dimensiones, incluyendo como resultado de la pandemia de la COVID-19. La recuperación y el fortalecimiento del multilateralismo son esenciales para forjar soluciones colectivas, inclusivas y eficaces a los retos y amenazas comunes de un Siglo XXI de interconectividad. En este sentido, expresamos nuestro firme rechazo a las acciones, medidas y enfoques unilaterales que, lejos de zanjar las diferencias existentes y acercarnos a la realización de la paz y la seguridad internacionales, del desarrollo sostenible y del respeto de los derechos humanos, parecen estar encaminados a interferir en los asuntos internos de los Estados, a desestabilizar naciones enteras, y a reivindicar excepcionalismos inexistentes con el fin de ejercer dominación cultural, económica, social y política sobre quienes han decidido soberana y libremente controlar su propio destino y definir sus propios sistemas.

5. Concienciamos, especialmente en medio de las actuales tensiones y la polarización que se vive hoy a nivel internacional, sobre los peligros del posible afianzamiento de una mentalidad de la época de la Guerra Fría que está basada en la confrontación, en la profundización de las divisiones y en la imposición de visiones y agendas divergentes, en un intento por dividir a nuestro mundo en bloques. En este contexto, hacemos un llamado a redoblar los esfuerzos a favor de la democratización de las relaciones internacionales y del fortalecimiento del multilateralismo y de un sistema multipolar, basado, entre otros, en el respeto mutuo de la soberanía y la integridad territorial de todos los Estados, así como en el respeto al principio de igualdad de derechos y de autodeterminación de los pueblos, al Estado de Derecho, a la diplomacia, al diálogo político, a la tolerancia, de la coexistencia pacífica, del respeto a la diversidad, de la inclusión, de la cultura a la paz y la no violencia, y a la debida consideración de las diferencias existentes, todo lo cual es esencial para trabajar juntos, de manera constructiva y eficaz, en cuestiones que son de interés y preocupación comunes.

6. Reconocemos que la humanidad vive en una comunidad de seguridad indivisible en la que la seguridad de una nación es indivisible de la seguridad común de una región determinada y de aquella de la comunidad internacional en su conjunto, y que, por tanto, ningún Estado puede buscar su propia seguridad a costa de la seguridad de otro Estado o grupo de Estados. En este sentido, seguimos comprometidos a tomar seriamente en cuenta las legítimas preocupaciones en materia de seguridad de todos los países, incluidas las de quienes forman parte de nuestro Grupo de Amigos, así como a defender el principio de la seguridad indivisible y a promover un sistema de seguridad común, a través de una arquitectura de seguridad balanceada, eficaz y sostenible, anclada en el derecho internacional.

7. Reconocemos los desafíos multifacéticos a los que se enfrenta actualmente el mundo: en el ámbito medioambiental, con los impactos adversos del cambio climático y la desertificación, el cual amenaza a toda la humanidad en su conjunto, en particular a los países vulnerables; en el ámbito de la seguridad alimentaria, con un aumento significativo del número de personas que padecen inseguridad alimentaria severa en todo el mundo y con un riesgo real de que se puedan declarar múltiples hambrunas en un futuro cercano; en el ámbito de la energía, con los precios de los combustibles excesivamente volátiles y en alza, una situación que tiene un impacto directo sobre las cadenas de suministro y los costes del transporte mundial; y, en el ámbito económico y financiero, con escasez y encarecimiento de bienes y servicios, así como con países que se enfrentan ya a tensiones sociales, al tiempo que están no sólo al borde de una recesión económica, sino de la bancarrota; todo lo cual ocurre mientras la comunidad internacional sigue enfrentándose a conflictos e injusticias de larga data y a una lenta recuperación de la pandemia de la COVID-19, cuyo grave impacto ha revertido muchos de los avances que con gran sacrificio se lograron en materia de desarrollo, incluyendo en lo que respecta a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la consecución de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

8. Por consiguiente, al tiempo que expresamos nuestra profunda preocupación ante el potencial impacto de las actuales tensiones geopolíticas en todo el mundo sobre los desafíos anteriormente mencionados, los cuales no sólo están exacerbando las ya difíciles condiciones socioeconómicas de nuestros pueblos, sino que también están alimentando una mayor incertidumbre a escala mundial y afectando en gran medida los precios de los productos básicos, especialmente de los alimentos y la energía, acogemos con satisfacción la Iniciativa para el Desarrollo Global (GDI, por sus siglas en inglés) presentada por la República Popular China, la cual propugna un espíritu de asociación abierta e inclusiva, y tiene como objetivo acelerar la implementación de la Agenda 2030, en beneficio de todos los pueblos, así como facilitar soluciones centradas en las personas para abordar los actuales desafíos, navegar por la encrucijada en la que se encuentra actualmente la causa mundial del desarrollo, y fomentar una comunidad mundial de desarrollo con futuro compartido.

9. Expresamos nuestro categórico rechazo a las prácticas coloniales y neocoloniales en las relaciones internacionales, y que incluyen, entre otros, los intentos por ejercer una dominación racial, cultural, económica, social y política, incluso a través de la explotación y la discriminación, la ocupación extranjera y las políticas de apartheid, la injerencia externa, así como a través de otras prácticas destinadas a promover perversas concepciones supremacistas y a lograr la subyugación de otros.

10. Renovamos nuestra determinación de coordinar esfuerzos y estrategias a nivel nacional, regional e internacional contra el crimen transnacional organizado, así como de desarrollar los métodos más eficaces para prevenir y combatir los delitos de esta naturaleza, los cuales afectan negativamente el desarrollo, la estabilidad política y los valores sociales y culturales de naciones enteras. En este contexto, reafirmamos nuestras posiciones de principio y nuestra enérgica condena, entre otros, a la trata de personas, la utilización de mercenarios y el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, al tiempo que rechazamos la politización de estos flagelos, incluyendo a través de la emisión de listas unilaterales en las que se acusa a los Estados de un presunto apoyo al terrorismo; una práctica que es incompatible con el derecho internacional.

11. Renovamos nuestra firme condena a la promulgación y aplicación de medidas coercitivas unilaterales, sean de carácter político o económico, toda vez que se trata de medios ilegales destinados a ejercer presión, en particular, pero no exclusivamente, sobre los países en desarrollo, y a forzar la voluntad soberana de otro Estado, con el fin de obtener de éste ventajas de cualquier tipo. En este sentido, al resaltar el impacto negativo de estas medidas ilegales, en particular sobre el disfrute y la plena realización de los derechos humanos, incluido el derecho al desarrollo, expresamos nuestro apoyo y solidaridad con las naciones y pueblos sometidos a enfoques unilaterales y arbitrarios que violan tanto los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, como las normas básicas del derecho internacional, especialmente para con aquellos que forman parte de nuestro Grupo de Amigos, y renovamos nuestro llamamiento para que sean levantados de forma completa e inmediata, así como al respeto pleno del derecho inalienable de los pueblos a la autodeterminación y a la integridad territorial y la independencia política de todas las naciones. También expresamos nuestra preocupación ante la continua instamos a que las relaciones políticas estén basadas en el respeto mutuo y en la igualdad de condiciones, en consonancia con el principio de igualdad soberana de los Estados. Seguimos comprometidos, además, a seguir organizando eventos destinados a crear conciencia y subrayar el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales sobre los derechos humanos, incluyendo en los márgenes de la Asamblea General de las Naciones Unidas. expansión de dichas medidas ilegales, incluso en medio de la pandemia de la COVID-19, lo cual por ende les convierte en crímenes de lesa humanidad y violaciones en masa de los derechos humanos, y llamamos a los Estados a abstenerse de implementar medidas coercitivas unilaterales como medios políticos, en el contexto de las relaciones bilaterales, al tiempo que instamos a que las relaciones políticas estén basadas en el respeto mutuo y en la igualdad de condiciones, en consonancia con el principio de igualdad soberana de los Estados. Seguimos comprometidos, además, a seguir organizando eventos destinados a crear conciencia y subrayar el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales sobre los derechos humanos, incluyendo en los márgenes de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

12. Teniendo en cuenta todo lo anterior y las realidades y desafíos antes mencionados, enfatizamos que las medidas coercitivas unilaterales, habida cuenta su amplio alcance, sus implicaciones extraterritoriales y su naturaleza sistémica, están exacerbando deliberadamente la crisis multifacética a la que se enfrenta la humanidad en la actualidad y que continuarán no sólo afectando negativamente la economía global en su conjunto, sino que también causarán y prolongarán el sufrimiento humano en todo el mundo, a menos que se ponga fin de forma completa e inmediata a todas estas medidas ilegales, lo que permitiría a todas las naciones aprovechar plenamente sus potencialidades productivas y, por consiguiente, contribuir a la estabilización y la superación de los desafíos actuales. Alentamos, por lo tanto, al Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial sobre Alimentos, Energía y Finanzas, establecido por el Secretario General de las Naciones Unidas, a que evalúe y aborde urgentemente el impacto negativo de las sanciones unilaterales sobre la actual crisis mundial, incluyendo sus dimensiones alimentarias, energética y financiera, en sus informes posteriores.

13. Ante la ausencia de su eliminación, y conscientes de los obstáculos que generan, entre otros, sobre la capacidad de llevar a cabo comercio e inversiones legales entre naciones independientes y soberanas, expresamos nuestro compromiso para con un sistema multilateral basado en la Carta de las Naciones Unidas, así como nuestra determinación de explorar posibles formas y medios para asegurar un marco o plataforma que sea verdaderamente independiente y respetuosa del derecho internacional, para realizar transacciones financieras y pagos bancarios a nivel mundial; esto es, avanzar hacia el establecimiento de una zona segura, libre de sanciones unilaterales, en la que podamos comerciar y procesar pagos sin peligros o impedimentos arbitrarios de carácter punitivo, a fin de asegurar tanto el bienestar de nuestros pueblos como el desarrollo de nuestras naciones.

14. En línea con nuestras posiciones históricas y de principios, expresamos nuestra inquebrantable solidaridad con el pueblo y el gobierno de la República de Cuba, la cual ha resistido heroicamente el impacto negativo del bloqueo económico, comercial y financiero que le ha sido impuesto por los Estados Unidos de América durante más de sesenta años, el cual representa el mayor impedimento para su pleno desarrollo económico y social, e instamos al gobierno de los Estados Unidos de América a poner fin de manera inmediata, completa e incondicional el embargo contra Cuba, al tiempo que esperamos medidas concretas que puedan fomentar un ambiente propicio para la reanudación de un proceso político y diplomático hacia la normalización de las relaciones bilaterales.

15. Hacemos también un llamado a la eliminación inmediata e incondicional de las medidas coercitivas unilaterales ilegales e injustificadas impuestas contra la República de Zimbabue tras su histórico programa de reforma agraria, el cual está destinado a distribuir la tierra a la mayoría anteriormente excluida, y reafirmamos nuestra inquebrantable solidaridad con el heroico pueblo de Zimbabue.

16. Expresamos nuestra determinación de promover y proteger el verdadero espíritu de los derechos humanos y del valor de la democracia, a la luz de los actuales y crecientes intentos por convertirlos en armas contra los Estados soberanos y los gobiernos nacionales, incluso mediante estrategias destinadas a redefinir los derechos humanos y el valor de la democracia, en un esfuerzo por categorizar a los países y dividir aún más a la comunidad internacional, ignorando la diversidad política, económica, social y cultural de nuestro mundo. En este sentido, al expresar nuestra grave preocupación por recurrentes tendencias, subrayamos la necesidad de que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos defienda los principios de universalidad, objetividad, no selectividad y no politización, y que se ajuste estrictamente a los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, con el fin de evitar su instrumentalización para atentar contra la soberanía de los Estados o para interferir en los asuntos internos de éstos.

17. Reafirmamos que las Naciones Unidas continúan siendo un foro central e indispensable para abordar las cuestiones relativas a la cooperación internacional para el desarrollo económico y el progreso social, la paz y la seguridad, la resolución pacífica de controversias, los derechos humanos y el estado de derecho, sobre la base del diálogo, de la cooperación y de enfoques orientados hacia el consenso entre los Estados, y, por lo tanto, seguimos plenamente comprometidos tanto con su revitalización como con el fortalecimiento de su papel, en particular en medio de la actual coyuntura internacional, en la que el mundo necesita mucha más solidaridad y cooperación. Asimismo, al reafirmar la naturaleza política de las Naciones Unidas, así como su carácter intergubernamental, universal y democrático, expresamos nuestra determinación de participar activa y constructivamente en los procesos en curso de carácter fundamental, los cuales necesariamente deben ser dirigidos e impulsados por los Estados, incluyendo, entre otros, los preparativos de la Cumbre del Futuro.

18. Subrayamos la importancia de garantizar condiciones adecuadas para que las Misiones Permanentes y las Misiones Observadoras Permanentes ante las Naciones Unidas, sus Oficinas y otras Organizaciones Internacionales puedan desempeñar plena y eficazmente sus responsabilidades y cumplir así sus respectivos propósitos. En este contexto, hacemos un llamado a los Países Anfitriones a que faciliten, de conformidad con sus obligaciones jurídicamente vinculantes en virtud de los Acuerdos de Sede pertinentes y de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, la oportuna emisión y/o renovación de visados de entrada múltiple, la supresión de restricciones de movimiento, así como la prestación de servicios bancarios y de protección y seguridad para las instalaciones diplomáticas y su personal, garantizando al mismo tiempo el respeto a la inviolabilidad de las instalaciones diplomáticas; todo ello independientemente de las diferencias bilaterales que puedan existir entre los Estados Miembros y los Países Anfitriones. Recordamos también, a este respecto, el papel del Secretario General de las Naciones Unidas, en tanto que más alto funcionario administrativo, de velar por que no se abuse de los privilegios derivados de albergar las Naciones Unidas, sus Oficinas y/u Organizaciones Internacionales y que, en caso de que surgiera una controversia relativa a la interpretación y aplicación de los acuerdos pertinentes, como resultado, entre otros, de episodios continuos de incumplimiento, se inicie rápidamente un procedimiento de arbitraje.

19. En línea con nuestras posiciones históricas y de principios, reafirmamos nuestro firme compromiso con la justa causa de Palestina, así como nuestra inquebrantable solidaridad con el heroico pueblo palestino en su lucha por alcanzar sus derechos inalienables, la libertad y la justicia. Reafirmamos, además, nuestro pleno y continuo apoyo a todos los esfuerzos encaminados a poner fin a la grave injusticia infligida sobre el pueblo palestino desde la Nakba de 1948. También seguimos comprometidos con la intensificación de nuestros esfuerzos, incluyendo a través de la participación activa en iniciativas internacionales, para poner fin a la ocupación israelí, la cual se constituye en una ocupación colonial ilegal y en un régimen de apartheid, y para lograr la independencia del Estado de Palestina, con Jerusalén Oriental como capital, así como la realización de los derechos inalienables del pueblo palestino, incluyendo a la autodeterminación y a la liberta, y una solución justa y duradera a la Cuestión de Palestina en todos sus aspectos, incluida la difícil situación de los refugiados de Palestina, de conformidad con el derecho internacional, las resoluciones pertinentes de la ONU y la Carta de las Naciones Unidas. Reafirmamos, además, nuestro apoyo a la atrasada admisión del Estado de Palestina como Estado Miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas, cuestión pendiente ante el Consejo de Seguridad desde el 23 de septiembre de 2011, y lo cual le permitirá poder ocupar el lugar que le corresponde en la comunidad de naciones.

20. Reconocemos que, desde su establecimiento formal hace más de un año, el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas ha logrado importantes avances en la promoción de sus objetivos y en la implementación de su Programa de Trabajo anual. A este respecto, expresamos nuestra determinación por redoblar los esfuerzos encaminados a posicionar a nuestro Grupo de Amigos como un actor activo y clave en todos los foros internacionales y procesos intergubernamentales pertinentes, incluyendo en el contexto de la Asamblea General de las Naciones Unidas durante su 77º Período Ordinario de Sesiones, y como parte de nuestros esfuerzos continuos por garantizar el respeto y la adhesión a la Carta de las Naciones Unidas, tanto en su letra como en su espíritu.

21. Expresamos nuestro agradecimiento al Gobierno de la República Islámica de Irán por su ofrecimiento para acoger la Primera Reunión de Coordinadores Nacionales del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas, a principios del mes de noviembre de 2022, en Teherán, al tiempo que expresamos nuestra determinación de participar activamente en sus preparativos y posteriores deliberaciones, con el fin de garantizar su éxito y seguir avanzando en la coordinación de nuestros esfuerzos tanto en Nueva York como más allá, incluso mediante la activación efectiva de los Capítulos de nuestro Grupo en otras locaciones que sean sede de Oficinas de las Naciones Unidas y de Organizaciones Internacionales.

22. Reiteramos nuestra invitación a aquellos miembros de la comunidad internacional que estén comprometidos con los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, con los valores del diálogo, la tolerancia y la solidaridad, así como con un multilateralismo eficaz e inclusivo, en el que todas las regiones y los Estados de todo tamaño sean iguales y estén comprometidos por igual, a que consideren, a la brevedad posible, unirse a nuestro Grupo de Amigos y/o a suscribir esta Declaración Política y las anteriores, como parte de nuestros esfuerzos colectivos para avanzar en nuestros objetivos compartidos y, en última instancia, seguir cumpliendo la promesa de la Carta de las Naciones Unidas de lograr un mundo más pacífico y próspero en el que nadie se quede atrás.

Nueva York, 22 de septiembre de 2022

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