Breve recuerdo de Dylan Thomas

Fuente: https://elsudamericano.wordpress.com/2020/05/24/breve-recuerdo-de-dylan-thomas/                                                                                    MAYO 24, 2020

Dylan T
“Y la muerte no tendrá señorío.
Desnudos los muertos se habrán confundido
con el hombre del viento y la luna poniente;
cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,
tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío…” Dylan Thomas.

“Mi corazón único y noble tiene sus testigos en todos los países
del amor que a tientas despertarán; y cuando el sueño ciego caiga
sobre los sentidos en acecho será sensual el corazón aunque haya
cinco ojos que se quiebren.” Dylan Thomas.

Nacido en Gales el 27 de octubre de 1914, muere en Nueva York el 9 de noviembre de 1953.

Actor, guionista, periodista radial y sobre todo brillante bohemio poeta. Su primera colección “Dieciocho poemas”, data de 1934., a la que le siguió “Veinticinco poemas” en 1936, y “Mapa de amor” en 1939.

Después de su muerte, fue publicada “Bajo el bosque lácteo”, que se considera es quizás la parte más importante de su obra.

Radioteatro. La traducción de “Under Milkwood” por “Bajo el cielo de Milkwood” no es literal pero da a entender mejor el sentido del título que la traducción más común que suele ser “Bajo el Bosque Lácteo”. Aquí oiremos la obra traducida y dirigida por el uruguayo Walter Acosta. Es una versión acortada pero es, a mi entender, la mejor traducción de esta obra hecha hasta ahora. En ella se conserva todo el espíritu poético de la misma. El sonido no es muy bueno pero podemos hacernos una idea de esta maravillosa obra de Dylan Thomas. Fue producida por la BBC en la década de los setenta. La obra narra el trascurso de un día de primavera en el imaginario pueblo galés de Llareggub, donde vemos pasar ante nosotros una sucesión de imágenes y símbolos tan tópicos como ininteligibles a veces.

Respeto y admiración para el “caprichoso usador de palabras”; para aquel que pensaba con razón que

“Un buen poema es una contribución a la realidad. El mundo nunca es el mismo una vez que un buen poema se ha añadido a la misma.”

¡Salud poeta!, un brindis de veneración y admiración para recordar con alegría la presencia de tu verbo imperecedero:

Fraternalmente Jesús Santrich, El Disidente.

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