28 de abril – 1 de mayo: correspondencia de cuarentena

Fuente: http://loquesomos.org/28-de-abril-1-de-mayo-correspondencia-de-cuarentena/                                                                       

Luz Modroño*-Enriqueta de la Cruz*. LQS. Mayo 2020

Tercera entrega de este hilo de la correspondencia entre Luz y Enriqueta, un hilo epistolar rojo, republicano, que es de hablar claro. Volcando ahí de forma personal sus observaciones, inquietudes, deseos de colaborar con lo que saben hacer, aquí nos comparten este mundo epistolar creado entre ellas dos

– Primera correspondencia 14-16 de abril
 Segunda correspondencia 20-26 de abril

VOZ DE ENRIQUETA

28 de abril

Me emociona eso que cuentas, Luz, que recuerdas. Hubo muchos guernicas y campos de exterminio y cárceles y hambres de exterminio programado fríamente por las oligarquías y siervos de coronas y coronados, por fanáticos religiosos con sus intereses en esa Guerra de España, provocada, sí, por genocidas.

Estamos en otra, compañera, yo sí que creo que es guerra, la primera no entre países o en un mismo país, que también es y lo que nos queda, sino principalmente guerra de proyecto contra la humanidad para ciertas potencias inservible. Eso creo.

Dicen, mienten, “de esta saldremos todos juntos”. No somos tontos. Ni los viejos, ni los negros pobres, ni todos los pobres del mundo, ni los no cualificados tecnológicos, ni los refugiados, ni los rebeldes, interesan al uno por ciento… que manda… Insisto en esa primera idea.

Sin ellos, sin la mujer rebelde de la que hablas en parte que huyó de tanto machirulo o que fue ella, por diferente, no somos nada. Sin los rebeldes, sin tanto joven hoy precario, esclavo, sin tantos que trabajan y alimentan la tierra y nos abren los ojos contra la mentira. No somos todos, somos nadie. Para tantos…

Sin los abrazos, sin los besos, sin juntos no hay juntos. No somos tontos.
Guerra de proyecto de un poscapitalismo que revienta contra el hombre, contra la mujer, para nuevos esclavos que les sirvan. A los ricos de siempre. Eso vivimos…

Sufrimos.

Nos roban tiempo de vida, libertad, vida…

Recuerdo hoy a los krausistas que tanto iluminaron nuestra II República, y recuerdo esa película El Club de los poetas muertos que me recomendó un poeta muerto, un ministro entonces, ya ex, socialista creo aún, de los que se denominan así, pero son solo socialistas a la nueva usanza. Luego ese hombre fue procesado por corrupción para vergüenza de los verdaderos socialistas. Por eso digo que muerto, poeta que querría ser…

Apreciar todo desde lejos y desde cerca por la especulación y la observación que supone juzgar con sinceridad relacionando los hechos a las causas, los fenómenos a las leyes, y aprender a juzgar los hechos a la luz de los principios. Eso enseñaban los krausistas, y los hombres que siguieron enseñanzas… En esto educaban a sus alumnos.

Reposan las enseñanzas necesarias en nuestras bibliotecas, tendremos que volver a saber lo que supimos. Y leer a Max Aub, que lo advirtió. A ese gran autor que has recordado tú también.

Lo que supimos. Y hemos olvidado…
Vienen luchas, conviene recordar…

VOZ DE LUZ

1 de mayo

Cierto, Enriqueta, querida amiga.

Pero a pesar de todo, siempre nos quedará la palabra. Es el arma más contundente y eficaz que poseemos. Mientras nuestra voz pueda oírse, mientras tengamos fuerza para hablar y energía para comunicar nuestro pensamiento habrá esperanza. El futuro nos pertenece, la lucha entre los que quieren controlar ese futuro -una minoría, no lo olvidemos- y la mayoría de personas que poblamos este mundo fue, es y será nuestro.

Por eso es tan importante tener siempre conciencia de ello. Es necesario saber, porque solo desde el saber podremos cambiar y seguir avanzando.

¿Recuerdas ese libro de Max Aub, La gallina ciega? Un libro, como casi toda su obra, casi de culto. En él, Aub narra su desconcierto, desconfianza y frustración ante la España con la que se encuentra al regresar en los años 60, tras sus primeros de exilio. Y no le gusta lo que ve ni lo que oye, llegará a decir que para esto no habían perdido una guerra. Su sitio ya no está aquí, el exilio le ha alejado demasiado de esta España de los 60 en la que la conciencia de la clase obrera había ido desnaturalizándose. Es tan clarividente que quizás ahí está la clave de lo que ocurriría años más tarde. Esa pérdida paulatina de la confianza del pueblo en sus partidos naturales. Es difícil entender cómo la clase trabajadora pudo depositar su confianza en los herederos de los que habían terminado a fuerza de fusil y bombas con las esperanzas de todo un país, con el progreso y la democracia. Cuesta encontrar las razones que llevaron a lo que se llamó cinturón rojo de Madrid a los que, por definición, son sus adversarios. Y quizás la respuesta se encierra en esas páginas…

A menudo me he preguntado cómo es posible que no se haya reivindicado más a este gran autor apenas reseñado en los libros de texto actuales. ¿Quizás su voz quiso ser demasiado clara para todos? ¿Como la de Chaves Nogales? ¿Otra voz a silenciar? Pero ya ves, la historia no puede con el olvido…

Ayer fue el aniversario de Clara Campoamor. Otro hecho fundamental a recordar. Este año no se ha podido celebrar. Como tampoco el día de hoy, 1 de mayo. Y hoy toca hablar de ello. Y toca porque, a pesar del silencio en las calles, a pesar de la tristeza de unas ciudades que no han oído el retumbar de los gritos del desfile más festivo –junto al 8 de marzo- del año, a pesar del esfuerzo de los sindicatos porque el maldito covid-19 no secuestrara también lo que este día significa, tanto el aniversario de Campoamor como la celebración del día de hoy han estado presentes en nuestras casas, en nuestros teléfonos, en nuestras redes. La voz no ha quedado ni secuestrada ni dormida.

Hoy tocaba denunciar una vez más la feminización de las consecuencias de la pandemia. Porque, tal como dices, de esta, como de tantas otras, no saldremos todas ni saldremos de la misma manera. La brecha salarial, que ya era palpable, va a ser aún mayor cuando esto termine, cebándose con las mujeres, porque una sociedad patriarcal es una sociedad de jerarquías. Y en ella la mujer ocupa los últimos escalones.

¿Te has fijado que, siendo como es la enfermería cosa “de mujeres” por ser nosotras las que mayoritariamente ocupamos ese espacio laboral, los dibujos e ilustraciones de héroes, son eso, héroes y no heroínas? Súper hombres que, como si una moderna edad media con su Sant Jordi venciendo al dragón se tratara, salvan a la humanidad. Las mujeres, según la economista Carmen Castro, suponen el 85% del personal de enfermería. Lo que significa que, mayoritariamente, las que más han sufrido las consecuencias del cuidado a los y las enfermas del virus han sido mujeres.

Pero hay más, en cuanto a lo de dejar claro que la lucha contra este maldito y escurridizo virus ha estado en manos de las mujeres: farmacéuticas, personal de limpieza, cuidadoras, trabajadoras de las temidas residencias de mayores, cajeras de supermercados…

¿Quiénes han sido realmente, pues, los auténticos héroes contra esta pandemia que, al parecer, podemos por fin dejar atrás?

Pero hay más, como en botica. Cuando hablamos de brecha salarial suele aparecer inmediatamente en nuestras mentes la diferencia de salario por el mismo trabajo. Eso es algo que ya –afortunadamente- va quedando atrás por su simple consideración anticonstitucional. En lo que menos nos paramos a pensar es en que las mujeres ocupan los puestos laborales menos cualificados. El techo de cristal no es invención de feministas locas, está ahí, palpable, contrastable. Que a la cabeza de las familias monoparentales están generalmente mujeres, que muchas cobran sueldos en negro, que muchas ni siquiera han tenido la opción de acogerse a los ERTE, que las pensiones más bajas son percibidas por mujeres que, por la edad, vivieron los años más negros y crueles del siglo pasado en este país, víctimas de una postguerra que las encerró en sus casas condenándolas al cuidado de marido e hijos y que, por no haber recibido remuneración laboral, perciben pensiones miserables. En definitiva, el Covid-19 también está feminizado.

Entregas anteriores:
– Primera correspondencia 14-16 de abril
 Segunda correspondencia 20-26 de abril

Las autoras de la correspondencia:

– Luz Madroño es profesora de Historia en Secundaria, es doctora en Psicología, psicóloga, por tanto, que también que en estos momentos echa una mano al que puede y necesita; es activista social, trabaja por los derechos humanos a pie de obra y recientemente ha llegado de Lesbos, en ese lugar donde los refugiados se debaten entre el vivir o vivir, porque hay que sobrevivir, porque llegaron de un infierno para meterse en otro, pero no se rinden. También Luz está vinculada a la UNESCO desde su presidencia del Centro en Madrid, donde organiza estupendas jornadas. Feminista, mujer de mundo, honesta… Y mucho más.

– Enriqueta de la Cruz, es escritora y periodista. Cinco novelas publicadas enraizadas en Memoria Histórica, presente y nuestro futuro. La última: Despertando a Lenin, de reciente aparición y dos libros de conversaciones con el republicano y ex presidente del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, César Navarro, psiquiatra, humanista, políglota y sobre todo, buena y culta persona. La última, Tiempos de plomo y ceniza, acaba de salir de imprenta. Colaboradora en LoQueSomos y otras Web alternativas, enormes grupos de gente imprescindible, a la que admiro por ser luchadora, comprometida.

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