Literafrica: Sobre ese aspecto de la literatura llamado crítica

Fuente: https://literafrica.wordpress.com/2020/03/01/sobre-ese-aspecto-de-la-literatura-llamado-critica/                                                          sfqu                                                                                                                                         01.marzo, 2020

La seducción del mirlo blanco

Leyendo La seducción del mirlo blanco de Mohamed Chukri me he encontrado con viejos fantasmas. Temas que siempre me han apasionado y que son propicios para generar encendidos debates, entre personas que disfrutan con lo literario y sus entornos.

Uno de ellos es el de la crítica literaria. Todavía recuerdo con nitidez las sensaciones que me produjo el breve ensayo de Ama Ata Aidoo publicado, junto con su obra Nuestra hermana aguafiestas, bajo el título Colegas impertinentes y esclavas decorativas.En concreto, me llamó mucho la atención este párrafo:

«Porque seguramente mis hermanos y colegas saben de sobra que lo único importante es la recepción crítica de un libro, no necesariamente que reciba beneplácitos. Cuando un crítico se niega a hablar de tu obra, es un acto de violencia. Te está deseando la muerte en tanto que persona creativa».

Daba qué pensar.

Algunas de las personas que conozco y que se dedican a la crítica literaria me han comentado en alguna ocasión que ante un libro que consideran malo o soporífero, la táctica que utilizan es la de no hablar de él. Lo que se llama “correr un tupido velo”. Aidoo expresaba lo anterior dolida por el silencio de sus propios colegas (hombres), en cuanto que mujer escritora. Sin embargo, más allá de la terrible invisibilización por género, es llamativo que los escritores prefieran una crítica negativa a ninguna. Aunque lo anterior también tenga sus trampas.

A menudo, ocurre que los escritores te piden sinceridad, me dice una persona que ejerce la crítica, pero luego cuando se la das no la encajan bien. Incluso puede llegar al plano personal, reaccionar en sentido contrario prosando las carencias del crítico en particular y acabar provocando un alejamiento.

El tangerino Chukri formula en el libro arriba mencionado la siguiente y pertinente cuestión: «¿Cómo juzgar lo que es bueno o malo en literatura, lo misterioso importante y lo misterioso anodino, lo evidente maravilloso y lo evidente aburrido?». No importa sobre lo que escribas, se dice a menudo, siempre que logres trascender. El problema está en la baremación. Todo depende de la subjetividad, no hay parámetros externos de los que nos podamos guiar.  Ya que aunque en muchos casos se dé un consenso generalizado entre lectores y críticos, esto a veces no ocurre y cada uno va por su lado.

Pero además, existen otros factores que contaminan la crítica literaria. Las filias de cada uno y lo que espera encontrar en los libros. Chukri apunta a la “politización” como una de las razones, sobre todo en lo que se refiere a los escritores del tercer mundo. También a los indisolubles vasos comunicantes que a veces son el escritor y su interesante vida personal.

Sin olvidar que todo crítico tiene su público. Y también se debe a él. ¿Puede buscar, al igual que el escritor, el aplauso?

Finalmente, recuerdo haber leído un prólogo fabuloso en el que el prologuista pedía que el lector no se quedara solo en este, se trataba de una introducción que había resumido y analizado el texto complicado que seguía a la perfección, y avanzara leyendo el libro en sí. En aquel momento me produjo cierta perplejidad, pero las palabras de Chukri  cuando afirma «Hay lectores que disfrutan más leyendo a un crítico determinado que la propia obra objeto de la crítica», (pág.78) quieren decirme que la afirmación del prologuista tenía su base.

A lo anterior hay que añadir que el tangerino distingue entre diferentes tipos de lectores. No en vano afirma “no solo el buen lector busca un buen libro, también el buen escritor necesita al buen lector” (pág. 123). En esta química tan especial puede que el lector “se moleste porque un crítico o el propio escritor le desvelen (mediante la definición de su experiencia literaria) una interpretación distinta de la que él entendió”.

La seducción del mirlo blanco (Gawayat al-shubrur al-abyad, 1997). Mohamed Chukri. Trad.: Malika Embarek y  Ana María Debbane.  Editorial Cabaret Voltaire, 2020.

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