Fuente: https://frenteantiimperialista.org/sin-ruido-el-lince/ El lince 18/05/24
Estos días he tenido una conversación interesante con unos amigos que me preguntaban el por qué de los títulos tan «estrambóticos» (extravagantes) que suelo poner. Tiene que ver con la cultura. Fueron los griegos los que para quedar bien ante el público ponían títulos a sus obras teatrales que no indujesen a confusión y que quienes acudían a sus representaciones teatrales supiesen de qué iba la cosa. Es decir, eran previsibles y con una función identificadora y, a la vez, simple. Solo unos pocos herejes como Hesíodo (sobre el año 700 antes de nuestra era) se atrevieron a dejar que la imaginación funcionase al escribir «Los trabajos y los días», que no daba pista alguna sobre lo que trataba, justo lo contrario de clásicos como «Edipo rey» o «Las troyanas», aunque este último tiene la virtud de ponerse del lado de las mujeres y de las derrotadas, además, lo que supongo causó sensación porque también rompía una norma: la de ir con los vencedores.