Fuente: https://mail.google.com/mail/u/0/#inbox/FMfcgxwHNVzNQrCZNcBTFRckPVFPZZFB El País. 16 May 2020 02:18 AM PDT
En cierta medida, Julio Anguita no era de este mundo. Al menos no del mundo de la política actual: ese ecosistema inundado de gritos, aspavientos, hipérboles, demagogia y descalificaciones que ahoga nuestro día a día. El estilo con el que Julio transmitía siempre fue otro: el de la pedagogía, la explicación detallada y la discrepancia respetuosa. Y armado con esos instrumentos y con un profundo bagaje de cultura general, él se adentró con convicción en la gigante tarea de cambiar este mundo de base. No es poca cosa.
Este no es lugar para repasar apresuradamente su compleja y completa biografía política. Hay registros suficientes en los libros que escribió –solo o acompañado– así como en las crónicas políticas de las últimas décadas. Sin duda, siempre es buena idea leer sus textos y escuchar sus discursos, los mismos que animaron a miles de personas a interesarse por la política. A contribuir a mejorar este país. Entre ellos, al que escribe estas letras: le debo a Julio haberme convencido, sin él saberlo, de militar en el Partido Comunista de España. Cuando bastantes años más tarde se lo recordé, me contestó con su acidez habitual: “A mí no me eches la culpa de eso, carga tú solo con esa responsabilidad”.