Fuente: Portal Libertario OACA/http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com/ 22 Sep 2020 05:48 AM PDT
El movimiento obrero nace en Europa al final del primer tercio del siglo XIX, cuando la clase explotada toma conciencia de su condición común por encima de fronteras y regímenes. Antiguas herencias ideológicas se unirán a nuevas formulaciones en la organización del emergente proletariado urbano frente a la reacción violenta y represora de una burguesía que observaba con pavor el nuevo escenario; todo contribuirá fuertemente a que la clase trabajadora tome conciencia de la lucha de clases.
Todavía existirá otro factor que contribuya a esta toma de conciencia y es el exilio; las insurrecciones, y la represión consecuente, conducirá a la diseminación internacional de numerosos rebeldes, personas afirmadas en la lucha, que observarán el sufrimiento por igual en los diferentes países, por parte de los oprimidos, y adquirirán una visión internacionalista y una comprensión de la unión de todos los explotados como clase. Tal y como dijo Proudhon, será la revolución de 1848 la fecha en la que las clases obreras tomen definitivamente conciencia de sí mismas y se separen radicalmente de la burguesía. Por lo tanto, los rasgos que definirán al movimiento obrero revolucionario serán una irreductible oposición de clases, una conciencia de la unidad económica resultado de la condición de explotados y el internacionalismo.
Los textos de este libro, compilados por Eduardo Colombo, se ocupan de la rama antiautoritaria de la Primera Internacional para recuperar la historia de un movimiento obrero que resistió, tanto al reformismo socialdemócrata como a la dictadura de los que se decían revolucionarios. Un trabajo indispensable en un mundo intelectual en el que la clase dirigente, de una pelaje o de otro, oculta a aquellos que cuestionan su derecho a mandar.
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