Fuente: https://www.investigaction.net/es/usan-sus-millones-para-matar-no-para-curar/ GABRIELLE LEFÈVRE 01 Jun 2020
El 10 de abril les decíamos que Estados Unidos podía atacar Venezuela. Decíamos que intentarían golpear a los gobiernos de izquierda de una América Latina cada vez más monopolizada por la derecha. Al final, este ataque tuvo lugar, pero fracasó. Esto pone en evidencia la manera absurda de gobernar de los Estados Unidos: por un lado, son incapaces de luchar contra un virus, pero por otro se dedican a andar desestabilizando los gobiernos del resto del mundo. Mientras tanto Trump se dedica a acusar frontalmente a China de ser la causa de la epidemia, en lugar de unirse a los esfuerzos conjuntos para combatir más eficazmente la pandemia.
Fracasaron en Venezuela
Una docena de paramilitares fueron capturados en una operación cívico-militar venezolana, con la ayuda de pescadores de la región costera de La Guaira y Chuao. Esto ocurrió entre el domingo 3 de mayo y el lunes 4 de mayo 2020, nos informa InfoAmericas. Entre los agentes capturados hay desertores de la policía y ejército venezolanos, así como exmilitares de los Estados Unidos.
Las fuerzas de seguridad de Venezuela mataron a ocho de estos paramilitares. El gobierno de Venezuela dispone ahora de pruebas irrefutables de que existe un complot organizado para derrocar al presidente Maduro. Recordemos que el presidente de la Asamblea nacional, Juan Guaido se autoproclamó presidente de la república bolivariana de Venezuela el 23 de enero 2019. Desde entonces este señor lidera una oposición feroz contra el régimen de Nicolás Maduro, apoyado este último por el ejército, el tribunal supremo y la asamblea nacional constituyente. 50 países del mundo han reconocido a Guaido como presidente legítimo de Venezuela. Entre ellos están los Estados Unidos y Canadá, encabezando la lista, pero también la mayoría de los países de la Unión Europea (incluido Bélgica). Esto países se han alineado sin ningún miramiento contra los regímenes democráticos de izquierdas. Persiguen de esta manera su objetivo de controlar el codiciado petróleo venezolano.
Juan Guaido no está en su mejor momento. Ya fracasó en un levantamiento militar anterior, y sus manifestaciones masivas cada vez son menos masivas. Además, parece que “sin querer” le ayudaron unos narcotraficantes colombianos a supervisar un convoy de ayuda humanitaria dirigido a Venezuela. Actualmente Juan Guaido vuelve a fracasar en su tentativa de golpe de estado a pesar de los millones de dólares que el gobierno estadounidense ha invertido en él. Prueba de ello tenemos los contratos firmados de su puño y letra con mercenarios. Es posible que los Estados Unidos dejen de apoyar a este incompetente y autoproclamado presidente, y que la diplomacia internacional dirija ahora su apoyo a la oposición “moderada”. Por otro lado, tenemos al presidente Nicolás Maduro que mientras tanto continúa peleando en su batalla principal: la salud de la población amenazada por la pandemia del Covid-19.
La industria de la guerra está en un perfecto estado de salud
Los gastos en armamento y en industria armamentística alcanzan hoy en día cifras record. ¡Y sigue creciendo! El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) acaba de publicar su último reporte anual: “Tarja Cronberg, miembro asociado del SIPRI, dice que este incremento en gasto armamentístico evidencia la rivalidad entre los EEUU, China y Rusia. Los tres países están en el top 5 del gasto militar mundial. De hecho, los EEUU gastan el 38% del gasto militar mundial total. Por su parte, Amela Skiljan, coordinadora de la oficina Internacional de la Paz, nos ayuda a entender en una escala más humana la suma de 1.9 billones de dólares que se ha gastado el mundo en armamento en el 2019: 1.917.000.000.000 dólares en un año, ¡esto significa un gasto mundial de 60.800 dólares por segundo!”
Continua el reporte diciendo que “Alemania se sitúa en la octava posición, después de Francia y Reino Unido, con un incremento del presupuesto militar en un 10% con respecto al 2018. Por otro lado, los 29 Estados miembros de la OTAN juntos suponen aproximadamente la mitad del gasto mundial militar, o sea, 1.3 billones de dólares. Casi todas las otras potencias económicas también han aumentado sus gastos en armamento. Sin embargo, los países africanos y algunos países de Oriente próximo tienen los registros más bajos en gasto militar, incluso con conflictos armados actualmente activos en el interior de sus países”.
El último escándalo: la Unión Europea se prepara para comprar drones de combate Hermes 900 comprados a la empresa de armamento israelí Elbit System (empresa cómplice de los crímenes contra la humanidad y de la participación a la represión de los palestinos en los territorios ocupados de Israel). Estos drones servirían para detener a los migrantes que llegan a Europa huyendo de las guerras, las enfermedades, el hambre, la pobreza extrema…
Estamos en un momento de grave crisis sanitaria: hace falta mucho dinero para salvar vidas, centenares de millones de trabajadores están perdiéndolo todo y cada vez hay más víctimas del hambre, tanto es así que el programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas ha hecho un llamamiento de urgencia. Por estas razones el gasto inmenso de dinero en la industria de la muerte es absurdo, indecente y criminal. “Con el 13.5% del gasto militar mundial, cada individuo en la tierra podría alimentarse todos los días” apunta Karin Vogler, diputada de la Izquierda alemana (Die Linke).
¿Y qué pasa en Bélgica?
En estas últimas semanas, la plataforma “no queremos aviones de caza” difundió una carta blanca firmada por numerosas asociaciones pacifistas, progresistas, sociales y culturales. En esta carta se recuerda que: “en el 2017, mientras la ministra Sophie Wilmes reducía el presupuesto de la seguridad social a 902 millones de Euros, el gobierno liberaba 9300 millones para el ejército belga: dos fragatas, algunos cazaminas, 450 vehículos blindados, drones…y 34 aviones de combate para los cuales el gobierno de Michel firmó un contrato de compra-venta de más de 4000 millones de euros en octubre del 2018. Estos aviones le costarán al contribuyente belga 12500 millones de euros al final de su vida útil. Y esto sin contar los gastos de uso que están valorados en 40000 euros por hora de vuelo. Gigantescas inversiones que no están destinadas a nuestra seguridad, pero que son el resultado de las presiones de la OTAN y de los Estados Unidos para incrementar el gasto militar al 2% del PIB”.
Este llamamiento es una exigencia de que el futuro gobierno suspenda estos gastos militares y los dirija hacia la sanidad y la seguridad social.
Muchos hombres y mujeres del mundo de la política, ONG, científicos, intelectuales, y ciudadanos hacen un llamamiento a cambiar esta situación urgentemente. Tenemos que conciliar los objetivos del desarrollo sostenible, la lucha por el cambio climático, la salud, la alimentación y el agua potable para todos. Esta batalla será dura porque hay personas muy influyentes de el mundo de las finanzas que presionan a nuestros representantes políticos para que sigan el modelo neoliberal mundialista, y para que sigan posponiendo hasta la eternidad el indispensable cambio de paradigma político.
Traducido del francés al español por Enrique Cebrián para Investig’Action
Fuente: Entreleslignes
Notas :
https://www.entreleslignes.be/humeurs/zooms-curieux/covid-19-une-guerre-qui-en-cache-une-autre
http://www.csotan.org/ao/article.php?ao_id=76&art_id=924&Mois=mai&Year=2020