Una cámara de fotos es un arma

Fuente: https://periodicogatonegro.wordpress.com/2022/03/12/una-camara-es-un-arma/                                                         

Una cámara de fotos es un arma, y el uso que decidimos darle es una responsabilidad. Gatillar una cámara y gatillar un arma, a veces, son acciones insoportablemente similares: podés condenar a alguien.

El 10 de marzo de 2022, en las inmediaciones del Congreso de la Nación, y mientras dentro del recinto se discutía —discutía por decir algo, porque ya estaba todo acordado— el pacto de miseria y hambre con el FMI, la violencia organizada del Estado encontró resistencia: piedras y cascotes surcaron el cielo y estallaron vidrios, bombas molotov hicieron arder basura y policías —es decir: basura y ya— y la rabia desbordó.


Entre la gente había fotoperiodistas. Lo normal. Y muchos de ellos decidieron, una vez más, gatillar su arma y condenar al pueblo. Como si fueran policías que levantan sus escopetas y disparan a la cara, ellos también dispararon a la cara de los manifestantes. y sus caras empezaron a circular.

Hoy, los medios tradicionales celebran tener «identificados a los violentos». ¿Los legisladores cómplices de la democracia genocida? No: el puñado de personas que defendieron la dignidad propia y de todxs.

Marcos Brindicci (AFP), Rodrigo Abd (AP), Pablo Añeli (Telam) y Fabián Marelli son algunos de los fotoperiodistas o, mejor dicho, mercenarios, que le ponen precio a la vida de las personas. Todos ellos son colaboradores de la policía, del Poder Judicial y político. Su material es útil para condenar cualquier actitud que difiera con la caja, urna, cápsula, jaula democrática que atenta contra las buenas costumbres de ejemplares ciudadanos. Difunden imágenes con la misma euforia que tantas veces se ha denunciado “¡infiltrado!” e inmediatamente se obtiene la cuota de ciudadano ejemplar. Pequeños policías, felpudos serviles al sistema de miseria.

Ellos son quienes facilitaron la criminalización de un grupo de personas que se defendieron de los intereses del capital internacional. Ellos trabajan para sí mismos. Concientes de que el fotoperiodismo es una pieza fundamental de la lucha en el campo simbólico, trabajan para sus propios intereses y de un público manso, domesticado, ciudadanizado, democratizado, civilizado, que festeja esa clase de fotografías. No existe la objetividad dentro del periodismo, pero sí existe un discurso dominante que se plasma como el universal, mientras las palabras de quienes resisten desde los márgenes quedan reducidas a un simple discurso coyuntural y no como un saber que emana de carnes hambreadas.

Serviles a las empresas de los medios de comunicación, siempre tienen una nueva oportunidad para volver a identificarse como buenos ciudadanos. Buenos ciudadanos que les molesta más un vidrio roto que un acuerdo que implica sostener la crisis permanente del capitalismo.

Con sus cámaras se posicionaron dentro del Congreso.

¿Cuáles son las formas correctas de manifestarse? ¿Las legitimadas por la institucionalidad? Pareciera ser que no nos dimos cuenta de que la “protesta pacífica” es un oxímoron.

Hace falta que se arroje una piedra para que la militancia políticamente institucionalizada se despegue de los “incidentes” obnubilando el hecho político que los provocó: el acuerdo de la miseria planificada.

Ya se ha dicho tantas veces que estamos hace tiempo inmersxs en una organización coordinada de todos los pequeños miedos, las pequeñas angustias que convierten al ciudadano-policía en un microfascista encargado de sofocar el menor gesto, la menor cosa o la menor palabra discordante en nuestras calles. Ayer fue otra demostración de ello. No existe lugar para el exceso, el desborde, la irrupción de la pacificación del Capital. El arco político —y estos mercenarios con sus falos-cámaras— no pueden y no deben permitirlo

Quizás sea el tiempo de matar a nuestro ciudadano-policía interno.

¿Hasta dónde está permitido enojarse?

¿Cuánto vale la vida de las personas? Parece que para algunos tiene el mismo precio que una foto.

Odio colectivo de Aislamiento Represiva + La Obrera Colectivo Fotográfico + La Chispa Prensa + Periódico Gatx Negrx


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