Turquía: Días de coronavirus y de alas recortadas

Fuente: https://www.sinpermiso.info/textos/turquia-dias-de-coronavirus-y-de-alas-recortadas                                              Esen Uslu                                                                           28/06/2020

Como la mayoría de los gobiernos del mundo, la pandemia de covid-19 pilló por sorpresa a Turquía. Incluso a fines de marzo Ankara todavía esperaba que la temporada de turismo no se perdiera por completo, y que las industrias orientadas a la exportación, como la automotriz y la confección, sufrirían solo cierres menores, de los que pronto se recuperarían. Hasta que las cosas se volvieron insostenibles, Turkish Airlines siguió operando sus vuelos internacionales.

La pandemia llegó en un momento inoportuno para el presidente Recep Tayyip Erdoğan: la infraestructura de salud pública estaba siendo reestructurada y la mayoría de los hospitales estatales estaban siendo cerrados: los nuevos ‘hospitales de ciudad’, destinados a centralizar todos los servicios en unos pocos grandes complejos, todavía se están construyendo. El sector de la salud privada estaba mal preparado para lidiar con una afluencia masiva de nuevos pacientes: es decir, personas corrientes que no pueden hacer frente a los pagos adicionales necesarios de las facturas médicas que exceden con mucho los plazos fijos de pago del gobierno, especialmente para cuidados intensivos y tratamiento hospitalario a largo plazo.

Cuando el gobierno comprendió que dejar que la ‘inmunidad colectiva’ se desarrollara a su propio ritmo no era práctico -se había colapsado la infraestructura de salud-, se tomaron una serie de decisiones precipitadas y descoordinadas. En Estambul, la construcción en curso del hospital se aceleró para admitir pacientes rápidamente. Pero las acciones del gobierno y las autoridades locales no estaban en la misma longitud de onda: las nuevas carreteras que dan acceso a los hospitales no estaban programadas para ser acabadas hasta mucho después, y no se había decidido quién las pagaría.

En Estambul, comenzó a toda prisa la construcción de dos hospitales de infecciosos a ambos lados del Bósforo. Pero no estarían listos hasta finales de mayo, por lo que, a pesar de toda la fanfarria, obviamente no han aliviado en lo más mínimo la grave situación que actualmente enfrenta el servicio de salud.

La industria textil tampoco era capaz de satisfacer la demanda de equipos de protección personal para el sector de la salud, y mucho menos de mascarillas para el público en general, a pesar de que se habían emitido directivas para que la gente las usaran en público. Una semana tras otra se anunciaron nuevas iniciativas, que si se aseguraría que se distribuirían mascarillas a través de farmacias, luego a través de las Oficinas de Correos y, finalmente, por la policía, que aparentemente las entregaría casa por casa, junto con un «obsequio presidencial» de una botella de Colonia, pero a pesar de todo, era casi imposible encontrar mascarillas.

Mientras tanto, el gobierno trató de ganar algunos puntos a nivel internacional enviando cargas de PPE a varios países, incluido Gran Bretaña, así como a aquellos considerados en su esfera de influencia en el mundo musulmán y África. Pero ocurrió un pequeño error en relación con las entregas de EPP al Reino Unido: las mascarillas entregadas eran totalmente deficientes.

Inadecuado

A pesar de cerrar las escuelas y prohibir las reuniones, ir de compras y comer fuera, el gobierno no estaba dispuesto a declarar un cierre general. Si bien unas pocas voces débiles de las filas de la izquierda lo exigieron, la mayoría se opuso a la idea, creyendo que pedir a un régimen de derecha implementar dicho confinamiento equivalía a rendirse ante él. Incluso hoy, cuando es bastante evidente que la derecha en todas partes se está vistiendo con los colores de la libertad y exige el fin del confinamiento, y las medidas «socialistas» asociadas, como los aplazamientos del pago del alquiler y la moratoria de los créditos, o la entrega de paquetes de alimentos en los Estados Unidos a los necesitados, la izquierda turca todavía está pensando la conveniencia de reivindicaciones similares.

El gobierno ordenó que los mayores de 65 y los menores de 16 años se quedaran en casa, mientras esperaba que los que pudieran trabajaran desde casa o se fueran con licencia no remunerada (todavía no existe el término turco para «licencia»). Se supone que los escolares reciben educación por internet, a pesar de que la infraestructura de Internet es totalmente inadecuada. Como la web ha sido considerada una herramienta muy peligrosa en manos de sus enemigos por el régimen represivo, no se ha gastado un centavo en instalaciones de fibra óptica durante años, y esta solo está disponible para las grandes corporaciones y los vecindarios de nueva construcción como comunidades cerradas. El Internet inalámbrico es muy caro, y la mayoría de los estudiantes, incluso aquellos que estudian en universidades prestigiosas, no tienen una computadora portátil o conexión a Internet adecuadas en sus casas.

Los fines de semana y días festivos en abril y mayo fueron declarados días de cierre. Sin embargo, aparte de eso, la actividad económica normal continuó, aunque el sector minorista ha sufrido mucho, ya que se cerraron los centros comerciales. El gobierno ofreció subsidios para hacer frente en parte a la factura salarial, si se mantenía en nómina a los trabajadores a tiempo parcial durante un cierto período. Las acciones judiciales fueron suspendidas para aliviar la presión de los pagos de las deudas, y así sucesivamente. El impuesto sobre la renta y los pagos del seguro estatal fueron diferidos. Y se anunció una paga único de 1,000 liras (aproximádamente 180 euros) a aquellos que perdieron sus empleos y no tenían medios de apoyo.

Sin embargo, fue difícil para el gobierno implementar medidas tan escasas, ya que ha intentado mantener el tipo de cambio artificialmente dentro de sus propios objetivos desde el año pasado. A pesar de esos esfuerzos, que han resultado en una reducción sustancial de las reservas de divisas, la espiral descendente de la lira turca frente al dólar y el euro ha continuado. La «independencia» del banco central ya no existe: se ha convertido en una herramienta a las órdenes de Erdogan. Los torpes intentos de mantener las apariencias declarando públicamente la ‘guerra’ contra los especuladores internacionales, mientras negociaban préstamos en moneda extranjera por detrás, no ayudaron. La gestión de la crisis financiera se ha convertido en un gran dolor de cabeza para el régimen, y lo seguirá siendo.

La indecisión que se esconde detrás de la pretensión de actuar decididamente ha resultado en un caos. El primer fin de semana de confinamiento fue declarado la tarde del viernes por la noche por el ministro del interior, quien, al parecer, no se había coordinado debidamente con el ministerio de salud. La gente entró en pánico y corrió a las tiendas para abastecerse durante el fin de semana, mientras ignoraba las reglas de ‘distanciamiento social’ totalmente. Tras el alboroto resultante, un amargado ministro del interior, Süleyman Soylu, anunció su dimisión y abandonó Ankara. Como ha sido el principal halcón en el gabinete del presidente y dirige la campaña «antiterrorista», Erdogan lo consideró indispensable, y su dimisión no fue aceptada.

La coherencia del gobierno y de la coalición gobernante se puso a prueba hasta el límite cuando se anunció una amnistía parcial y la pronta liberación de los prisioneros. Con el pretexto de que el hacinamiento propicia la propagación del virus, Erdogan liberó a los antiguos dirigentes y ahora admirados inspiradores de la derecha nacionalista-fascista para aplacar a su socio de coalición de extrema derecha, el Buen Partido. Si bien los criminales comunes fueron liberados, no se aplicó la amnistía a los kurdos, los intelectuales y otros opositores al régimen. Sin embargo, hasta para la base del Partido Justicia y Desarrollo de Erdogan fue demasiado.

El juego de los números, o el llamado índice de contagio y las estadísticas de mortalidad, se ha convertido en parte de la propaganda diaria de los medios. Según la información oficial, Turquía está ‘ganando la guerra’ contra el virus. Pero todas las mentiras y los cuentos de hadas no pueden ocultar la horrible verdad: todos saben que el número real de muertos y el peligro actual es mucho mayor que lo que al régimen le gustaría.

Aventuras extranjeras

El cemento que mantiene unido a este gobierno caótico parecen ser sus recientes éxitos en Siria y Libia. La gran ofensiva del régimen sirio para abrir las principales carreteras en la provincia de Idlib fue frenada por la fuerza aérea turca, utilizando misiles aire-aire de larga distancia sin entrar en el espacio aéreo sirio. Pero el ejército turco entró, estableciendo una cabeza de puente al norte de las autopistas M4 y al oeste de la M5, aunque los ‘puntos de observación’ previamente establecidos todavía están en su lugar en la zona controlada por Siria, protegidos por la policía militar rusa.

Se llegó a un acuerdo tentativo con los rusos, con la condición de que la autopista M4 permaneciera abierta, organizando patrullas conjuntas de las fuerzas rusas y turcas. Sin embargo, las milicias islamistas se opusieron rotundamente a tales patrullas conjuntas, probando la resolución de las fuerzas turcas con bloqueos e incluso embioscadas. Sin embargo, la tregua temporal parece mantenerse, dando una gran oportunidad a las milicias islamistas para alistar mercenarios (principalmente de origen árabe y turcomano) para ser enviados a Libia.

‘Dejar que el perro muerda al perro’ es un antiguo dicho en el Medio Oriente. Turquía ha entrenado a alrededor de 7.000 mercenarios que han sido enviados a Libia y están abiertamente al mando de oficiales turcos. También se han enviado vehículos aéreos no tripulados construidos por Turquía para detener la ofensiva de la facción del Ejército Nacional de Libia de Haftar, que quiere derrocar al gobierno apoyado por las Naciones Unidas.

A los rusos no les ha gustado nada ni tampoco el impredecible resultado que podría producirse. Le pidieron al comandante de ENL, Khalifa Haftar que retrocediera. Sin embargo, insistió en declararse el legítimo gobernante de Libia. Pero el momento de triunfo del ENL fue frustrado por una combinación de potencia de fuego proporcionada por Turquía y la retirada del apoyo ruso.

Sucedieron dos cosas extrañas después. Primero, el jefe de la armada turca, el contralmirante Cihat Yaycı, inspirador y arquitecto del plan de la «Patria Azul» para extender la influencia turca en el Mediterráneo, incluido el acuerdo con Libia sobre las fronteras marítimas, fue degradado y dimitió. Otra señal de la confusión que reina en el gobierno de Erdogan.

La otra cosa extraña fue el ataque mordaz contra Francia por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores. Todas las sutilezas diplomáticas fueron dejadas de lado. El 11 de mayo, los ministros de Asuntos Exteriores de Chipre, Egipto, Francia, Grecia y los Emiratos Árabes Unidos emitieron una declaración conjunta, denunciando «actividades ilegales turcas en curso en la Zona Económica Exclusiva de Chipre y sus aguas territoriales», que «representan una clara violación del derecho internacional «. 1 La declaración también condenó a Turquía por conducir refugiados a la frontera griega justo antes del comienzo de la pandemia, así como exigir el fin de su «interferencia militar» en Libia.

En respuesta, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía criticó «la hipocresía de un grupo de países que buscan el caos regional y la inestabilidad». Después de atacar a Egipto y a los EAU en particular, el portavoz dijo: «Es evidente que Francia, cuyas intenciones de establecer un estado de terror en Siria fueron bloqueadas con un fuerte golpe de nuestra Operación Primavera de Paz, está tratando de ser el patrón de este eje del mal»2 Estas palabras, si bien dejaban un pequeño margen de maniobra en caso de necesidad, constituyeron un ataque abierto contra un aliado de la OTAN, al mismo tiempo que reclamaba que la intervención turca en Siria había sido un «duro golpe» contra ella.

Estas costosas aventuras militares parecen haber llegado a un punto en el que es probable que el águila haya visto sus alas cortadas. Todos los ingredientes de una crisis en las relaciones internacionales del régimen están sobre el tablero.

 Notas:

  1. www. mfa.gr/en/current-affairs/statements-speeches/joint-declaration-adopted-by-the-ministers-of-foreign-affairs-of-cyprus-egypt-france-greece-and-the-united-arab- emirates-11052020.html . ↩︎
  2. www.mfa.gov.tr/sc_-33_-gkry-ortak-bildiri-hk-sc.en.mfa. ↩︎
es un analista político residente en Estambul que contribuye artículos regularmente a las revistas Sercesme y Sakayak.

Fuente:

https://weeklyworker.co.uk/worker/1300/corona-days-and-clipped-wings/

Traducción:Enrique García

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