«Señor Presidente», preguntó un periodista el jueves, «después de tres años y medio, ¿se arrepiente de todas las mentiras que le ha dicho al pueblo americano?».

Kamala Harris, la mujer negra y centrista que Biden ha escogido como vicepresidenta

Un Trump incrédulo preguntó: «¿Todas las qué?».

El periodista repitió la pregunta y el presidente de Estados Unidos se negó a responder. Su carrera política nació de una gran mentira: la fantasía infundada de que Barack Obama había nacido fuera de Estados Unidos y, por lo tanto, no era elegible para la Casa Blanca.

Puede que ahora se acerque a su fin con otra teoría de la conspiración falsa y racista. Esta vez cuestiona la elegibilidad de Kamala Harris para el cargo de vicepresidenta. Harris fue designada esta semana compañera de fórmula del candidato demócrata Joe Biden para las elecciones de 2020 y es la primera mujer afroamericana en la propuesta presidencial de uno de los dos partidos mayoritarios. Nació en Oakland, California. Es, por tanto, elegible tanto para la vicepresidencia como para la presidencia. Así lo recoge la Constitución de Estados Unidos.

El abogado conservador John Eastman escribió un artículo de opinión en Newsweek argumentando que la Constitución no concede la ciudadanía por nacimiento. Cuestiona así la elegibilidad de Harris en base al estatus de inmmigrante de sus padres.

Cuando le preguntaron a Trump sobre el tema en la rueda de prensa del jueves en la Casa Blanca, respondió con la vaguedad que le caracteriza. Trataba así de sembrar la duda en quienes le siguen, ya inclinados a creer lo peor: «Acabo de escucharlo. Hoy escuché que no cumple con los requisitos. Y, por cierto, el abogado que escribió esa pieza es un abogado muy calificado y con mucho talento».

 «No tengo ni idea de si eso es correcto. Supongo que los demócratas lo habrían comprobado antes de elegirla como candidata a la vicepresidencia», añadió el presidente. La 14ª enmienda establece: «Todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos están, por tanto, sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de los Estados Unidos y del Estado en el que residen».

Christopher Kelley, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Miami en Ohio, dijo a Associated Press: «No, no hay duda de ello. Se ha reconocido desde que el 39º Congreso la redactó, que (la 14ª) enmienda no sólo se aplica a las personas nacidas de ciudadanos estadounidenses, sino a las nacidas en suelo estadounidense».

Trump finge ignorancia en línea con su historial de posiciones racistas y contra la inmigración. En 1973, el departamento de justicia lo demandó a él y a su padre por discriminación racial al impedir que personas afroamericanas alquilaran viviendas en sus edificios.

Trump ha defendido con firmeza el «movimiento nativista» que cuestionaba que Barack Obama, primer presidente afroamericano, hubiera nacido en Estados Unidos y fuera elegible para el cargo. Obama, nacido en Hawaii, presentó su certificado de nacimiento para probarlo. Trump tuvo que aceptar que era cierto.

El padre de Harris nació en Jamaica y su madre, en India. Según la Constitución, cualquier persona nacida en Estados Unidos adquiere automáticamente la ciudadanía, independientemente de la situación migratoria de sus padres.

Cuando Trump aviva con poca vergüenza las llamas de las teorías de la conspiración, lo hace en un contexto en el que resulta fácil prever feroces ataques racistas y sexistas contra Harris en los medios de comunicación de la derecha seguidores del presidente.

«La llamo loca por lo enfadada que estaba con el juez Kavanaugh, por mostrar tanto odio», afirmó Trump a la cadena Fox Business. El senador republicano John Kennedy dijo a la misma cadena: «La describiría como describo a la congresista Ocasio-Cortez, pero es más inteligente y no tiene experiencia como camarera».

 Deroy Murdock, colaborador de Fox News, afirmó: «Parece un poco abrasiva, como dijo el presidente. No sé si puede suavizar las cosas y ser algo más amable». El martes por la noche, Tucker Carlson, presentador de Fox News, pronunció mal el nombre de Harris varias veces. Cuando un invitado lo corrigió, Carlson dijo «¿Y qué?». El presentador volvió a pronunciar mal su nombre dos veces. En Twitter, el hijo de Trump, Eric, marcó como favorito un tweet que se refería a Harris con un juego de palabras que mezclaba “horrenda y puta”. Poco después lo borró.

Esta ofensiva sugiere que la campaña electoral entra en una nueva fase peligrosa. Con Trump y sus aliados republicanos renqueando en las encuestas, es difícil imaginar los límites de lo bajo que pueden llegar a caer para desprestigiar a Harris.

Stuart Stevens, antiguo estratega republicano crítico con el presidente, acaba de publicar un libro sobre el descenso del partido hacia el ‘trumpismo’. ¿Su título?: ‘Todo era mentira’.

Traducido por Alberto Arce