No creo que haya en la historia humana otro caso como el suyo. En que dos hermanos han aportado un conocimiento tan colosal y diverso; no solo a su época sino como iremos viendo que han influido y perdurado sobre las sucesivas generaciones hasta la actual y, seguramente, lo seguirán haciendo las futuras pues sus estudios en varios campos de la ciencia están presentes y vigentes como cuando vieron por primera vez la luz en la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del XIX en la Prusia de la Ilustración. Ellos son Wilhelm y Alexander von Humboldt. Hijos de la burguesía ascendida a la aristocracia prusiana, fueron cultivados por sus padres desde la más tierna infancia con los mejores maestros, algunos procedentes de lugares lejanos sin reparar en gastos. Wilhem con trece años ya hablaba con fluidez el griego, el latín y el francés o resolvía complejos problemas matemáticos. Una inversión que sus progenitores debieron de tener de forma muy clara, porque sin duda fue muy costosa su enseñanza. Pienso, que ni sus padres pudieron imaginar que sus retoños, por méritos con sus estudios y descubrimientos, llegaron a desembolsar la inversión que hicieron y algo más. Wilhelm Humboldt fue el mayor, nació en Potsdam, Prusia el 22 de junio de 1767; se dedicó especialmente a las letras como estudioso de las lenguas a las que consideraba mucho más que una herramienta con la que podemos comunicarnos; para él las lenguas eran además una prolongación del lugar de donde proceden. Wilhelm estuvo en el País Vasco y fue toda una experiencia para él entrar en contacto con la cultura vasca, con el euskera, al que escribió con admiración por haber protegido su legado intacto hasta nuestros días. Sus trabajos sobre el euskera se materializan en dos obras:
En 1817, «Berichtigungen und Zusaetze zu Adelungs Mithridates über die kantabrische oder baskische Sprache» Correcciones y complementos al Mithridates de Adelung sobre la lengua cántabra o vasca.
En 1821, «Prüfung der Untersuchungen über die Urbewohner Hispaniens vermittelst der Vaskischen Sprache» Examen del estudio sobre los primitivos habitantes de Hispania a través de la lengua vasca.
La Península Ibérica cuenta con el euskera como la lengua hablada más antigua del continente europeo y con otra, el castellano, como una de las lenguas más extendidas del planeta. En el año 2000, en la Feria del Libro de Bilbao se recordó como tradicionalmente se hace allí. Humboldt; fue el personaje prominente de ese año. En el discurso de apertura que corrió a cargo del miembro de Euskaltzaindia, José Antonio Arana Martija, quien dijo que Humboldt «elevó a categoría de ciencia el estudio del euskera». «Hasta entonces no se había tratado científicamente el idioma, él fue el primero».
Su destino, al igual que el de su hermano Alexandre que nació dos años más tarde en Berlín el 14 de septiembre de 1769, no dependía precisamente de las fuerzas azarosas. Alexandre fue un polímata: geógrafo, astrónomo, humanista, naturalista y explorador… Fueron sus padres quienes siendo niños les predestinaron al esfuerzo por el estudio con la clara intención de preparar la cualificación necesaria para llegar a ocupar los puestos de mayor relevancia dentro del Estado prusiano; en labores diplomáticas, en las responsabilidades de gobierno, y no les decepcionaron en sus pretensiones, pues fue su hijo mayor, Wilhelm, quien llegó a ser un hombre de Estado y también ministro e influyó notablemente en la estructura educativa, en la teoría política, en el estudio analítico de las lenguas activamente con su participación en la reforma educativa de su país. Pero ésta no es más que una parte de la actividad que los hermanos desarrollaron. Wilhelm tuvo otros apetitos intelectuales que materializó en numerosos estudios. A continuación voy a exponer como ejemplo preciso lo que significó su aportación a la ciencia en las disciplinas que dominaron. El vasto legado de los hermanos Humboldt unidos por un planteamiento común cosmopolita. En una reseña Herbert Scuria dice lo siguiente: “Si queremos nombrar una idea que se haya hecho cada vez más visible a lo largo de la historia; si queremos alguna idea que demuestre la muy discutida, pero aún más veces mal entendida, superación de la humanidad: es la idea de que la humanidad aspira a eliminar las fronteras, causadas por prejuicios y pensamientos parciales, que se han colocado entre los hombres; y tratar a toda la humanidad independientemente de su religión, nación o color como una gran tribu de hermanos, como un todo, cuyo fin es el libre desarrollo de sus fuerzas interiores. Este es el fin último exterior de la sociabilidad y a la vez es la dirección natural del hombre hacia una ampliación indefinida de su ser.”
En 1802 se le ofreció la oportunidad de ir a Roma como enviado de Prusia ante la Santa Sede. Sus conocimientos de diplomacia y su título de consejero diplomático habrían demostrado finalmente su utilidad. La fascinación que Roma provocaba en Humboldt y que justifica su estancia de seis años allí, la resume en su carta a Goethe del 23 de agosto de 1804:
“Roma es el lugar en el que, en nuestra opinión, se resume toda la Antigüedad. (…) Sin duda, la mayor parte de esta impresión es subjetiva, pero no es solo el sentimentalismo de encontrarse donde estuvo ese o aquel gran hombre. Es una violenta fascinación que, aunque causada por una ilusión, nos arrastra a un pasado que percibimos como más precioso y elevado, una fuerza que, incluso quien quisiera, no puede resistir, porque tanto el yermo en que dejan el país sus actuales habitantes, como la increíble cantidad de ruinas atraen la vista hacia allí. (…) Pero es solo una ilusión que nosotros mismos queramos ser habitantes de Atenas o Roma. Solo desde la distancia, separados de todo lo vulgar, sólo como pasado tiene que aparecernos la Antigüedad.”
Los límites en la acción del Estado
Wilhelm von Humboldt
En este escrito me centraré únicamente en Wilhelm, en sus obras más destacadas con la intención de dedicar a cada uno el espacio que merecen. Dejaremos, pues, a Alexandre y sus asombrosos logros para otro artículo más adelante.
Individuo y Estado. La crítica del Estado absoluto. Joaquín Abellán. Universidad Complutense de Madrid. Políticas y Sociología.
A raíz de la publicación en la revista Berlinische Monnasschrift de un artículo de Johann Erich Biester que dijo estar a favor de una religión estatal dentro del espíritu de la Ilustración, Wilhelm se decide a investigar sobre esta cuestión ya que consideraba tal pretensión muy peligrosa pues se le concedería al Estado la posibilidad de extralimitarse en cuestiones que no le corresponden en perjuicio del individuo y la nación. Por esta razón en 1792 escribió Los límites en la acción del Estado, basando su argumento con principios filosóficos y un apartado documental jurídico que nos lleva a la conclusión de que el Estado “debe velar sólo por la seguridad de los ciudadanos, es decir, debe renunciar a cualquier intervención que perjudique el desarrollo del individuo. Limitándose sólo a aquello que los individuos necesitan para su propio perfeccionamiento humano.”
Para el doctor Abellán, Los límites en la acción del Estado puede ser considerado como la exposición de una nueva teoría del Estado que critica la teoría y la práctica del absolutismo político sobre la base de una nueva concepción del hombre. El centro sobre el que gira, manifiesta, “esta nueva teoría es la determinación precisa de los límites que la acción del Estado no debe traspasar ya que para Humboldt el principal problema del absolutismo político es el excesivamente amplio espacio de intervención del Estado que produce enormes daños a los individuos y a la nación”. Resalta Joaquín Abellán las palabras de Humboldt cuando dice, “que el principio de que el gobierno se ocupe de la felicidad y del bienestar de la nación es el peor y el más opresivo de los despotismos”. Destaca el doctor en ciencias políticas sobre nuestro sabio que, “al rechazar este principio está atacando al núcleo del absolutismo ilustrado, tal como lo encarnaba Karl Theodor von Dalberg. Por consiguiente, sólo al segundo de los fines, la garantía de la seguridad de los ciudadanos, puede aspirar el Estado.” “El Estado aspira realmente a convertir a los hombres en máquinas.” “Este punto de partida individualista y humanista para la elaboración de su teoría del Estado era compartido por otros intelectuales de su época.”
En su estudio el doctor Abellán destaca que escritores del clasicismo alemán como Schillert y Goethe tienen también una visión afín del Estado desde la perspectiva del desarrollo intelectual y moral del individuo.
Escritos de la Filosofía de la Historia
Wilhem Humboldt
Estudio preliminar, traducción y notas, Jorge Navarro Pérez
Conferencia sobre la tarea del historiador:
“El 12 de abril de 1821, Wilhem Humboldt pronunció ante la Academia de las Ciencias de Berlín la conferencia sobre la tarea del historiador, el texto de la cual fue publicado un año después por la misma academia. Se trata del único trabajo de Humboldt sobre la Historia que no quedó en estado fragmentario ni permaneció inédito. La conferencia consiste en la explicación de la frase inicial: La tarea del historiador es la exposición de lo sucedido.
El profesor Jorge Navarro en su Estudio Preliminar explica que, “Humboldt distingue entre -lo sucedido- como el exterior e interior y lo visible e invisible, lo fragmentario y el nexo. Rechazó las doctrinas de Kant y Hegel sobre que la historia es la instauración del Estado de Derecho”. “Como condición de su posibilidad, concebir una cosa presupone ya en quien concibe un análogo en lo de después realmente concebido, una concordancia previa y originariamente entre el objeto y el sujeto”. “La teoría interior de Humboldt dice que las ideas son el instrumento necesario para comprender la actividad objetiva de las fuerzas. Ahora, las ideas pasan al terreno de la objetividad, pues Humboldt habla de ellas como un principio de acción. Es la toma de la primera dirección en el centelleo de la primera -chispa-. Humboldt define la Individualidad como una idea que tiene sus raíces en el mundo fenoménico”.
Lo que revela Humboldt:
“Nuestro espíritu sólo debe de estar penetrado por la sublime idea de una colaboración general de todos los seres y fuerzas, sólo hemos de probar los principios directores de .nuestra conducta en esta piedra de toque (para cerciorarnos de la concordancia más general entre ellos), sólo hemos de ocupar y entusiasmar a nuestra generación con estas grandes imágenes; y a continuación ser activos simplemente en el limitado círculo de acción que está al alcance de nuestras fuerzas. Nunca se podrá reconducir suficientemente la actividad exterior del ser humano a los límites de lo necesario ni se podrá invitar suficientemente a su espíritu al ámbito de la infinidad”
Humboldt señala el camino por el cual se llega a los objetivos. También nos dice cómo, cuándo y dónde lo tenemos que emprender. Es esta convicción el objetivo que consigue que las ideas o los sueños cristalicen como hechos inconcusos, incontestables. Verán…
Sobre el desarrollo de las leyes de las fuerzas humanas:
“Cautivado por el interés que liga al ser humano con el ser humano de cualquier lugar y siglo, el investigador observador, sitúa junto a sí y sus contemporáneos lejanas estirpes desaparecidas hace ya bastante tiempo, compara con mirada examinadora su existencia interior, al mundo que les rodea, su receptividad para impresiones exteriores, su capacidad de transformar el material recibido y de producir creaciones propias con una enriquecida con la abundancia de ideas y una fuerza receptiva acrecentada, compara también su situación exterior, el mundo que les rodea y la figura que les dan el disfrute que extraen de los dones del destino y los frutos de su actividad. El investigador ora vuelve la vista al pasado desde su situación, con sus puntos de vista; ora es su fantasía quien le traslada al pasado y le apropia el punto de vista que en aquella época fue dado por su realidad, y si el investigador pondera de una manera más o menos correcta lo bueno y felicitante de cada siglo, disfruta en ocasiones la alegre consciencia de la propia preeminencia, en ocasiones del sentimiento melancólico y sin embargo dulce que hace tiempo floreció (y ahora ya no existe) una excelencia de una belleza elevada y dichosa. Por medio de este hilo, el investigador filosófico de la historia persigue a menudo las revoluciones humanas llena con hipótesis los huecos que deja la tradición: O, partir de una potencia sabia. O, partir de la espontaneidad de las fuerzas individuales que operan de acuerdo con las leyes de su naturaleza”.
el poeta
Triunvirato
que coronas este escrito.
A fuego lento os sigo …
Se cocina el relato de la vida,
cuece en la olla del tiempo.
El ingrediente
convoca a la sustancia y a su aroma
que contiene la energía necesaria.
Dentro, Fuera
suspira el mar embravecido;
silencia el rugido con un grito diluído,
al llegar a la escollera explosiona.
Durante mucho tiempo estuve convencido de que era el poeta quien escribía poesía. Pero de mis dudas floreció la certeza de que ese ser eternamente abandonado, que ama y odia, que a veces se olvida y desaparece para no encontrarse a sí mismo. En un sueño lo comprendí; ya no siento más sombras que aquellas que proyectan sobre la tierra las nubes.
El poeta no hace poesía,
qué más quisiera…
¡Es la poesía la que hace al poeta!
o no.
Wilhem Humboldt tiene tarea también para el poeta con impulso historiográfico como yo que, a veces, hago trabajos para la historia desde el sentido intuitivo que es tan certero como el sentido científico y que como métodos ambos transitan por caminos distintos, pero que llegan a la misma meta. Dice Humboldt:
“Ciertamente el poeta moderno, al que su carácter peculiar conduce a un camino extraño a los antiguos (a los cuales estamos acostumbrados a considerar un modelo) Un camino que no consiste en la mera descripción de los objetos, sino que la valoración filosófica de los mismos, seguirá esta inclinación con la seguridad propia del genio (…)”
“(…) y el poeta correrá el peligro de perder su carácter por timidez o de exagerarlo, por tozuda arrogancia si no dirige su mirada al mismo tiempo que el curso de toda La Poesía, compara las diversas peculiaridades del Espíritu Poético y de este modo se señala a sí mismo su lugar y determina el valor y los límites de su carácter.”
“ …el ser humano es capaz de procesar desde la unidad del carácter que sólo pertenece a la Imaginación y a la Sensación a través del desarrollo individual y unilateral de fuerzas hasta la verdadera consonancia por medio de la razón…”
Los momentos verdaderos, las palabras verdaderas son instantes de eternidad que, a veces, nos toman y siempre nos abandonan con su destello inmortal. Entre las personas también, a veces, hallamos a algunas que emiten destellos inmortales y caminan con luz propia entre una multitud que carece de los brillos esenciales, que precisan de momentos verdaderos, de palabras verdaderas y sentir ese instante eterno porque la luz también necesita estar rodeada de oscuridad para brillar. Wilhem y Alexandre confirman que la luz si no nace con nosotros, también es posible y recomendable aprender a generarla mediante el estudio que ilumina con pequeñas luces lo oscuro y la suma es luz que si no nace, se hace. La claridad es más intensa si la crea uno mismo.
Benjamín Lajo Cosido
memorialista