Fuente: https://arrezafe.blogspot.com/2021/11/todo-signo-en-tanto-que-signo-es-social.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+ElArrezafe+%28el+arrezafe%29 02 noviembre, 2021
Los procesos que definen básicamente el contenido de la psiquis no se producen dentro sino fuera del organismo individual, aunque implican su participación.
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Lo que hace que una palabra sea una palabra es su significado. Lo que hace que una experiencia sea una experiencia es también su significado. Lo que más complica nuestro problema de delimitar la psiquis y la ideología es el concepto de «individualidad». Lo «social» es generalmente pensado en oposición binaria con lo «individual», y de aquí proviene la noción de que la psiquis es individual mientras que la ideología es social.
Nociones de está clase son fundamentalmente falsas. El correlato de lo social es lo «natural» y entonces «individuo» no se refiere a una persona sino al ejemplar biológico, natural. El individuo poseedor de los contenidos de su propia conciencia, autor de sus propios pensamientos, personalidad responsable de sus pensamientos y sentimientos, es un fenómeno puramente socioideológico. Por lo tanto, el contenido de la psiquis «individual», por su propia naturaleza, es tan social como la ideología, y el mismo grado de conciencia de la propia individualidad y de sus derechos y privilegios internos es ideológico, histórico, y totalmente condicionado por factores sociológicos. Todo signo en tanto que signo es social, y esto no es menos cierto para el signo interno que para el externo.
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No vemos ni sentimos una experiencia, la comprendemos. Esto quiere decir que en el proceso de la introspección introducimos nuestra experiencia en un contexto integrado por otros signos que comprendemos. Un signo puede ser aclarado solo con la ayuda de otro signo.
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Al comenzar una investigación, hay que construir pautas metodológicas, no definiciones. Sobre todo es esencial tener la percepción concreta del objeto real, el objeto a investigar; es esencial separarlo de la realidad circundante y delimitarlo en forma preliminar. En el origen de una investigación, no guía tanto la facultad intelectual de hacer fórmulas y definiciones, cuanto los ojos y las manos en el intento de lograr la percepción concreta de la presencia real del objeto de estudio.
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La tarea de la comprensión no consiste fundamentalmente en reconocer la forma usada, sino en comprenderla en un contexto concreto particular, en entender su significado en un enunciado particular, es decir, consiste en comprender su novedad y no en reconocer su identidad.
En otras palabras, el receptor, que pertenece a la misma comunidad lingüística, tampoco acepta la forma lingüística como un signo fijo, idéntico a sí mismo, sino como un signo adaptable y cambiante.
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El divorcio de la lengua de su contenido ideológico es uno de los errores más serios del objetivismo abstracto.
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Valentin N. Voloshinov, Markslzm i ftlosofiia lazlka, Leningrado, 1930 [El Marxismo y la filosofía del lenguaje].