Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2022/05/21/sny1-m21.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws
Timothy Snyder falsifica la historia del Holocausto
Este artículo fue publicado originalmente en Twitter.
El epílogo del libro Bloodlands de Timothy Snyder hace afirmaciones asombrosamente inexactas. Al presentar el Holocausto como un elemento más de un fenómeno territorialmente determinado de asesinatos en masa en Europa del Este, Snyder resta importancia a la magnitud de las víctimas de Europa Occidental y Central.
Afirma: ‘Los judíos alemanes no eran muy numerosos, y la mayoría de ellos sobrevivieron’. De hecho, de la población alemana anterior al Tercer Reich, de aproximadamente 525.000 judíos, se estima que 160.000 fueron asesinados. Los supervivientes consistían casi en su totalidad en judíos que habían abandonado Alemania antes de 1939.
Snyder continúa: ‘El 97 por ciento de los judíos asesinados en el Holocausto no tenían nada que ver con la cultura alemana’. Una peculiar elección de palabras. ¿Excluye esto a los judíos holandeses, de los que fueron asesinados aproximadamente 120.000 (de una población de 140.000 antes de la guerra)?
¿Y a los judíos austriacos, de los que fueron asesinados aproximadamente 65.000 de una población de 192.000? ¿Y en qué categoría coloca Snyder a los judíos de Francia (90.000 asesinados), Bélgica (30.000 asesinados), Hungría (más de 500.000 asesinados) y Grecia (67.000 asesinados)?
Snyder minimiza la escala paneuropea del Holocausto poniendo el énfasis principal no en el origen nacional de las víctimas sino en la ubicación de los campos de exterminio a los que fueron deportados.
‘Los judíos alemanes que fueron asesinados en el Holocausto murieron más allá de las fronteras de la Alemania de preguerra, en lugares como Łódz, Minsk o Riga’.
Así, un judío alemán transportado y gaseado en un campo de exterminio de Europa del Este se convierte en una víctima de las Tierras de la Sangre, donde las muertes fueron el resultado de la interacción de los regímenes alemán y soviético. La Alemania nazi y la Unión Soviética se equiparan y se hacen igualmente responsables.
Esta tesis ha estado asociada durante mucho tiempo a la apologética pro-nazi y al anticomunismo. Como todas las falsificaciones históricas, las de Snyder se sustentan en afirmaciones extrañas y mentiras descaradas.
Snyder escribe: ‘Sin embargo, fue precisamente en ‘el Este’, no en Alemania, donde los judíos vivieron en gran número durante cientos de años’. De hecho, la presencia judía en tierras alemanas se remonta a más de 1.000 años. Los judíos desempeñaron un papel importante en la administración de Carlomagno.
Snyder también afirma: ‘[¡]Irónicamente[!], la mayoría de los judíos que los alemanes querían enviar a Auschwitz realmente sobrevivieron’. No aporta ninguna prueba que apoye esta extraordinaria afirmación. Aproximadamente 1,1 millones de personas, en su mayoría judíos, fueron gaseados en Auschwitz.
Snyder escribe: ‘El centro del Holocausto estuvo al este de Auschwitz, en las instalaciones de la muerte en la Polonia ocupada y en las fosas de la muerte de la Unión Soviética ocupada’. Pero ¿quién decidió construir los campos de exterminio, transportar a los judíos y asesinarlos?
Snyder no menciona que la decisión nazi de exterminar a los judíos se tomó en la Conferencia de Wannsee en Berlín en 1942. También ignora el hecho bien establecido de que el Holocausto estaba inextricablemente ligado a la ‘Guerra de Exterminio’ de Hitler contra la URSS.
Ignora el nacionalismo ucraniano pronazi y antisemita, lo que impide explicar la eficacia de la campaña genocida del Tercer Reich. En el epílogo no hay ni una sola referencia a Stepan Bandera y a la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN).
Snyder menciona brevemente el trabajo del historiador Saul Friedlander, pero ignora lo que éste ha escrito sobre la colaboración ucraniano-nazi en el exterminio de los judíos. Friedlander cita pruebas espeluznantes de la participación de la OUN en los asesinatos en masa.
Las características que definían a la OUN de Bandera, escribió Friedlander, eran una ‘mezcla de creencias cristianas, políticas fascistas y salvajismo asesino’. [ Los años del exterminio: la Alemania nazi y los judíos, 1939-1945 ]
Stepan Bandera es ahora glorificado por el gobierno ucraniano como un héroe nacional. Snyder escribió una vez extensamente sobre los crímenes de la OUN. Pero eso fue antes de que abandonara los principios de la auténtica investigación histórica y se convirtiera en un propagandista de la política estadounidense en Ucrania.
Hay muchos especialistas en el campo de los estudios sobre el Holocausto que saben que Snyder está encubriendo los crímenes de los nacionalistas ucranianos. Pero se sienten intimidados por la campaña antirrusa y no se atreven a desenmascarar a Snyder. Esperemos que algunos se decidan pronto a hablar.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 10 de mayo de 2022)