Fuente: Portal Libertario OACA/ https://contraelencierro.blogspot.com/ 06 May 2020 08:41 PM PDT
[Se siguen recogiendo voces en contra del encierro, aislamiento y aterrorización de la gente en https://contraelencierro.
Puesto que nos piden con alguna insistencia algún tipo de análisis sobre estas voces recogidas en contra, damos de momento un esquema de la situación, después de cuatro semanas de analizar la información que se puede ver aquí (sobre todo información que viene desde dentro de la Ciencia).
– La clave fundamental está en esto: En que todo este mega evento que ha producido el Régimen (no este o el otro estado, sino el Régimen global) está fundado en un virus que es del tipo del de la gripe: en su peligrosidad, en su manera de espandirse y en el tipo de patología (respiratorias) con el que se asocia. O sea, era lo de todos los años (unos años más y otros menos).
– Esa es la clave, por esto: Para producir esta situación, el Régimen ha tenido que propagar la idea de que había un virus peligrosísimo y totalmente desconocido que iba a matar a millones de personas. Sin esto, no lo podían hacer.
– Desde dentro mismo de la Ciencia, gente que ha dedicado su vida a estas cosas de los virus o de las epidemias salió en seguida a desmentir las informaciones catastróficas del Régimen. Por ejemplo lo hicieron públicamente en vídeos o en entrevistas: Wolfgang Wodarg, Johan Ioannidis, Sucharit Bhakdi, Pablo Goldsmith, Knut Wittkowski y más; o también en artículos científicos, por ejemplo, el Profesor Peter C. Gøtzsche con su artículo «Corona: una epidemia de pánico de masas.» También Yaniss Roussel con el artículo «SARS-CoV-s: miedo contra datos». (En la lista que tenemos se pueden ver muchos más nombres que no se han callado).
– Esas voces el Régimen más o menos las intentó minimizar o no hacer mucho caso o incluso censurarlas directamente: a Wolfgang Wodarg le cerraron el blog, y las muchísimas protestas en Alemania lograron evitar esa censura y la empresa que alojaba el blog lo tuvo que volver a abrir. El Régimen, con los mass media y los estados a su servicio, puede tranquilamente seguir adelante con la informacón del virus esterminador, y así lo hacen.
– Además, claro, la Ciencia también al servicio del Régimen, produjo estudios (no muchos, al parecer) avalando la pretensión de catástrofe si no se tomaban unas medidas drásticas. El más famoso, el del Imperial College de Londres, que sacó una previsión de medio millón de muertos en Reino Unido y más de dos millones en EEUU. Este estudio, disparatado a todas luces ya entonces para los que se dedican a estas cosas de las epidemias y los virus (y ya hoy ridiculizado hasta el estremo), sirvió como pretesto para el encierro de los británicos y el encierro de algunas partes de EEUU, sobre todo en Nueva York.
– Las medidas que el Régimen empezó a proponer, por un lado sorprendentemente, pero por otro no, no fueron sino medidas contra la gente: medidas de encierro y aislamiento; acuñaron uno de los términos idiotescos que suele sacar el Régimen, el de «distancia social», que quiere decir que no nos juntemos (siempre el ideal del Régimen este que estamos padeciendo), y medidas para paralizar los trabajos, los movimientos, las visitas entre la gente, etc.
– Además, esas medidas, avaladas por la Ciencia, no sólo debían ser medidas informativas, sino medidas policiales, judiciales y militares. Se suspendieron lo que el Régimen llama «derechos fundamentales» (lo que demuestra otra de las mentiras que cuenta normalmente el Régimen, porque de fundamentales no tienen nada, como se ve. Es sólo una de las fes (falsas) que propaga normalemente el Régimen: que éste es un Régimen de libertad y que la gente es la que manda. Claro que la pregunta que sirve para declarar esta fe como tal, como mentira, es ésta tan simple: si la gente es la que manda ¿en quién manda?).
– La información de los mass media junto con la militarización inmediata de la población, pasó a crear un estado de guerra en que a la gente encerrada y aislada y aterrorizada, se la bombardeaba con esta información amenazante de guerra, que pretende estirpar cualquier posibilidad de pregunta, duda o investigación de las cosas que no encajan. Por supuesto, además de la imposibilidad de ir a ver uno a algún sitio qué pasa, o de juntarse con otros para hablar de qué pasa.
– Una de las acciones inmediatas de esa fanatización de guerra, es hacer a la gente sentirse culpable. A pesar de que las medidas brutales sobre las gentes han convertido las ciudades y los pueblos en desiertos, la información seguía culpabilizando a la gente de que no era suficientemente obediente, y que por culpa de esto, la peste iba a durar muchísimo. La culpabilidad y la vigilancia hacen inmediatamente que no se pueda ni decir, ni preguntar nada en contra de lo mandado. Orwell en su novela, describe la escena en la que la niña denuncia a su padre ante las autoridades porque en sueños, el padre ha dicho cosas en voz alta en contra del Régimen. El padre, contando esa denuncia de su hija, dice que le parece muy bien, que no sabía que podía tener algo por ahí en su interior que se atreviera a ir en contra del Régimen y da las gracias por salvarle antes de que sea demasiado tarde. Este trocito de la novela no es ninguna essageración, está muy bien hecho (justamente porque no es mentira, así funciona la fe). Eso mismo es lo que más nos ha llamado la atencion de la declarción del Premio Nobel Levitt (una de las voces que públicamente hablaron contra las predicciones catastróficas de los medios) y que dice que tanto su familia como sus colegas se enfadaron con él, porque sentían que era una cosa prohibida de decir, nefanda. Si esto le pasa a un Premio Nobel que se pone a analizar los números y que se da cuenta de las mentiras y se decide a no callarse ¿cuánto no será el sufrimiento de gente que también está sintiendo eso y se siente acallada y acorrolada por la progaganda masiva de las mentiras? Es muy normal que eso más o menos tenga como consecuencia la autocensura de esas negaciones; o sea, la represión de la que habla Freud, donde coscientemente no se sabe lo que pasa, pero algo pasa por debajo que no nos deja ni hablar; que no nos deja dormir; que nos hace llorar. Es lo que, modernamente, han dado en llamar depresiones.
– Otra de las formas de propaganda usada masivamente desde arriba, fue decir, por ejemplo, que a los ríos, a los cielos, a la fauna y a los montes, les venía muy bien que nos encerraran. (Esto lo podían hacer, como prolongación de las informaciones que el Régimen viene dando durante años y años. Informaciones que dicen 1) que el planeta está muy mal y 2) que además es por culpa de nosotros, de la gente: porque somos muy irresponsables). O sea, por ejemplo, convencen a una chica encerrada, y hasta se lo hacen declarar, de que incluso le gusta esa situación de prisión, porque por lo menos eso le viene muy bien a los ríos. ¿Para qué querrán los ríos que una chica esté encerrada, aislada y aterrorizada durante meses?
– Una de las acciones que el Régimen se ha dedicado a imponer, es la de aumentar el número de muertes que debían ser oficialmente consideradas como debidas al virus. Una de las mayores denuncias en Alemania y en EEUU de médicos, científicos y algunos periodistas ha sido mostrar claramente esas ordenes hacia los médicos desde arriba. Una de las voces más rotundamente a favor de la gente y con esperiencia de decenas de años modelizando el comportamiento de estas epidemias, es la del epidemiólogo Knut Wittkowski, del que recomendamos con todas nuestras fuerzas a cualquiera ver sus vídeos subt. en español que hay en la lista. Wittkowski, ante el cambiazo que en EEUU se forzó desde arriba en la etiquetación de las muertes por el virus, nos lo esplica brevemente así: «Los USA han cambiado su definición de «muerte de COVID significa…» dos veces. Primero cambiaron morir DEL virus a morir CON el virus y después cambiaron a morir EN LOS TIEMPOS del virus. Este cambio en la definición (parecido a lo que hicieron en China) no era predecible. En cualquier caso, nadie ha sido capaz de manipular los datos para que encajen con la predicción original del gobierno de millones de muertos.»
– Otra de las cosas que esparcía el Régimen (el Régimen es el Dinero, hermanado ya inseparablemente con los Estados) era esta falsa oposición: O salvar vidas o salvar la Economía. Cuando es el propio Dinero el que quiere y sostiene este evento. Evento sangriento y cruel como ningún otro que de los ha hecho el Régimen sobre las gentes. Porque la separación (o sea, la muerte en verdad), el sufrimiento, la humillación y el terror que ahora se está pasando, es todavía mayor y peor que los muertos reales que no ha tenido ningun miramiento en hacer.
– Por supuesto, hay que advertir que una de las informaciones que el Régimen le gusta esparcir para intentar despistar lo másimo posible, es la de que pueda haber cospiraciones secretas que estén montando todo esto. Eso viene del propio Régimen. Se entiende bien por qué. Porque una cospiración es algo que planea pues, un grupo o una secta o una facción. Urden una trama en secreto contra el poder. Eso es lo que es una cospiración. Pero, claro, esto no puede ser nada de eso: es el propio poder, el Régimen, el que viene haciendo y hace esto contra la gente, para eso está. Y de secreto, nada: lo hace a las claras: con sus teles, con sus mensajes, con sus informaciones que propaga multimillonariamiente, aunque sean idioteces. Esta memez de las cospiraciones es muy comparable a otra de las cosas que también desde arriba hicieron más o menos famosas: lo de la publicidad subliminal. Al Régimen le dio por hablar de esa especie de forma oculta de engañar a la gente que a veces podían poner en práctica algunos malvados, poniendo imágenes que coscientemente la gente no podía ver, pero que luego les hacía ir a votar esto o lo otro, o a comerse una hamburguesa, o lo que fuera. Se entiende igualmente el servicio que al propio Régimen le da esta información: la de despistar. Porque es con la información cosciente, directa, que repiten por miles de veces, como se hace a la gente tener fe y creerse cosas y dominarla. Nada de subliminal: a boca de jarro y miles de veces y acompañado de todas las imagenes (nada subliminales, bien esplícitas y preparaditas) que van a crear esa fe.
– Esta es la forma que ha tomado el evento creado por el Régimen. En lo que dicen de «países avanzados», todos lo han tenido obligatoriamente que padecer, atender y casi siempre defender. Claro, nunca la fe es total. Como decíamos antes, sobre todo en Alemania, EEUU, Francia y en Reino Unido, ha habido voces desmintiendo la cosa desde el principio. En Suecia (que también lo ha padecido y padece a través de la información) no ha llegado el gobierno a creerse nunca lo del virus peligrosísimo y lo han reconocido como una gripe y así lo han tratado y no han encerrado a nadie, ni cerrado las escuelas ni los bares (han prevenido también, cómo no, hospitales guerreros y cosas así, que han tenido que cerrrar por falta de uso). El gobierno de Bielorrusia no ha tomado ninguna medida contra la gente, pero también lo padece a través de la información.
– Las presiones y los desprestigios sobre países como estos, Suecia y Bielorrusia, han sido de todo tipo: augurando una catástrofe igual a la que los demás países estaban evitando con el encierro de la gente (machacando a la gente), y de paso, cómo no, también haciéndoles culpables de que iban a ser el motivo de trasmisión de la peste a otros sitios (como hacen con la propia gente).
– Después de las voces en contra de la mentira del virus esterminador (sobre todo científicas, pero también a través de blogs, vídeos de youtubes, canales más o menos domésticos, comentarios, etc., de gente crítica que no se creía este evento, y no dejaban de preguntarse e investigar), han ido apareciendo de forma imparable los estudios de anticuerpos. En éstos es donde se ve de forma irrefutable que el virus está masivamente espandido entre la gente, que tiene una peligrosidad como la de la gripe, y que, por tanto, toda esta situación es un sinsentido sangriento creado por el Régimen.
– En paralelo con esta evidencia imparable entre los espertos (no decimos imparable en la tele, porque en la tele siguen diciendo lo del virus esterminador), en paralelo salen cada vez más voces, artículos y estudios donde: 1) Se demuestra que desde el punto de vista epidemiológico, los encierros no han valido para nada. 2) Se habla cada vez más claramente de los resultados terribles que el encierro lleva a cabo (P.ej., se puede ver un artículo en la lista, donde no pueden dejar de notar en el Reino Unido que el encierro está produciendo 2.000 muertes directas a la semana que no tienen nada que ver con el virus).
– El Régimen no va a echarse atrás, por supuesto. La epidemia hace semanas que ha acabado en Europa. La forma que tiene de asimilar esas evidencias imparables de que esto era la gripe, es la de dilatar la cosa lo mássimo posible, seguir haciendo creer en el virus esterminador y seguir hablando de ir poco a poco soltando a la gente. Esta dilación, tal y como la entendemos aquí, no es ni más ni menos que la forma que tiene el Régimen de prevenirse contra el único peligro que de verdad le puede amenazar (si es que le puede amenezar alguno, porque con la tele parece que puede hacer con la gente casi lo que quieran). Ese peligro es que la gente se dé cuenta, que se haga cosciente, de que esto era la gripe. De que es mentira que haya un virus esterminador. En eso es en lo único que es esperto el Régimen, en ir asimilando la cosa: Por ejemplo, el New York Times dice hace un par de días que quizá del modelo de Suecia habría que aprender mucho. Bueno, esto es justamente la asimilación del asunto. ¿Cómo va a ver que aprender mucho de Suecia, que dice que este virus es una gripe y actúa como con la gripe? ¿Entonces, es una gripe? Eso, así no lo pueden decir. Sino que el Régimen sigue insistiendo en la emergencia mundial, que se tiene que dilatar: para ello, distrae con cosas como posibles vacunas, necesidad de muchos test, desencierro gradual y guiado por datos, precuaciones de rebrotes y segundas oleadas… o sea, seguir castigando a la gente y que no se note la mentira.
– Sin hablar, no hay nada que hacer. IR A LA Lista de voces en contra.