Fuente: Portal Libertario OACA 21 Jun 2021 11:53 AM PDT
En los últimos artículos que he estado leyendo se menciona que los anarquistas participaban en todos los órganos de la República. He de decir que es así.
En mi pensamiento hay una idea de lo que es ser anarquista y he de decir que difiere mucho a la muchos que se hacen llamar “anarquistas”.
Para mí, “anarquista”, quiere decir que eres una persona limpia, culta, trabajadora y laboriosa, que no tira todo por un sueño que no respete tus gustos y aficiones, que sigue su vocación, que apenas toma drogas y, que si las toma, es por un motivo justificado.
Un anarquista no pone bombas. No envenena a la gente con su jerga lingüística, ni berberráica. No convence a la gente de lo que tiene que ser, ni de lo que podría ser. No aspira a nada más que a ser él mismo. Y utiliza el lenguaje correctamente.
Un anarquista no pone “x” en lugar de la marca de género a menos que esa “x” sea para guardar la intimidad de las personas. Un anarquista utiliza el neutro al platicar el género con una terminación que en castellano terminaría en “e”.
Un anarquista es necesariamente feminista, sea macho o hembra; e incluso intersex. Un anarquista lucha por los derechos del colectivo LGTB; y, eso, aunque sea “hetero”.
Un anarquista no desprecia la biología y cree firmemente en la libertad. Y, si no es así, no eres anarquista.
El último objetivo de un anarquista es ser libres; eso sí: respetando los límites de La Naturaleza.
Un anarquista no cree que el ser humano pueda volar, ni que pueda teletransportarse. Pero sabe que puede.
Un anarquista es capaz de cometer los mismos errores que cualquier otro ser humano, incluyendo las faltas de ortografía y ortotipográficas.
Los anarquistas son, en definitiva, seres racionales que aspiran a La Libertad y al Salvajismo con mayúscula y no con minúscula como nos hacen creer.
Un anarquista cree en ser “Salvaje”. Eso es en no estar domesticado, ni domesticada por algo que pueda hundirte en la sumisión. Lo que no cree es en que el ser humano sea un bruto y un violento capaz de las más oscuras atrocidades.
Un anarquista es Luz. Un anarquista no es oscuridad. Todo el mundo que crea y piense lo contrario no es anarquista.
Un anarquista es un médico, un ingeniero, un administrador, un juez e, incluso, un abogado. Pero lo es, también, un albañil, una costurera, un peluquero, un limpiador e, incluso, una consorte.
Un anarquista sabe diferenciar entre profesiones y sabe que unas las crearon personas de sexo masculino y otras de sexo femenino. Por eso llama a los jueces, “jueces” y a las enfermeras “enfermeras”, aunque se demuestre en cada gremio hay más personas de principio sexual diferente.
Un anarquista sabe que La Naturaleza nos dota de hormonas y, por tanto, de género. Un anarquista sabe que la sexualidad es muy personal y que cada uno elije la suya. Pero sabe que las sexualidades son limitadas y que La Naturaleza no nos ofrece más variedad.
Un anarquista cree que el “Hombre” es toda la humanidad y no solo un género que a raíz de que tiene “pito” se le ha llamado así, ya que “Hombre” significa “que viene del humus” y toda la humanidad viene del “humus”, incluidas las mal llamadas “mujeres” que no son ni “cangrejos”, ni “bollitos”.
Un anarquista sabe que “pito” es una palabra que se utiliza para mencionar a las glándulas reproductivas masculinas y que la utiliza como eufemismo para no herir, ni humillar utilizando otras palabras, no más hirientes, sino más directas.
Un anarquista no me denunciaría por incluir la palabra “pito” en un artículo. Ni siquiera por incluir otra palabra más directa que significa lo mismo y que tampoco es un insulto.
Un anarquista se fijaría que en este artículo también aparece la palabra “bollito”. Y que esta, en el contexto que se enuncia, sirve para reflejar una realidad que centenares de miles de machistas utilizan para denigrar a las Fembras y, que estas, en vez de protestar, se apropian de un término que es claramente ofensivo y denigrante que las convierte en una glándula femenina.
Eso sí: no todas. De hecho, en vuestro caso, compañeras, sois más las que protestáis cuando hay una discriminación de este tipo. Solo los “tíos” raros y machistas pondrían una escusa para llamar a la “Fembra”, “bollito” y dejarlo así hasta que esa palabra conquiste todos los espacios humanos y sociales conviertiéndose en la palabra que nomine a un género.
No obstante:
“Pito”.
¡Abajo el Patriarcado y arriba las cunas! ¡Pues igual soy padre!
-Richie punk-