Fuente: https://periodicogatonegro.wordpress.com/2021/06/26/seguiremos-con-el-amor-y-la-rabia-de-un-pueblo-que-no-olvida/
“¡Cómo me voy a olvidar! / de la batalla de Avellaneda / Cómo me voy a olvidar / cortando rutas y tirando piedras”, escuchamos ni bien bajamos en la estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Estación recuperada por las voces y los cuerpos que no transan con los asesinos que gobiernan. Estación convertida en símbolo de amor y de lucha. Un punto de encuentro en un nuevo 26 de junio que derrite de rabia las calles al cumplirse 19 años de los asesinatos de los compañeros en manos de las fuerzas represivas del Estado. Un nuevo 26 de junio que hace arder no solo el frío viento que cruza el Puente Pueyrredón sino también las complicidades de los asesinos de siempre.
“Nos vamos a las vías del tren y agarramos unas piedras”, le decía Darío a Leo Santillán 19 años atrás. Y al ver las piedras que Leo agarró, Darío le aseguró: “Agarrate unas más grandes porque esto va a estar jodido”. Afirmación certera porque la decisión política fue terminar con la protesta social mediante un operativo conjunto de fuerzas federales y de la Provincia de Buenos Aires, diseñado en las más altas esferas del poder del territorio y conducidos en ese entonces por el presidente Eduardo Duhalde y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires Felipe Solá. Hombres de política, hombres de Estado, que siguen asesorando y ocupando puestos políticos en el reciclaje del gobierno actual. Es con Todos. Con todos los asesinos.
“Tenemos el deber de ejercer la memoria. Yo odio tener que ver en videos a mi hermano arrastrado. Por eso con ellos nada, con los asesinos de nuestros compañeros nunca nada, ¡coherencia!, compañeros”, grita Leo al micrófono en un Puente rebalsado de cuerpos que prácticamente llegan hasta la estación. Cuerpos que Alberto Santillán ve como semejantes a su hijo, “con pelo largo, barba, hasta lo veo a Darío en ustedes”. Para Vanina Kosteki no solo transitan cuerpos en el Puente sino que “la sangre de Darío y Maxi están hoy acá”. Y expresa que la lucha “es por Maxi, por Darío y por todos los compañeros que perdimos. No podemos permitir que nos callen, nadie nos va a callar: ni Duhalde, ni Néstor, ni Cristina, ni Macri, ni ahora Alberto. ¡Se van todos a la puta madre que los parió!”.
Una y otra vez los familiares de los compañeros asesinados por el Estado en la Masacre de Avellaneda insisten en actuar coherentemente, visibilizando las complicidades y violencias de los poderes de turno: “Acá estamos los que no mentimos, los que no traicionamos. Estamos acá no solo por Darío y Maxi, sino por todos los asesinados por el Estado. Tenemos que entender que a pesar de las diferencias la lucha es una sola. Tenemos que estar juntos, no solo por Darío y Maxi, también por los 30.000”, sostiene Alberto Santillán.
Leo, con la garganta llena de rabia, menciona los ejemplos de rebeldía en los territorios de Chile y Colombia, pero se pregunta —nos pregunta— , qué vamos a hacer nosotros, qué estamos haciendo nosotros. Corte de puente, interpelación y el sano ejercicio de pensarnos en situación de revuelta: “No les va a alcanzar la policía para defenderse cuando explote todo. No van a poder esconderse en ningún lado, porque somos un pueblo con historia. Seguiremos con el amor y la rabia de un pueblo que no olvida”. Similar a Leo, Alberto intercala sus palabas entre el amor a sus compañeros y el odio a sus —nuestros— enemigos: “Al estar acá, uno se nutre de amor, uno se nutre de lucha. Es el momento de pegar duro. Es hora de dejar de poner los muertos nosotros. Los muertos tienen que ser del partido que nos mata”. Se vuelve a confirmar, mientras arde junio, que nuestro odio es otra forma de amor.
Hace unos días una compañera sostuvo que “el poder no puede capturar los silencios”. Una captura imposible. Un silencio de palabras irrumpe por unos instantes en esta nueva jornada histórica de lucha. Un silencio de voces que nos pone en movimiento. Que arda junio. Que ardan los gobiernos. Y que se encienda la vida:
SUTILEZAS
Qué lindo sería que la memoria se construya todo el tiempo. Este tiempo de mierda que nunca es suficiente ni atinado para hacer nada, dicen. Qué lindo sería el día en que nadie se postule a nada, que nadie tenga que elegir lo que no quiere, que nadie sea el candidato de algo, que este juego ya no exista.
Qué lindo sería el día en que nos quede bien claro que nunca, nunca, pero nunca se transa con Duhalde, ni con Solá, ni con Fernández. Que esos tres son responsables de los asesinatos de Darío y de Maxi y que, para ellos, nuestros compañeros son sus trofeos.
Qué lindo sería que el puño se mantenga en alto, firme, convencido y que no se vuelva boleta ingresando a la urna.
Qué lindo sería el día en que no abandonemos a Leo ni a Alberto por un lugar en la lista amplia de alianzas tácticas y excusas infundadas.
Qué lindo sería el día en que no haya que recordar estas cosas tan básicas como que a los enemigos no se les da la mano… porque las tienen llenas de sangre.
Qué lindo sería el día en que se haga justicia vengando a Maxi y a Darío con la lucha real. Porque la “lucha electoral” es tremendo oxímoron.
Cobertura colectiva: La Obrera Colectivo Fotográfico + Aislamiento Represivo + La Chispa Prensa + Andrés Masotto + Periódico Gatx Negrx
Si llegaste hasta acá es porque puede ser que te interese nuestro periodismo, nuestras inquietudes, nuestras ganas de multiplicar la rebeldía, de promover la autonomía, de fomentar la auto-organización anti-autoritaria. Te invitamos a colaborar para que Gatx Negrx siga siendo una de las tantas voces necesarias para recuperar todo lo que nos han robado: https://periodicogatonegro.wordpress.com/aportes/