Fuente: Umoya, num 102 1 er trimestre 2021 Noemí Ferrero/ Alicia Gallego
El Sáhara vuelve a las armas ante la inacción internacional
Después de 29 años de alto el fuego y de esperar a la actuación de la legalidad internacional, el pueblo saharaui ha vuelto a las armas el 13 de noviembre de 2020 para luchar por su independencia frente a Marruecos. La soberanía del Estado marroquí sobre el Sáhara sólo la reconocía un país: el propio Marruecos. Sin embargo, Trump, como presidente de Estados Unidos, anunció recientemente el reconocimiento por su parte, lo que parece estar ligado a intereses relacionados con el conflicto entre Israel y Palestina.
“Hace unos días, tenía el móvil apagado, estaba concentrada estudiando, y sonó el fijo; desde el otro lado del teléfono me dijeron: «¿No te has enterado? Volvemos a la guerra»”, relata la periodista Ebbaba Hameida, en un reportaje en primera persona realizado para la revista 5W. En él describe qué implica para ella haber nacido en un campo de refugiados saharauis: “Ha marcado mi vida, pero no lo suficiente como para poder comprender todas las dimensiones de este conflicto, un conflicto que ha decidido muchas cosas por mí y mi familia”. Su hermano, de 36 años y con cuatro hijas, acaba de decidir alistarse al frente.
El Sáhara Occidental fue provincia española durante el franquismo (1958 – 1975). Con los Acuerdos Tripartitos de Madrid de 1975, España cedió el Sáhara a Mauritania y Marruecos. Sin embargo, esos acuerdos se consideran ilegales porque suponen una vulneración del Derecho Internacional. Así, en noviembre de 1975 estalló una guerra entre Marruecos y el Frente Polisario.
Una guerra que, pese a las grandes diferencias entre ambos bandos, duró 26 años. Los saharauis derrotaron a Mauritania y consiguieron frenar al ejército marroquí, a pesar de que este era superior tanto en número de militares como en armamento.
Explica el periodista José Antonio Bautista que, con la firma de la paz en 1991, en los campamentos de refugiados comenzó a fraguarse una división: los ancianos y veteranos abogaban por el alto al fuego, mientras que los jóvenes pedían volver a las armas para luchar por su independencia y libertad. Con la llegada de la crisis económica, la situación de escasez y penuria derivó en mayores diferencias internas en el Frente Polisario. Y, como consecuencia de esto, muchos de los jóvenes polisarios comenzaron a flirtear con el islamismo, apunta también el director de investigaciones periodísticas de Por Causa.
Los saharauis han apostado, desde la firma de la paz, por la legalidad internacional, MAGREBapunta el ya citado periodista. Las Naciones Unidas reconocen su derecho a un referéndum de autodeterminación y establecen un cuerpo especial, llamado MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental), para velar por el alto al fuego. En palabras de Bautista, Marruecos ha aprovechado esta pausa para ocupar, explotar, reprimir, encarcelar y silenciar a saharauis sin ser castigado por ello, ya que tiene la protección de Francia, Estados Unidos y de varios miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Además, ha llevado a cabo una “marroquinización”: en la actualidad, más del 75% de la población de los territorios ocupados son colonos marroquíes conviviendo con los saharauis.
El quid de esta guerra recae sobre una cuestión de intereses. “No interesa que el Sáhara sea independiente porque tiene muchos recursos”, declara Farhana Mahammud, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Africanas en Canarias. Su familia tuvo que migrar a España cuando ella era pequeña: “Lo dejaron todo: casa, coche, trabajo… Vinieron a España con una mano delante y otra detrás”.
Pero, ¿qué intereses tiene España en no hacer frente a Marruecos? Entre otras, que unas 16.000 empresas españolas realizan negocios en Marruecos, según afirma el profesor de Relaciones Internacionales y periodista Sebastián Ruiz. “Es un flujo comercial importante. Al menos 16 son del Ibex 35”, apunta. A esto se suman los recursos que mencionaba Farhana, como el fosfato y los caladeros de pesca.
Estados Unidos también ha jugado un papel de relevancia en este conflicto. Cuando la soberanía marroquí en el Sáhara Occidental sólo era reconocida por un país —el propio Marruecos—, Donald Trump, a finales de su mandato presidencial, anunció su reconocimiento. Cuestión de intereses: Marruecos anunciaba en diciembre que comenzaría a establecer relaciones diplomáticas con Israel, a quien Estados Unidos apoya en la guerra contra el pueblo palestino, que también reivindica su independencia. Sin embargo, como afirmaba el Secretario General de la ONU António Guterres, la solución del conflicto no depende del reconocimiento de estados individuales, sino que es necesario el reconocimiento del estatus legal de manera unánime por todos los países del mundo.
¿Cuál es la situación actual? Salem Mohamed recoge para el medio ECSaharaui unas declaraciones de Sidi Omar, representante del Frente Polisario en la ONU, en las que dice: “Ahora estamos en un estado de guerra abierta. Estamos bombardeando objetivos marroquíes estáticos a lo largo del muro”. Salem Mohamed advierte de que las hostilidades pueden derivar en una guerra “en toda regla” que involucre a Argelia, principal aliado del Frente Polisario. Mientras, desde la capital marroquí (Rabat) se esfuerzan en negar que se esté produciendo enfrentamiento alguno.
El ECS recoge el foco del problema en palabras de Sidi Omar: “Nuestro principal objetivo sigue siendo la liberación del Sáhara Occidental. No queríamos esta guerra, pero Marruecos se ha envalentonado por la inacción de la comunidad internacional”. Y el pueblo saharaui, tras muchos años de paz y aguante en el alto el fuego, ante esa inacción de los organismos internacionales ha recurrido a la guerra como única solución para poder defender sus derechos y la independencia de su territorio.
Nota:
Hemos podido acceder a estas informaciones gracias al trabajo de profesionales como Ebbaba Hameida, José Antonio Bautista, Lehbib Abdelhay, etc. Para conocer más en profundidad la realidad del conflicto del Sáhara Occidental, recomendamos escuchar lo que dicen las personas del pueblo saharaui y que conocen la situación en primera persona, atender a las reclamaciones y comunicados que realizan colectivos en solidaridad con ellas y buscar medios de comunicación independientes especializados en el tema.