No obstante la inusual afrenta al titular del Kremlin, Moscú no quiere romper relaciones con Washington, pero advirtió que tampoco está dispuesto a acatar las reglas del juego que quiere imponer la administración Biden.

Estados Unidos quiere mantener ciertas relaciones con nosotros, pero sólo en aquellas áreas que representan interés para ellos y bajo sus condiciones. Sabemos defender nuestros intereses. Vamos a trabajar con ellos sólo en aquellos ámbitos que nos interesen y bajo condiciones que consideramos provechosas para nosotros, reviró Putin.

Aseveró que el gobierno de Biden tendrá que aceptarlo, a pesar de sus intentos de frenar nuestro desarrollo, sus sanciones, sus insultos.

En cuanto a esto último, Putin afirmó: “Ciertamente, lo conozco (a Biden). ¿Y qué le diría? Le diría: ‘¡Cuide su salud!’ De verdad le deseo mucha salud, sin ironía ni ganas de bromear. Cuando era niño, jugando con los amigos, no teníamos duda: el que lo dice lo es, y no es un juego infantil, un simple chiste. Es una frase con profundo sentido sicológico: siempre vemos en la otra persona las cualidades que tenemos, creemos que es igual que nosotros y, a partir de ahí, lo evaluamos”.

Con estas palabras, dichas en una videoconferencia con motivo del aniversario de la incorporación de Crimea a Rusia en 2014, el mandatario ruso dio a entender que Biden está mal de la cabeza y, sin desmentir la acusación que hizo su colega estadunidense, endosó el insultante calificativo de asesino a quien lo lanzó primero.

Para eso Putin recordó a la clase gobernante estadunidense el genocidio de los indios y la permanente persecución de los negros, así como que Estados Unidos es el único país del mundo que empleó la bomba atómica contra un Estado que carecía de este tipo de armamento, Japón, a fines de la Segunda Guerra Mundial, sin ninguna necesidad militar, (pues) se trató de exterminar a la población civil de Hiroshima y Nagasaki.