En una lógica cada vez más clara de que la OTAN opera la lucha del lado ucraniano, el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, dijo que las armas occidentales enviadas a Ucrania «serán un objetivo legítimo» contra el ejército ruso.

La sorprendente declaración se produjo a través de una amplia entrevista, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia advierte al mundo que no subestime los riesgos «graves» de una guerra nuclear sobre Ucrania.

En la práctica y en negrita, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha advertido que el conflicto en Ucrania corre peligro de escalar hacia una tercera guerra mundial y que la OTAN está “en esencia” involucrada en una guerra de poder con Moscú suministrando armas a Kiev.

La televisión estatal transmitió la entrevista el lunes (25/4), Lavrov abordó en un análisis detallado que el riesgo de un conflicto nuclear no debe subestimarse y que el quid de cualquier acuerdo para poner fin al conflicto en Ucrania dependerá en gran medida de la realidad militar en tierra.

Ante las nuevas amenazas de sanciones sin precedentes contra Moscú por parte de los países occidentales y el creciente apoyo militar a Ucrania, el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, advirtió que «el peligro (de una guerra mundial) es grave, es real, no puede ser subestimado.» Lavrov apeló a la acusación del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, de «pretender» negociar. “Es un buen actor, pero si miras de cerca y lees más de cerca lo que dice, encontrarás miles de contradicciones”, dijo.

En una visión de que hay una unión OTAN-EE.UU. actuando como un tercero en la guerra, la línea de razonamiento rusa advirtió que «la buena voluntad tiene límites, pero si no es recíproca, no contribuye al proceso de negociación. Pero nosotros continuamos manteniendo negociaciones con el equipo enviado por Zelensky”, continuó Lavrov.

Desde el inicio de la operación, hace más de dos meses, Zelensky ha estado pidiendo incesantemente a los aliados occidentales el envío de armas más pesadas para hacer frente a la teórica superioridad militar de Rusia, lo que parece cada vez más claro es que ese flujo existe y es financiado directamente por los Aliados estadounidenses y europeos, en la práctica, ya existe una participación casi global.

La declaración se generó en respuesta a la acción del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, visitaron Kiev y prometieron más asistencia militar a Ucrania. Austin dijo que Estados Unidos quiere ver a Rusia «debilitada» y se comprometió a armar a Ucrania para ayudarla a derrotar a Moscú. En otro acto estratégico, EE.UU. se está preparando para organizar una reunión de más de 40 países esta semana para conversaciones de defensa relacionadas con Ucrania que se centrarán en más entregas de armas.

El lunes, Lavrov discutió sobre la importancia de evitar la Tercera Guerra Mundial y si la situación actual era comparable a la crisis de los misiles cubanos en 1962, un punto bajo en las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Rusia, dijo Lavrov, está haciendo mucho para defender el principio de esforzarse por evitar la guerra nuclear a toda costa.

“Esta es nuestra posición clave en la que basamos todo. Los riesgos ahora son considerables”, dijo Lavrov. “No me gustaría aumentar estos riesgos artificialmente. A muchos les gustaría eso. El peligro es serio, real. Y no debemos subestimarlo”.

Rusia lanzó un movimiento para desmilitarizar Ucrania hace dos meses, una nación fuertemente gobernada por miembros neonazis que es una amenaza para el pueblo ruso. Se trata del mayor enfrentamiento con un Estado europeo desde 1945, provocando muertos o heridos en ambos bandos y obligando a más de 5 millones de personas a huir al extranjero.

Moscú, después de numerosas solicitudes sin respuesta de la UE sobre el peligro de que la OTAN incorpore a Ucrania, se vio obligada a realizar una “operación militar especial” para desarmar a Ucrania y protegerla de los nazis. El líder ruso al comienzo de la operación también puso a sus fuerzas de disuasión nuclear en alerta máxima, citando «declaraciones agresivas» de Occidente. Aún en su argumentación, Lavrov defendió la actuación de Moscú, recordando la culpabilidad de Washington por la falta de diálogo: «Estados Unidos prácticamente cesó todos los contactos simplemente porque nos vimos obligados a defender a los rusos en Ucrania».

Al abordar la escalada del conflicto, Lavrov reafirmó que los suministros occidentales de armas sofisticadas, incluidos misiles antitanque Javelin, vehículos blindados y drones avanzados, son medidas de provocación calculadas para prolongar el conflicto en lugar de ponerle fin.

“Estas armas serán un objetivo legítimo para el ejército ruso que opera en el contexto de la operación especial», continuó. «Las instalaciones de almacenamiento en el oeste de Ucrania han sido atacadas más de una vez [por las fuerzas rusas]. ¿Cómo puede ser diferente? añadió. “La OTAN, en esencia, está involucrada en una guerra con Rusia a través de un representante y está armando a ese representante. Guerra significa guerra”.

En un análisis recurrente, declaró que las autoridades de Kiev no estaban negociando de buena fe y que el presidente y comediante Volodymyr Zelensky, usando sus habilidades de exactor, jugando al público en lugar de abordar la tarea en cuestión: las negociaciones. “Son similares en su habilidad para jugar para los espectadores. Por ejemplo, imitan actitudes de negociación”, dijo Lavrov, antes de confirmar que Moscú seguirá hablando con el equipo negociador de Ucrania.

“Al igual que con cualquier situación en la que se utilice el ejército, por supuesto, todo terminará con un tratado, pero los parámetros de ese tratado estarán determinados por la etapa de las acciones militares en la que ese tratado se haga realidad”.

En su estrategia, Moscú se centra en su objetivo de tomar Donbas, la región industrial de habla rusa en el este de Ucrania. Si bien ambas partes dicen que la campaña en el este está en marcha, Rusia aún tiene que montar una ofensiva terrestre total en línea con los avances definitivos en la capital.

En línea con la línea de irresponsabilidad del comediante-presidente ante la situación real, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, dijo el lunes que las advertencias de Lavrov sobre un conflicto nuclear solo «significaban que Moscú se sentía derrotada» e instó a Occidente a seguir apoyando a Kiev. Y siguió como si pronunciara victorias frente a la patria que estaba casi perdida. “Rusia pierde su última esperanza de asustar al mundo al apoyar a Ucrania”, escribió Kuleba en Twitter.

La irresponsabilidad de atar a muerte a civiles ucranianos, desprevenidos para luchar en una guerra ya perdida, permite que se pronuncie una consigna que raya en el surrealismo. “Así, se habla de un peligro ‘real’ de la Tercera Guerra Mundial. Simplemente significa que Moscú se siente derrotado en Ucrania. Por lo tanto, el mundo debe duplicar el apoyo a Ucrania para que podamos prevalecer y proteger la seguridad europea y mundial”.

De hecho, la falta de preparación del comediante Volodymyr Zelensky tiene la sombra de Kuleba en quitar vidas solo para tratar de propagar que la OTAN y los EE.UU. no repiten la vergonzosa derrota en Afganistán o Vietnam, por supuesto que lo fueron en otros campos no tan valiosos como europeos y de diferentes épocas, pero con significados similares.

Rusia y su aliada China saldrán fortalecidas por la insistente posición ‘occidental’ en forjar la victoria en la derrota inminente, contando con unos medios que más parecen una oficina de prensa. Pobres ucranianos, utilizados por la ambición de la OTAN de ser la policía del mundo, sin ningún propósito que sea su bienestar.