Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/390401-chequia-no-tener-pruebas-culpa-rusia 25 abr 2021 14:09 GMT
«Podría ser un juego de servicios de inteligencia»: República Checa admite no tener pruebas de que Rusia estuviera involucrada en explosiones del 2014
El presidente checo afirmó que todavía hay muchas «manchas blancas» en los datos sobre los estallidos en el depósito militar en Vrbetice, después de que Praga sospechara de los servicios de inteligencia rusos.
El mandatario declaró durante un discurso televisivo extraordinario que de momento «trabajan con dos versiones: que las explosiones se produjeron debido a la manipulación negligente de municiones y la segunda versión es que agentes de servicios especiales extranjeros son culpables de esto». «Antes de sacar conclusiones sobre las explosiones en Vrbetice, hay que esperar los resultados de la investigación, que aún continúa», destacó.
No hay pruebas de la participación de agentes rusos
Sin embargo, Zeman hizo hincapié en que, en el informe sobre los hechos, que fue elaborado por la Inteligencia checa, el Servicio de Información de Seguridad, «se habla sobre la falta de cualquier prueba» de la presencia de agentes rusos en los depósitos. «Cuando se examinaron las dependencias del segundo depósito justo antes de la explosión ocurrida allí, no se encontró ningún artefacto explosivo», reiteró el presidente.
En ese contexto, el mandatario indicó también que la contrainteligencia no informó «durante 6 años en ninguno de sus informes anuales, incluso en su parte clasificada» de «la posible participación [en los estallidos] de agentes de los servicios especiales rusos».
El presidente concedió también una entrevista a la cadena CNN Prima News y comentó la expulsión de diplomáticos por parte de Rusia y de la República Checa, calificando el paso de «canibalismo mutuo», que, cree, «alcanzó un cierto nivel y terminó».
Quedan «manchas blancas»
Respecto a los resultados de la investigación de las explosiones, Zeman afirmó durante el discurso que se estableció una conexión entre el vendedor de armas búlgaro Emilian Gebrev y los hechos. «Las municiones debían ingresar a Bulgaria», dijo el jefe de Estado checo, agregando que hay contratos de compraventa y el vendedor búlgaro «pagó un adelanto». «Podemos considerar como comprobada la huella búlgara», reiteró.
A pesar de ello, Zeman reiteró en el marco de la entrevista que «todavía existen muchas manchas blancas» en el caso. «La Policía y la Fiscalía General, que tienen toda mi confianza, siguen ocupándose de la investigación», dijo.
El mandatario afirmó que, si se descubre que los servicios especiales rusos no participaron en las explosiones, puede tratarse de «un juego» de los servicios de inteligencia que «podría tener consecuencias graves» para la vida política de la República Checa.
Durante la entrevista, el presidente checo abordó también la pandemia y afirmó que abogará por «el uso en la República Checa de la vacuna Sputnik [V] si en la República se hace evidente la falta de otras vacunas, incluidas las ahora usadas».
Praga «no tenía ningún indicio« para culpar a Moscú
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, declaró que la comunidad internacional debe preguntar a la República Checa sobre qué armas estaban depositadas en Vrbetice.
La vocera declaró en el marco de una entrevista con la cadena Rossiya 1 que, después de las afirmaciones de Zeman, se puso de manifiesto que las autoridades checas no tenían ningún indicio para culpar a Rusia de las explosiones.
«Como usted entiende, durante los últimos días, no ha pasado ni un día sin que los representantes del ‘establishment’ político de la República Checa no refutaran sus propias declaraciones: bien, supuestamente tienen todas las pruebas y evidencias necesarias e irrefutables de la implicación de Rusia y los representantes rusos, supuestamente servicios especiales, en las explosiones del 2014, o bien, como se demostró hoy, la dirección del país no tenía ningún indicio para hacer tales declaraciones -mucho menos pruebas-, a lo largo de los últimos 7 años, cuando se realizó la investigación», subrayó.
Tensión diplomática entre Praga y Moscú
La Cancillería rusa anunció el pasado domingo que 20 empleados de la Embajada de la República Checa en Moscú fueron declarados personas no gratas y deberían irse del país por tardar el 19 de abril.
Aquella fue la contramedida del Gobierno ruso tomada en respuesta a la expulsión de la República Checa de 18 diplomáticos por sospechas de que los servicios de inteligencia rusos estuvieron involucrados en la explosión de un depósito militar en el 2014.
Este jueves las autoridades checas han cumplido su amenaza de reducir adicionalmente el personal de la Embajada de Rusia en Praga hasta el número de personas que tiene la misión diplomática checa en Moscú. Esto supone la marcha adicional de Praga de otros 22 diplomáticos rusos y 48 trabajadores técnicos.
Explosiones en depósitos militares
El Gobierno checo acusó a los integrantes de la misión diplomática rusa de ser espías militares del Kremlin y les concedió 48 horas para abandonar el país. Las autoridades checas sostienen que todas estas personas son miembros de los servicios de inteligencia rusos y trabajan para el Departamento Central de Inteligencia de Rusia (GRU) y el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR).
Las explosiones de las que habla Praga tuvieron lugar el 16 de octubre y el 3 de diciembre de 2014 y se produjeron en los depósitos militares en la localidad checa de Vrbetice, situada en el sureste del país. La primera le costó la vida a dos personas.
El Ministerio de Exteriores ruso declaró, a su vez, que las afirmaciones de la República Checa sobre la participación de los servicios de Inteligencia rusos en los estallidos son «pretextos infundados y descabellados», y agregó que «previamente las autoridades checas atribuyeron la responsabilidad de las explosiones a las empresas propietarias de los depósitos».
A su vez, el experto en geopolítica, Fernando Moragón, opina que la República Checa y otros países fomentan la crisis diplomática con su propaganda antirrusa.