Fuerzas de ocupación israelí reprimieron este viernes a manifestaciones palestinos que rechazaron la construcción de asentamientos ilegales en zonas de Cisjordania ocupada y en la Franja de Gaza, lo que dejó varios heridos.

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En la ciudad de Nablus, las tropas israelíes arrojaron gases lacrimógenos y balas de goma contra los manifestantes. Según reportes de la Media Luna Roja palestina, unas 70 personas sufrieron asfixia por inhalar estos gases.

Por otra parte, en la ciudad de Beita, al sur de Nablus, al menos 20 palestinos fueron heridos, luego que las fuerzas israelíes abrieran fuego por protestar contra la construcción de un nuevo asentamiento en la cima de Jabal Sbeih (montaña Sbeih), cercana al pueblo.

El jefe del Departamento de Emergencias y Ambulancias de la Sociedad Palestina de la Media Luna Roja, Ahmad Jibril, afirmó que dos manifestantes resultaron heridos por balas de acero recubiertas de goma en sus piernas, otro por un bote de gas lacrimógeno, y 15 más se asfixiaron por inhalación del gas.

Decenas de palestinos resultaron lesionados tras la represión de tropas israelíes contra la manifestación semanal en el pueblo de Kafr Qaddoum que rechaza la política colonialista de Israel.

Las protestas contra los asentamientos ilegales se producen ante el aumento de las construcciones de asentamientos, ignorando la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que declara que el expansionismo israelí en Cisjordania y Jerusalén constituye “una flagrante violación del derecho internacional”.

El número de colonos en la Jerusalén Oriental ocupada y Cisjordania ha aumentado a más de 700.000 en la actualidad, y la expansión de los asentamientos ilegales se ha triplicado desde la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993.