Fuente:https://elsudamericano.wordpress.com/2020/09/21/ratas-mutantes/ SEPTIEMBRE 21, 2020
El transhumanismo y la colonización planetaria, –aun cuando hasta ahora puedan resultar inviables–, no son meras utopías-tecnológicas sino un proyecto político elitista-plutocrático que también podríamos describir neonietzscheano, ya imaginado por los científicos nazifascistas.
La eugenesia, los bunkers subterráneos y los “cuartos de pánico” en regiones aisladas del planeta –como la Patagonia argentina–, no son simples hipótesis catastróficas del capitalismo transnacionalizado, sino realidades que día tras día se vuelven inocultables.
La élite mundial capitalista construye sus“cuartos de pánico” frente a escenarios de catástrofe ambiental y crisis política de características globales (Cuatros escenarios Apocalipticos según la Rockefeller Fundation)
La creación de U.S. Space Force no es ningún videojuego, sino la sexta rama del ejercito corporativo-imperial más grande del mundo.
Renán Vega escribe un articulo que parte de un supuesto erróneo, “Lunáticos y marcianos… en la Tierra”, donde dice: “Estos delirios tecno-utópicos y criminales, (…) pretenden ocultar los problemas que el capitalismo y los capitalistas de carne y hueso generan en la Tierra…”
En realidad no es cierto que pretendan ‘ocultar’ los problemas que “los capitalistas generan”. La crisis civilizatoria es evidente y la catástrofe ambiental-social-humanitaria es inocultable. Se trata de algo mucho mas profundo, los límites insuperables de la ley del valor, y de allí la necesidad expansiva del capital de “exportar” las contradicciones inherentes a la lógica de acumulación del capital, (valor que se valoriza) capital/trabajo.
La acumulación “remanente” además de sacrificar regiones enteras del planeta, también crea burbujas especulativas e interacciones críticas a nivel sistémico, provocando enorme inestabilidad económica, volatilidad e ingobernabilidad, y pone en evidencia las crisis cíclicas de excedentes, proceso recurrente e irresoluble en la lógica de producción social y apropiación individual de ganancia/plusvalor. El capitalismo sigue siendo un método muy eficiente de expoliar los bienes comunes de la humanidad, pero los “ejércitos de reserva” de mano de obra, desde hace al menos medio siglo han superado la capacidad de integración formal al consumo y la producción, de “la población sobrante”.
La militarización de la vida social, el “control” de las calles y los territorios, la inhumanización de las vícitimas (“desmoralización” y deshumanización de la política), el control de los flujos informativos y la “neutralización” de las disidencias antisistémicas no son medidas apresuradas ni coyunturales, sino procedimientos centrales de la estrategia supremacista, plutocrática-imperialista.