Un total de 11 comuneros de la cárcel de Lebu, en Chile, iniciaron este martes una huelga de hambre seca luego de haber cumplido dos meses de ayuno, sumándose así a los presos políticos de la cárcel de Angol.

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El vocero de los comuneros y sus familias, Auka Castro, expresó que “los 11 presos políticos de la cárcel de Lebu han tomado una decisión respecto al nuevo panorama actual, de manera que han decidido plegarse a la huelga de hambre seca, al igual que en la cárcel de Angol”.

Agregó que han decidido tomar esta determinación debido a la nula respuesta que ha existido respecto de las demandas que fueron emitidas desde Angol, en la negociación que se había establecido con el ministro de Justicia, Hernán Larraín.

Castro precisó que los presos «tienen fuertes dolores de cabeza, musculares, muchos mareos, entre otros. Nos preocupa demasiado la decisión de la huelga seca, porque entendemos que ninguna persona es capaz de sobrevivir tres o cuatro días sin ingerir líquidos considerando todo lo que acarrean los días de ayuno».

Los presos políticos mapuche exigen al Gobierno de Sebastián Piñera aplicar el Convenio 169 de la OIT, que establece tratos a pueblos indígenas en situación carcelaria, a la situación judicial de los 26 comuneros que aún siguen en huelga de hambre.

Los mapuches ratificaron la necesidad de «que se sienten a conversar con nosotros y que busquemos una salida política a este conflicto que es lo que hemos planteado hace mucho rato. Tenemos que recordar que no estamos pidiendo ningún favor, el Convenio 169 de la OIT fue ratificado por Chile hace casi 11 años».