Présence africaine: una revista de diálogo, un Bandung…

Fuente: https://literafrica.wordpress.com/2020/07/19/presence-africaine-una-revista-de-dialogo-un-bandung-cultural-y-una-biblioteca-imprescindible/                                                             sfqu                                                                                                  19 julio, 2020

Présence africaine: una revista de diálogo, un Bandung cultural y una biblioteca imprescindible

Las revistas siempre han sido un medio de expresión cercano y versátil. Con el paso del tiempo han ido surgiendo especializaciones y nuevos formatos que han continuado agrandando el lugar imprescindible que ocupan en nuestra formación como lectores. Son punto de consulta, de intercambio de opiniones y contraste, lugar donde compartir, encontrar nuevos mundos y reflexionar.

En estos tiempos difíciles, continúan su andadura con tesón, ilusión y pasión, iluminando nuestros días con propuestas diversas e innovadoras que no dejan de sorprendernos. Y, muchas veces, son el motor sin el cual no se canalizarían los trabajos de tantos y tantos escritores e intelectuales.

Con base en algún país africano, como es el caso de la sudafricana “Drum” o en torno al continente africano y su diáspora, aparecieron en la década de los 50 revistas específicamente literarias, entre ellas, “Black Orpheus –Orfeo negro-“, “Okike” o “Transition” que fueron dando oportunidad de expresarse a las nuevas voces que emergían en el continente.

Una de las más veteranas es “Présence Africaine”, creada en 1947 por el senegalés Alioune DiopRevista pan-africana que extendió su influencia en forma de editorial fundada en 1949 y librería, abierta desde 1962. Una transcendental labor la que llevaron a cabo tanto Diop como su esposa Christiane Yandé, que germinó en congresos, festivales y encuentros hasta hoy.

Los visionarios en la sombra

Alioune Diop

Alioune Diop

El nombre de Alioune Diop, de quien partió la idea, parece que se pierde al lado de los otros intelectuales de la negritud que impulsaron el proyecto: Aimé Césaire, Léopold Sédar Senghor y Léon-Gontran Damas. A los que se unieron un “comité de patronazgo”, con personalidades como André Gide, Jean-Paul Sartre, Boris Vian, Albert Camus, Georges Balandier, Richard Wright, Théodore Monod, Pablo Picasso, Michel Leiris o Jacques Howlett entre otros.

Aquel senegalés musulmán que se convirtió al catolicismo y que estudió en su Saint Louise natal, en Argelia y en París, es contemplado con admiración y respeto por decenas de escritores por el papel fundamental que tuvo como “el constructor desconocido del mundo negro” tal y como lo denominó Frédéric Grah Mel.

El antillano René Depestre rescata en un artículo su figura y pone en realce la altura de un hombre que con escasos medios logró levantar una revista, una editorial y una librería, en unos momentos en los que se sumaba la dificultad de aunar a las personas que logró convocar bajo su proyecto.

En Historia de la literatura negroafricanaLilyan Kesteloot destaca, asimismo: “No cabe duda de que los novelistas y poetas negros no hubieran podido encontrar tribuna ni editor sin la creación de la revista Présence Africaine, que Alioune Diop y su mujer, Christiane, publicaron simultáneamente en Dakar y en París”.

Del mismo modo, en su obra Piel blanca, máscaras negras, el escritor martiniqués Franz Fanon resaltaba la importancia de dicha revista literaria con estas palabras: “Gracias a la revista de Alioune Diop, hemos podido coordinar las motivaciones psicológicas que mueven a los hombres de color”.

Nace Presencia Africana

Tal y como recoge Kesteloot en su libro, a pesar de los grandes nombres la presencia de la revista era más bien modesta, con graves desalientos ecónomicos que Diop lograba subsanar tras las oportunas llamadas a los amigos más cercanos. Todos ponían su grano de arena para que funcionara “aquel órgano de reflexión”, “aquella tribuna” tan necesaria que el intelectual senegalés había puesto en funcionamiento.

Su presentación fue “un llamamiento a todos los intelectuales de África para que se apropien de los medios de que dispone Europa y reafirmen su existencia”.

Diop siempre lo contempló como un lugar de reunión y encuentro, de unidad, “reagrupando, con vistas de una acción común, a africanos  de todos los orígenes y de todas las tendencias”. Sin embargo, la revista se leía poco en África por diversos motivos, entre ellos también por “la obstrucción sistemática de los gobiernos coloniales”.

El logo estaba  inspirado por la máscara Dogon, y fue propuesto por el escritor Michel Leiris.

Un Bandung de la cultura africana

!º Congreso 1959. Obra de Picasso

!º Congreso. Obra de Picasso

Un año después de la Conferencia de Bandung (1955), que reunió a estados asiáticos y africanos “con el objetivo de favorecer la cooperación económica y cultural afroasiática, en oposición al colonialismo y el neocolonialismo”, Alioune Diop consiguió celebrar otro Bandung cultural.

En 1956 se realizó el primer Congreso internacional de escritores y artistas negros en París, en la Soborna. Cuyo cartel promocional lo realizó Picasso.

Al mismo acudieron decenas de personalidades de primera línea tales como: Richard Wright, Aimé Césaire, Franz Fanon, Léopold Sédar Senghor, Jacques Rabemananjara …por citar algunos.

En el seno del mismo, hubo intensos debates, plantes, controversias y fuegos cruzados. Pero, todo ello mereció la pena: “A pesar de las divisiones y controversias, este primer Congreso es una fecha importante en la historia cultural del mundo negro. Fue importante porque se reunió en la capital francesa a todos los intelectuales del mundo negro, apunta Lilyan Kesteloot. Este Congreso dio una visibilidad sin precedentes a la cultura y al pensamiento de África y su diáspora y puso en marcha un movimiento de afirmación que el mundo ya no podía ignorar”.

Con posterioridad, hubo un II Congreso en Roma en 1959 que fue la gran reunión de la diáspora y la confluencia de tres generaciones de escritores.

A lo largo de todos estos años, desde su creación, Présence Africaine “ha estado en la organización no sólo de estos congresos y festivales que fueron, en sí mismos, hitos en la rehabilitación del mundo negro, sino también de innumerables coloquios y seminarios que se fueron sucediendo desde entonces hasta hoy”, recoge Juan Montero.

Celebrando su presencia

La revista sigue vigente en la actualidad, al igual que la editorial y la librería que han continuado su andadadura. Cuando en 1980 falleció Diop, su esposa continuó al frente.

La editorial fue la primera en publicar a la mayoría de los escritores africanos francófonos más conocidos del siglo XX. Su primera obra publicada fue La Philosophie bantoue de Placide Tempels e incluye la literatura de Ahmadou Hampaté BaBernard DadiéMongo BetiKen BugulBirago DiopDjibril Tamsir NianeWilliams SassineOusmane SembèneLéopold Sédar Senghor, así como las obras de Cheikh Anta Diop, Frantz Fanon o Aimé Césaire, entre otros. También fue la primera en publicar traducciones al francés de escritores anglófonos como Chinua AchebeWole SoyinkaNgugi wa Thiong’o o las obras de los líderes panafricanistas Kwame Nkrumah y Julius Nyerere.

Estamos ante la formación de una imprescindible biblioteca y un increíble movimiento cultural que Diop, a quien Shengor apodó “El Sócrates negro”, junto con su esposa, hizo caminar: con el diálogo ya sea de generaciones, culturas o corrientes siempre como seña de identidad.

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