Perón y la fuga de Rawson. La memoria de la derrota y el martirio

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PERÓN Y LA FUGA DE RAWSON. LA MEMORIA DE LA DERROTA Y EL MARTIRIO

Bien conocidos son los hechos, y más allá de la crónica romántica, abiertamente interesada en presentarlos de manera anecdótica, no existió ninguna “unidad” entre las organizaciones revolucionarias marxistas y las tendencias de izquierda del peronismo, –mas allá de cuestiones estrictamente operativas–; sino más bien exactamente todo lo contrario.

Las tendencias del peronismo del mismo modo que las corrientes “maoistas” del stalinismo rioplatense, asumían como único horizonte de posibilidad el regreso “democrático” del inspirador de los grupos paramilitares de ultraderecha y agente de la logia P2 a la primera linea de la política local.

La fuga de hecho, fracasó por la inexperiencia, la falta de compromiso, la debilidad ideológica y la inorganicidad de las unidades de las FAR y Montoneros que estaban encargadas de transportar a los fugados.

Esto en primer lugar.

En segundo lugar, y como es costumbre de las ex dirigencias guerrilleras, –por una suerte de complejo derrotista–, el rol de Peron durante los días posteriores a los hechos es soslayado sistemáticamente.

En concreto afirmamos que la operación fue diseñada y ejecutada desde dentro del penal de Rawson, y no el resultado de un acuerdo político, sino estrictamente operativo; –una previsión muy correcta ante la luz de los acontecimientos posteriores–, de que todos aquellos que no lograrán evadirse, serían represaliados ferozmente.

Perón con todo su maquiavelismo psicótico, y también sus “secretarios” –que mas allá de los deseos y actos de fe, ninguno de su operadores en esas fechas y hasta hoy, han logrado ocultar–, entendieron que cualquier resultado serviría para proyectar y relanzar “el regreso del general”.

La dirigencia oficial del PJ como estructura nacional, consiguió al menos tres objetivos de “alta política”:

1) Librarse de una parte importante de la dirigencia del PRT-ERP y de otros cuadros de las organizaciones clandestinas, en especial aquellos que mas cerca estaban de la idea, más o menos genérica, de integrarse en un frente común fuera del aparato burocrático del partido justicialista.

2) Relanzar la figura de Perón-Bonaparte como pacificador y “caudillo” de la “Revolución nacional”.

3) Provocar un incidente de carácter internacional que socavara aún más la difícil situación del gobierno de Allende en Chile.

Bien sabido es que “el retorno” de Perón, inclinó la correlación de fuerzas en todo el cono sur y dio vía libre a la operaciones de contrainsurgencia de la CIA dentro del aparato de inteligencia militar argentino y preparó el escenario regional para los golpes de Estado en Chile y en Uruguay.

Apenas un año después de la fuga de Rawson, el 22 de agosto de 1973, la dirigencia montonera, retiró a su militancia del acto unitario en el congreso –brutalmente reprimido por el “gobierno popular”– que había sido convocado por los familiares de las victimas de la masacre de Trelew y las organizaciones marxistas revolucionarias, y convocó a un acto paralelo en la estadio del Club Atlanta en Bs. As., en un decisivo acto de seguidismo a la política contrarrevolucionaria de Perón-Lopez Rega.

Mario Roberto Santucho fue traicionado; no por la delación de oficiales de bajo rango de su organización como afirma la versión interesada de algunos inexplicables “sobrevivientes”, –que sin embargo no logran aportar ni una sola prueba, ni tampoco deslindarse de las fundadas y muy documentadas sospechas sobre su propia actuación en aquellos hechos–, sino por miembros de su entorno más cercano, en momentos en que toda la organización se debatía ante la necesidad de un repliegue táctico.

Sostenemos una vez más, a pesar de todas las injurias, descalificaciones y fantasías escleróticas de personajes decadentes y funestos, que reaparecen ahora, con voz impostada y juramentos de incondicionalidad a la causa del pueblo trabajador, y que desde hace décadas operan como informantes, “plantados”, y que con su conducta personal no hacen más que corroborar su verdadero papel de agentes enemigos, que:

1) Santucho entregó su vida en pos de una farsa de la dirigencia montonera, que hasta el día de la fecha niega toda conversación en torno a la conformación de la OLAS, proyecto al que esa misma dirigencia había puesto nombre y fecha.

2) No existe ninguna evidencia que respalde la narrativa novelesca acerca de la “inevitable” unidad de las organizaciones armadas mas allá de los intereses de un insignificante grupo de charlatanes y leguleyos devenidos en profetas decadentes de su propia miseria existencial.

3) La unidad no fue posible y no lo es hoy, por que unas y otras experiencias pertenecen a un pasado del país y del mundo, un universo que ya no existe: el de la Guerra fría.

4) El formalismo “guerillerista”, moralizante, sectario, y profundamente autoritario, que de marxismo tenía a penas el rótulo y las notas al pie de página. El populismo pseudo revolucionario que siempre ha confundido los intereses de la clase obrera con los intereses de los “amigos del Estado” burgués. Ambos son asuntos del pasado. Derivas históricas, experiencias aplastadas y purgadas del relato oficial de la historia política argentina.

5) Por eso frente a la lógica sacrificial, y ante el “misterio” que provoca a los mas jóvenes militantes la épica guerrillerista, decimos que la historia solo es interpretable ante las evidencias de los hechos, y no en función y según la necesidad de paracaidistas transhistoricos, que pretenden legitimar sus negocios y su búsqueda de reconocimiento público con ridículas apelaciones emotivas, cuando en los hechos, nunca han brindado una mano solidaria, ni un gesto desinteresado, ni siquiera por las familias de sus ex camaradas de lucha.

6) No es casual que todas las luchas en las que esos sujetos intervienen sean derrotadas y los núcleos de activistas desintegrados, perseguidos y neutralizados.

Durante más de cuarenta años han fracasado; ahora la historia los está poniendo en su justo lugar. Escupiremos sobre sus tumbas. Sabandijas farsantes.

Nosotr@s los HIJOS de l@s guerriller@s argentinos y latinoamericanos asesinados, secuestrados y desaparecidos por el terror burgués decimos que no tiene el más mínimo sentido volver a construir mitologías que solo sirven a los intereses de mercenarios, que lo mismo se ocupan de estafar, corromper, manipular y frustrar experiencias vitales, que de autoexculparse de todas sus responsabilidades. De las cuales, al día de hoy, aun deben dar cuenta a las familias de sus ex compañeros y al pueblo argentino.

NO OLVIDAMOS

NO PERDONAMOS

NO NOS RECONCILIAMOS

*

CONTRA LOS ASESINOS Y SUS CÓMPLICES

¡NUNCA DEJAREMOS DE LUCHAR!

El Fascismo ¡NO PASARA!

HIJOS – Red Mundial

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