Fuente: http://arrezafe.blogspot.com/2022/06/p-u-b-l-i-c-i-d-d-luis-britto-garcia.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email 19 junio, 2022
P U B L I C I D A D — Luis Britto García
Pasa que una noche llegas a tu casa, enciendes el televisor y desde la pantalla el locutor anuncia que las empresas han decidido eliminar los programas y sustituirlos enteramente por publicidad.
Pasa que rompes el trance, tomas el periódico, y encuentras un último editorial que advierte que las empresas han decidido desalojar artículos, informaciones y tiras cómicas para sustituirlos íntegramente por publicidad. Antes de arrojar la edición a la basura, una ojeada a las carteleras te informa de que los anunciantes han decidido desalojar películas y actores de cine y teatros y sustituirlos completamente por publicidad.
Pasa que sales a la calle huyendo de un periódico estrujado y de una amenazadora pantalla vacía, y encuentras que en la ciudad entera paredes puertas parques techos bancos postes calles casas carros tiendas gentes se esconden tras una cobertura continua de carteles de publicidad.
Pasa que cierras los ojos y encuentras ese antes inviolable santuario de tiniebla asediado por los proyectores retinianos que atraviesan los párpados y que sustituyen todas las enzarzadas imágenes de tu fantasía, por publicidad.
Pasa que escuchas, y encuentras que el ruido de la lluvia las voces de los niños el masticar de las termitas el golpear de los clavicordios el tronar de las olas el tejerse de los insultos los latidos del corazón, han sido sustituidos por publicidad.
Pasa que taponas tus oídos y encuentras que ese ilocalizable silencio en donde confluían los rumores de mares ignotas y los ecos de caracolas metafísicas, ha sido tomado por asalto por los proyectores de ultrasonidos que lo pueblan incesantemente de publicidad.
Pasa que buscas la inconsciencia y descubres que tu subconsciente, gracias a las técnicas subliminales, ha sido sustituido por publicidad.
Pasa que tocas los objetos, y encuentras que los objetos ya no existen, que existe sólo publicidad.
Pasa que intentas huir en la memoria, y encuentras que los anunciantes han invadido también el pasado y todos sus recovecos, inundándolos de publicidad.
Pasa que te arrojas al vacío y caes a través de un aire que parece denso, y cuando estás a punto de estrellarte contra un enorme anuncio, descubres que es el de las nuevas urnas con pantallas y altoparlantes, que conquistan la última frontera, y aseguran el ignoto tiempo de tu muerte y la inconmensurable extensión de tu nada, para la publicidad.
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