La frase emitida por funcionarios chinos refiriéndose a «Oriente crece y Occidente se encoge», fue un pensamiento ampliamente discutido incluso entre los ejecutivos del Gobierno y los medios estatales al describir la visión de Beijing de un mundo pospandémico.

Sin embargo, los eruditos chinos y los asistentes estatales argumentaron «que la frase no se jacta específicamente de un declive estadounidense».

Esta es una lógica cada vez más presente en la que el propio Bloomberg predijo el 2032 y el Gobierno de China para el 2035, superando a los Estados Unidos.

De hecho, esta afirmación de que «Oriente está creciendo y Occidente está disminuyendo» ha ganado fuerza en China desde que surgió el coronavirus hace casi dos años, convirtiéndose en un eslogan para los funcionarios del Gobierno y los medios del Estado al describir la visión de Beijing en el mundo pospandémico.

En este sentido, se corrobora la postura cada vez más firme de Beijing, bajo la Administración del presidente Xi Jinping. La frase se remonta a principios de 2014 y se atribuye a una expresión de la creciente confianza de China sobre su ascenso global en un momento de relativa decadencia de Estados Unidos.

Yuan Peng, presidente de los Institutos de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China y asesor del Gobierno en Beijing, incluso trató de argumentar que la narrativa «no está dirigida a Washington y no debe confundirse con la visión oficial de China sobre Estados Unidos».

Pero en realidad, a los ojos de este columnista, eso dentro de la visión más común en el campo de las relaciones económicas y gubernamentales es algo que no se puede ignorar.

“’El ascenso de Oriente y el declive de Occidente’ no se trata de comparar fuerzas, y mucho menos del ascenso de China y el declive de Estados Unidos”, continuó Peng en una entrevista con el Servicio Oficial de Noticias de China publicada el jueves. «Es una especie de impulso y tendencia histórica».

Dijo que la narrativa se hizo popular cuando el orden internacional estaba cambiando rápidamente, presentando el surgimiento del «mundo no occidental» liderado por China, y los países occidentales liderados por Estados Unidos, enfrentando «problemas internos y externos, incluso una crisis institucional muy seria».

En un informe a fines del año pasado, el propio Peng de su personal dijo que la Covid-19 aceleró un cambio en el orden internacional, declarando que «China avanza, Estados Unidos retrocede».

Suavizando la situación Yuan Peng negó en la entrevista que China anticipáse el declive terminal de Washington, e insistió en que «China está mirando una tendencia general de 100 años o incluso cientos de años, no limitada a nada específico».

En conclusión, los estadounidenses han debatido si el Gobierno del presidente Joe Biden es lo suficientemente duro con China, con relaciones profundamente tensas entre Estados Unidos y China que muestran signos de un ligero derretimiento.

Beijing en el declive de Estados Unidos. Incluso Nicholas Burns, el nominado de Biden para embajador de Estados Unidos en China, dijo el miércoles que Estados Unidos no debería sobreestimar el poder de China y que tenía «confianza en nuestro propio país».

Desde la perspectiva de Beijing, según Yuan, la rivalidad entre Estados Unidos y China se vio en el contexto de los esfuerzos de Beijing para lograr «el gran rejuvenecimiento de la nación china». Atacó la política de Biden de tratar de competir y confrontar a China, al mismo tiempo que llamó a la cooperación en temas específicos como el cambio climático y la no proliferación.

La crítica del Estado chino proviene del enfoque del Gobierno de Biden de competir con China desde «una posición de fuerza», alegando que era una interpretación de la narrativa basada en un concepto hegemónico de «el poder es la verdad». Dado que China no tiene la intención de desafiar o incluso desplazar a Estados Unidos de la región.

La idea, oficialmente negada, ya estaba «clara» cuando en un discurso a los líderes provinciales de China, en enero, transmitido por los medios estatales chinos, Xi Jinping declaró que el ascenso de Oriente y el declive de Occidente son cambios sin precedentes, que el mundo ha visto el desarrollo de China.

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