Kiev. Ucrania ordenó ayer a sus tropas atrincheradas en la acería Azovstal, de Mariupol, deponer las armas, tras casi tres meses de resistencia a la ofensiva rusa que ha arrasado a esta ciudad portuaria del sudeste de la nación eslava.

El mando militar superior dio la orden de salvar las vidas de los militares de nuestra guarnición y de dejar de defender la ciudad, declaró Denys Prokopenko, comandante del regimiento Azov, una de las unidades ucranias en la acería.

El Ministerio de Defensa ruso difundió un video en el que se ve a soldados salir de la planta, algunos con muletas. La evacuación permitirá igualmente extraer a los muertos.

Espero que pronto las familias y todos en Ucrania puedan enterrar a sus combatientes con honores, agregó Prokopenko en un video divulgado en Telegram.

Horas más tarde, Igor Konashénkov, vocero del Ministerio de Defensa ruso, confirmó que su ejército liberó totalmente la siderúrgica tras la rendición de los últimos soldados atrincherados.Desde el 16 de mayo, 2 mil 439 nazis del Azov y militares ucranios bloqueados en la acería se rindieron. Hoy, 20 de mayo, el último grupo de 531 combatientes se entregó, detalló.

Konashénkov precisó que el jefe del batallón nacionalista Azov se entregó a las fuerzas rusas y fue evacuado en un vehículo blindado especial para evitar que sea agredido por habitantes hostiles. Los túneles del lugar, donde se escondían los combatientes, pasaron bajo control completo de las fuerzas armadas rusas, agregó.

El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, informó al presidente Vladimir Putin de la finalización de la operación y la liberación de la planta y la ciudad de Mariupol, reportó la agencia Interfax. Destacó que Moscú está cerca de controlar totalmente la región separatista de Lugansk, en el este de Ucrania.

Kiev desea intercambiar soldados de Azovstal por prisioneros rusos, pero las autoridades prorrusas de la región de Donietsk afirmaron que algunos podrían ser juzgados.

La toma completa de Mariupol le da a Putin su mayor victoria militar en la ofensiva que comenzó el 24 de febrero. Controlarla permite a esa nación crear un puente terrestre con Crimea, anexionada por Moscú en 2014, y también priva a Ucrania de un puerto clave en su economía y vida cotidiana.

La ciudad sufrió varios de los peores momentos de la guerra. Se calcula que de una población de 450 mil habitantes antes de la invasión, quedan 100 mil personas, muchas de ellas atrapadas sin comida, agua, calefacción ni electricidad.

El asedio y los bombardeos a esta estratégica localidad portuaria del mar de Azov han dado pie a numerosas acusaciones de crímenes de guerra, incluyendo la de un ataque contra una maternidad, y se teme que hayan dejado 20 mil muertos.

Por otra parte, los combates arrecian en la región oriental del Donbás, que incluye las regiones de Lugansk y Donietsk.

El ministro de Defensa ucranio, Oleksandr Motuzyanyk, declaró que las fuerzas de ocupación rusas están llevando a cabo intensos bombardeos a lo largo de toda la línea de contacto y tratando de golpear con su artillería en lo más profundo de las defensas de las tropas ucranias.

Al menos tres personas murieron ayer en un bombardeo en la ciudad de Severodonetsk, en el este del país, informó el jefe de la Administración Militar Regional de Lugansk, Serhii Haidai. Las fuerzas rusas están rodeando esa ciudad y la vecina Lysychansk, separadas por el río Donets, que representan el último reducto de resistencia ucrania en la región de Lugansk.

Tras la toma de Mariupol, el Krem-lin redistribuirá sus fuerzas con rapidez en el Donbás, sin la debida preparación, lo cual puede provocar un mayor desgaste, afirmó el Ministerio de Defensa británico en un análisis.

En tanto, el gobierno de Putin estableció un centro operativo para reconstruir las repúblicas populares de Donietsk y Lugansk, declaró el viceprimer ministro ruso, Marat Jusnulin. Los militares rusos siguen de cerca el suministro de armas occidentales a Ucrania, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El Pentágono informó que no había indicios de que Rusia hubiera utilizado armamento láser en Ucrania, tras las afirmaciones de Moscú de que está desplegando una nueva generación de potentes láseres para atacar drones enemigos.

Las autoridades ucranias reconocieron que cerca de 300 mil kilómetros cuadrados del país, algo menos de la mitad del territorio deberá ser desminado tras la guerra.