Fuente: Portal Libertario OACA 14 Aug 2020 04:15 PM PDT
«Okupación» (con K) y ocupación (con C) determinando, considero necesario, dos “ramificaciones” en esta última; este asunto no ha sido nunca deliberado de una manera razonada y es que existe un incomprensible tabú a abordar esta materia que ahora nos atañe en buena parte de la “escena” de izquierda y también en buena parte de el “movimiento” anarquista. Comienzo la redacción de mi texto elevando la auténtica génesis de lo que es la “oKupación” un movimiento social que nace de una forma paralela a otros importantes movimientos como lo es el de la insumisión; el movimiento por la oKupación nace en la década de los 80 , a finales de 1984 concretamente, y más concretamente es Diciembre de ese año cuando data la primera oKupación que se dio en Barcelona, en principio fue un asunto de chavalada con unas ideas muy claras pero sin ser conscientes de que se convertirían en los “padres” de un auténtico fenómeno social que se expandió como la pólvora un año después, 1985, en sitios tan dispares como Lavapiés, en Madrid, Valencia y Euskal Herría (Bilbo e Iruña) específicamente. se conocida en como una manera de confrontar al gran negocio capitalista inmobiliario y al fraude del tan manido artículo de la constitución española que dice eso de “el derecho a una vivienda diga”.
El movimiento por la oKupación (o movimiento okupa) comenzó (y siguen haciendo y harán…) recuperando ostentosos (y generalmente en desuso) edificios pertenecientes a importantes entidades bancarias o grandes corporaciones empresariales, e igualmente también había oKupaciones (insisto sí, con “K de Kilo”) en antiguas e inutilizadas sedes administrativas o judiciales, la premisa siempre era que dichas edificaciones estuviesen vacías y desaprovechadas; dichos espacios voluptuosos eran reconvertidos en importantes y accesibles espacios sociales y culturales orientados a diversos ámbitos en los que se podía disfrutar de sesiones de teatro y ocio alternativo, como local de ensayo para grupos musicales y conciertos en vivo, también se albergaban como espacios de reunión de grupos ecologistas, sindicatos estudiantiles , charlas, debates, conferencias contraculturales…hoy día aunque el movimiento okupa no tiene la efervescencia de entonces a raíz de diveros cambios legislativos que agudizaron su represión, continúa hoy en base a los llamados Centros Sociales o Centros Sociales Okupados, con multitud de actividades tanto de ocio como de necesidad social manteniendo las anteriores y enriqueciéndolas como labores de asesoría jurídica gratuita a personas en situación de vulnerabilidad, bancos de alimentos, mercados de intercambio de productos, talleres de defensa femenina, artesanía,comedores sociales, festivales con fines recaudatorios por motivos represivos o por causas diversas…etc.
A partir de aquí ya me dirijo al “quid de la cuestión”, a las “ces” de la discordia; como dije antes voy a “ramificar” a la C en dos partes, llamémosle C parte 1 y C parte 2; Pues bien, en la C parte 1 tenemos a todas aquellas personas, ya sean individualidades o familias, que, generalmente ajenos a movimiento social alguno y con el único fin de la subsistencia debido a problemas causados por este aberrante sistema capitalista, ya sean circunstanciales o indefinidos , se ven abocados a la disposición como sea sin poder meditar unos medios o fines, a instalarse en una vivienda; en este caso de la C parte 1 generalmente suelen tratarse de familias numerosas y con hijos menores a cargo, este tipo de personas deciden instalarse en viviendas vacías de diversos tipos como viviendas propiedades de entidades bancarias, promociones inmobiliarias (edificios enteros incluidos) que una vez construidas su ejecución de venta ha quedado paralizada. Muchas de estas familias también eran pagadores habituales y puntuales de cuotas hipotecarias o de alquileres, en el caso de los primeros fundamentalmente se ha tratado de letras hipotecarias relativas a la vivienda antigua, de renta antigua, viviendas situadas en puntos estratégicos de grandes conglomerados urbanos en donde sucios empresarios vampiros del dinero han optado por sacar jugo, en conveniencia con muchos de estos ayuntamientos y en aras de los planes de gentrificación en donde estos vecinos y vecinas han resultado molestos para sus bastardos intereses, estos son los llamados fondos buitre.
Ahora sí que alcanzamos al auténtico “quid de la cuestión”, la C parte 2 o lo que quizás más que ocupas deberíamos haber utilizado la calificación más justa y razonable que es la de parásitos; en este tipo de ocupas nos encontramos con quienes generalmente se nutren y alimentan del esfuerzo ajeno, gentes que no tienen escrúpulos y que no titubean ante la primera oportunidad que se les pueda presentar y estas oportunidades, para ratas de esta condición, son siempre las más fáciles a materializar como entrar por la fuerza a instalarse en la casa de aquel hombre que está pasando una temporada fuera de su hogar cuidando a su madre con edad y enfermedad avanzada, o simplemente el de aquella curranta que sale fatigada de trabajar en la empresa logística y se encuentra con la “sorpresa” de aquellos que llevaban tiempo observando y vigilando sus movimientos.
Esta serie de parásitos no se suelen conformar con invadir la humilde privacidad física de estas personas, sus lugares de reposo y realización familiar y personal, sino que en su metodología “de manual” causan destrozos, suciedad y originan enfrentamientos y crean mal rollo con el resto de la comunidad vecinal, además del trapicheo y menudeo de drogas y mierdas que general actos delictivos en todas las calles cercanas, en ocasiones saltan varios escalafones y se lanzan a “emprender” el realquiler de las casas que han oCupado anteriormente, lo que ya provoca el derrame del vaso en la situación insostenible…Si lo sé, me saldrán iluminados diciendo que la delincuencia en las barriadas obreras es la de guante blanco, la de los buitres de los fondos de inversión que ya antes he citado y demás alimañas especulativas, esto es de sobrado conocimiento y considero un menoscabo a mi inteligencia el andar “recordandolo” pero también dañina es la “práxis” que irrumpe la vida ordinaria de de un vecino o vecina de esa barriada, comenzando por el hecho de que violenten y se instalen en una casa pagada con el sudor prolatario de un trabajo obrero.
Conocemos de sobra la existencia y “práxis” de los negocios inmobiliarios, de las entidades financieras, de los fondos buitres…pero por supuesto esto no exime de enfrentarnos y denunciar públicamente a los sujetos de “nuestra C Parte 2”, quienes someten y atemorizan a esos proletarios y pequeños propietarios, porque propietario no es sólo el marqués o terrateniente que exprime y explota al temporero vulnerable, sino todos aquellos que con su esfuerzo currante se pagan un techo en el que reposar y disfrutar del tiempo familiar o individual que les permite el ámbito salarial esclavo. En otras tantas ocasiones, estos mismos trabajadores, por mérito de ellos mismos o sumando sus condiciones a las de sus compañeros o compañeras de vida y sentimientos, logran con más esfuerzo el conseguir una segunda residencia ya sea en el medio rural o en algún lugar en torno a la costa; esto tampoco puede ,bajo ningún concepto, justificar el allanamiento de ningún tipo de parásito e incluso por muy desahitada que esa casa pueda parecer como por ejemplo que esté desocupada en buena parte del año ya que es habitada en las épocas festivales; no puede haber parásito que se crea en capacidad de obrar de beneficiarse del trabajo de otros, es una vivienda con una titularidad personal y una primera vivienda que es necesidad vital del ser humano, allí hace su morada, reposa tras la fatigosa jornada laboral, forma una familia, se alimenta, ve crecer a sus hijos e hijas…
La segunda residencia es un peldaño más en la calidad de vida de alguien, de esa misma persona pero como en los casos anteriores sin mediar en ningún momento la explotación del hombre por el hombre, de cosecha propia.
Debemos establecer unas diferencias claras para discernir entre la C y la K, al igual que debemos discernir claramente entre la propiedad y la propiedad…propiedades de grandes latifundios, marqueses, aristócratas, bancos, administraciones…y propiedades logradas mediante el esfuerzo cosechado como producto del trabajo esclavo asalariado, de horas extras en la fábrica, de fines de semana con dolores de lumbago, vista cansada, ansiedad y estrés.
Alimentar el tabú, es otorgar el parasitismo, es contribuir a la confusión por acción u omisión sobre todo alimentando las posiciones fascistas que engloban al asunto de la ocupación indistintamente con C o con K tergiversando y manipulando burdamente para que la gente “condene” socialmente por igual a activistas e impulsores de dinámicas sociales y culturales con las garrapatas que chupan la sangre del vecino.
Hay que movilizar la denuncia social a los rapaces de la gentrificación, a los especuladores del suelo pero también a los rapaces del esfuerzo ajeno, a quienes en lugar de dar la patada a la puerta de la casa del banco, se la dan a la de la vecina y también , extensible, a quienes enturbian la tranquilidad, paz y el sosiego en las barriadas obreras.
León Darío