Nuevos retos para sindicalismo alternativo en Catalunya…

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/nuevos-retos-para-el-sindicalismo-alternativo-en-catalunya-por-una-renta-basica-incondicional                                                                                                                Anna Alcalà                                                                                                                              Enric Noguera                                                                                                                         Héctor Sin                                                                                                                       Sergi Raventós                                                                                                                        Xavi Xhinaski                                                                                                             31/01/2020

Nuevos retos para el sindicalismo alternativo en Catalunya: por una Renta Básica incondicional

Desde hace un tiempo en Catalunya venimos presenciando como se está recuperando poco a poco la afiliación sindical. Si bien los sindicatos mayoritarios como UGT y CCOO tienen las mayores cifras de afiliación (148.060 y 146.773 respectivamente en el 2019) otros sindicatos alternativos cómo la CGT, la IAC y la CSC han incrementado su afiliación en los últimos años y en algunos casos lo hacen a un ritmo considerable.

Algunas de estas fuerzas cómo la IAC han impulsado y convocado activamente las últimas huelgas generales que se han vivido en Catalunya. Es el caso de la gran huelga general masiva en Catalunya del 3-O del 2017 en protesta por la represión policial del Referéndum del 1-O, las dos últimas huelgas generales consecutivas de mujeres el 8 de marzo y la otra huelga general del 18 de octubre del 2019 contra la sentencia del Tribunal Supremo por las condenas a los y las presas políticas catalanas.

El hecho de que la IAC y la CSC fuesen los dos únicos sindicatos convocantes de la gran huelga contra la sentencia del Tribunal Supremo guarda una relación importante con el notable aumento en afiliación y representación de estos sindicatos. La posición de la IAC por el derecho a la autodeterminación y por los derechos nacionales ha sido una constante desde su fundación hace más de 20 años. Reconociendo al pueblo de Catalunya como sujeto político con la capacidad de decidir lo que libremente decida, por la libertad de los presos y las presas, el retorno de sus exiliados y exiliadas y contra la represión en todas sus formas.

La IAC (Intersindical Alternativa de Catalunya) es la cuarta fuerza sindical en afiliación después de UGT, CCOO y CGT en Catalunya y es desde hace un tiempo la primera fuerza en representación sindical en el ámbito de la enseñanza y en la Administración pública de la Generalitat. Es una organización con más de 14.000 afiliados integrada por siete sindicatos sectoriales y entre ellos la USTEC que es el principal sindicato en la enseñanza, con más de 7000 afiliadas.

Hace 10 años la IAC tenía sólo 8.400 afiliados. Este crecimiento de afiliación en los últimos años seguramente tiene que ver con diferentes motivos, pero algunos de ellos tal vez sean los siguientes: ser un sindicato alternativo, comprometido con las luchas de los movimientos sociales y el hecho de que los representantes sindicales dispongan de autonomía para negociar en los centros de trabajo y que no sean las cúpulas sindicales las que impongan qué y cómo hay que negociar en esos centros.

Otra importante razón que ha aumentado a buen seguro la afiliación a un sindicato alternativo y combativo como la IAC que no hay que olvidar ha sido la implicación y apoyo en algunas luchas sindicales que se han dado en los últimos tiempos en sectores laborales muy precarizados y explotados, como es el conocido colectivo de las Kellys (limpiadoras de habitaciones de hoteles) y los repartidores de empresas como Deliveroo o Glovo. Ser un sindicato activo y comprometido en las luchas de la clase trabajadora más precarizada y con menos seguridad en el empleo y menos derechos sindicales es algo cada vez más necesario en un contexto donde millones de personas sobreviven por debajo del umbral de la pobreza y un 14% de la población trabajadora está considerada cómo pobre a pesar de tener un empleo, pues en muchos casos el empleo no garantiza unos mínimos para satisfacer las necesidades materiales básicas.

Formar parte activa de diferentes luchas de los movimientos sociales como por ejemplo BCN no está en venda, una plataforma activa en la defensa de la vivienda y la lucha contra la especulación, la Plataforma 3-octubre de sindicatos alternativos y creada para la gran huelga general del 3 octubre de 2017 o la más reciente Plataforma Aturem la Llei Aragonés para denunciar y parar el proyecto de Ley que puede facilitar la entrada de empresas privadas para la gestión de servicios públicos en Catalunya, por citar sólo algunas en las que la IAC ha ganado un reconocimiento de determinados sectores sociales.

Creemos que nuestro sindicato tiene aún mucho recorrido por delante y en los próximos años va a ser importante poder formular propuestas ya no sólo de resistencia, sino también de combate para pasar a la ofensiva.

Propuestas como el aumento sustancial del salario mínimo ya están en la agenda gubernamental, pero son fundamentales otro paquete de medidas para poder revertir la situación devastadora que buena parte de la clase trabajadora está padeciendo después de las últimas reformas laborales y de la adaptación del sistema capitalista a los nuevos tiempos y que ha comportado medidas austericidas y recortes de los sistemas de protección social por cuenta de los sucesivos gobiernos.

En el próximo congreso de la IAC que tendrá lugar en abril, las propuestas de la Renta Básica, la lucha por la reducción de jornada sin reducción de salario y el establecimiento de una renta máxima tanto del trabajo como del capital van a formar parte de un paquete de medidas de lo que consideramos medidas imprescindibles que contribuyan a mejorar la distribución de la riqueza y contribuir a disminuir las grandes desigualdades sociales y económicas estructurales que genera el capitalismo y que con la última crisis se han agudizado considerablemente.

Creemos los que firmamos este artículo que hay muchas razones por las cuales un sindicato como la IAC tiene que abanderar estas y otras reivindicaciones urgentes y necesarias para una buena parte de la ciudadanía. Aquí, y por una cuestión de espacio, nos centraremos en la propuesta de la Renta Básica.

La Renta Básica (RB) es una asignación pública monetaria incondicional y universal para toda la población, sin excepción. Esto quiere decir que la cobraría todo el mundo y sería compatible con otras fuentes de ingresos.

Una RB desde posiciones de izquierda implica que su financiación signifique una reforma fiscal que suponga una redistribución de la riqueza de arriba abajo: una transferencia de los más ricos a la mayoría de la población y no al revés, como se defiende desde algunos sectores neoliberales, donde una minoría parasitaria se enriquece a costa del debilitamiento del Estado del bienestar recortando sistemas públicos como la sanidad, la educación y los servicios sociales.

Actualmente hay alguna propuesta de financiación de izquierdas con la que nos identificamos y que tiene las siguientes características: a) la cantidad de RB estaría por encima del umbral de la pobreza, lo que para un adulto en Catalunya que viva solo equivale a unos 900€ mensuales b) la RB no estaría sujeta a la imposición del IRPF; c) la RB sustituiría a toda prestación pública monetaria inferior a dicha cuantía; e) su implantación no supone detraer ningún ingreso público por la vía del IRPF. El modelo debería financiar también los diferentes servicios públicos que se financian actualmente (sanidad, servicios sociales, enseñanza, etc.) y obviamente la misma RB que se propone.

Últimamente ha aparecido algunas encuestas en las que el apoyo a la Renta Básica es mayoritario. En el año 2015 en Catalunya el GESOP realizó una encuesta a 1600 personas en la que un 72% estaría de acuerdo con una Renta Básica y un 20% en desacuerdo.

Otra encuesta de hace unas semanas que se llevó a cabo sobre la percepción de la innovación en ámbitos como la educación o el empleo arrojó, entre otros resultados, que más de un 60% manifestó que estaría a favor de una renta básica universal e incondicional y el 46% estaría dispuesto a pagar más impuestos a cambio de que el Estado la pusiera en marcha. Unos resultados que son más favorables que en la misma encuesta de hace dos años.

Seguramente este aumento de su popularidad y apoyo creemos que tiene que ver con varias razones. Para enumerar algunas de las principales que coinciden diferentes autores:

1) El fracaso de los subsidios o rentas focalizadas para pobres en la lucha para acabar con la pobreza. La experiencia durante décadas en muchos países así lo confirma. Las trampas de la pobreza (aquella trampa que aparece por el hecho que los subsidios que se perciben no se pueden acumular con los salarios y por tanto no generan estímulos para aceptar ninguna ocupación a tiempo parcial o con cualquier remuneración), la estigmatización de muchos perceptores, la falta de cobertura total y el considerable coste de los controles administrativos son algunos de sus principales problemas.

2) La diversidad y cantidad de experimentos y experiencias pilotos en muchas localidades y países (Finlandia, India, Namibia, California, Kenia, Utrecht y Barcelona, entre otros) que en muchos casos han arrojado resultados positivos ha contribuido también a su difusión.

3) El incremento de los working poor es otra realidad social en aumento. Es decir, la población que, a pesar de contar con un empleo legal puede considerarse pobre. Después de las desregulaciones industriales y la destrucción del tejido productivo de amplias zonas geográficas emprendido desde hace décadas pero acentuadas a raíz de la Gran Recesión de 2008, además de las políticas económicas de recortes y austeridad impuestas desde la UE, la pobreza se ha extendido a nuevos sectores de la población, la mayoría de los cuales habían disfrutado de una posición socioeconómica relativamente cómoda durante los treinta años posteriores a la II Guerra Mundial, cuando el Estado de bienestar conoció su época más gloriosa en Europa. En Catalunya según el INE hay un 13% de trabajadores que a pesar de tener un empleo tienen rentas por debajo del umbral de pobreza.

4) La robotización y automatización ha comportado y conllevará la desaparición de muchos empleos (y no todos considerados de baja cualificación) y aunque hay controversia al respecto sobre la cantidad de los mismos que desaparecerán hay muchos informes y trabajos académicos que coinciden en que se está acelerando la pérdida de más empleos en tanto que no aumenta la creación de nuevos en la misma proporción.

5) Las condiciones de vida de una parte considerable de la población están empeorando desde hace años y las estadísticas en esto son abundantes en todos los terrenos: incremento de las desigualdades, aumento de la pobreza, persistencia del paro, proliferación del trabajo precario, pensiones insuficientes, desahucios diarios, etc.

Por poner algunos datos: El Reino de España es el país de la UE que tienen más peso los contratos eventuales y el 61% del trabajo a tiempo parcial no es deseado, mientras que en Europa es el 32,5%. En Cataluña cuatro de cada diez catalanes trabajan en condiciones precarias. Sobre todo, en sectores como la hostelería, la educación o el pequeño comercio.

En cuanto al desempleo, en los últimos 40 años la tasa de paro se situó de media en torno al 15% de la población activa.

Tal como decíamos al principio de este escrito, este conjunto de factores seguro que han contribuido a este grado de conocimiento y apoyo a la RB.

Pensamos que un sindicalismo alternativo cómo el nuestro que está en las luchas de los movimientos sociales y apoyando las luchas sindicales contra la precarización y por unas mejores condiciones de empleo como las Kellys o los Riders debe estar también en primera línea en la defensa de una protección social para toda la ciudadanía: ya sea para mayores o jóvenes, con empleos estables o precarios, mujeres u hombres.

Hay varias razones en la defensa de la Renta Básica incondicional que creemos son imprescindibles para los próximos tiempos y pueden contribuir a avanzar en el crecimiento y desarrollo de un sindicalismo alternativo, de izquierdas y feminista:

* Una RB suficiente para garantizar la independencia material equilibraría fuerzas respecto al empleador de turno. La seguridad de ingresos supondría impedir que la clase trabajadora se viera obligada a aceptar cualquier tipo de empleo bajo cualquier condición. La cantidad de empleo precario y temporal hace que mucha gente no pueda rechazar las ofertas de trabajo porque no tiene la posibilidad de decir «no» y debe bajar la cabeza ante verdaderos contratos y trabajos de mierda. El hecho de tener una renta básica cambiaría las reglas del juego y se ganaría en libertad efectiva para el conjunto de la población. Creemos que se ganaría en un empoderamiento individual muy considerable.

* También podría facilitar que fuéramos más libres a la hora de elegir entre un abanico más amplio de empleos, que fueran más gratificantes o mejor remunerados.

* Hay que insistir una vez más en la necesidad de acabar con la «cultura trabajista» hegemónica en nuestras sociedades occidentales, que se basa en conceder al trabajo asalariado la condición de eje vertebrador de la sociedad y la fuente de los derechos y obligaciones de las personas. En un contexto en el que el sistema productivo no puede absorber el excedente de mano de obra el trabajo asalariado no puede ser la única vía por la cual las personas accedan a los bienes públicos. Hay que desmitificar esta cultura si queremos que nuestras vidas sean mejores y podamos ser más respetuosos con el planeta en el que vivimos.

* Es conveniente recordar que una mayoría de trabajadores según muchas encuestas no se siente implicada en su empleo. Según una encuesta de Gallup sólo un 15% de la población mundial se siente implicada y contenta en el trabajo. Para mucha gente el empleo es una gran fuente de alienación y estrés que repercute considerablemente en su salud mental. El hecho de no tener una seguridad económica con el empleo temporal y precario actual genera una inseguridad psicológica que está contribuyendo al desarrollo de diversas patologías.

* Otra razón importante sería que en el caso de un gran conflicto laboral se podría generar una especie de «caja de resistencia» que en el caso de una huelga de larga duración podría tener una gran importancia para soportar la pérdida de ingresos salariales que suelen ser considerables y dotaría al conjunto de la clase trabajadora de más poder de negociación. Por tanto, se ganaría mayor fuerza colectiva que la actual.

* Una RB desde una perspectiva feminista podría suponer que las mujeres tuvieran más posibilidades de liberarse y de no ser dominadas por sus compañeros. La independencia económica que implicaría podría actuar como un contrapoder doméstico capaz de cambiar las relaciones de dominación y subordinación de muchas mujeres del hogar, especialmente aquellas que dependen económicamente de sus parejas.

Los que escribimos este texto pensamos que como sindicato es prioritario poder ampliar y reforzar el Estado del Bienestar con una propuesta que recupera la iniciativa en la lucha.

Una garantía de ingresos universal e incondicionales para toda la ciudadanía es una reivindicación que establece alianzas con muchos sectores de la sociedad que están sufriendo los embates de este sistema capitalista; es prioritario que aquella parte del sindicalismo que pone en valor los principios republicanos de ciudadanía y de defensa del derecho a la existencia material vaya ganando terreno codo con codo con otros sindicatos de todo el mundo que apoyan la RB: los laboristas del Reino Unido como el TUC, UNITE o GMB, el COBAS o la CUB en Italia, el COSATU en Sudáfrica o los compañeros de ESK de Euskal Herria que ya llevan muchos años defendiendo esta propuesta.

Para finalizar defendemos que, como sindicato alternativo, de clase, feminista y que lucha frontalmente contra la injusticia social y por la redistribución de la riqueza, no sólo no podemos quedar al margen de la Renta básica incondicional y universal, sino que debemos ser agentes muy activos en su impulso y su defensa, junto con otro paquete de medidas como la reducción sustancial de la jornada laboral sin reducción de salario y la imposición de una renta máxima. Ante estos retos tenemos que saber tomar el pulso a los tiempos. ¡Es una cuestión de emergencia social!

es delegada sindical de la Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC)
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