Neltume en la memoria:Testimonios (1981-2021)

Fuente: https://elsudamericano.wordpress.com/2021/07/02/neltume-en-la-memoria-testimonios-1981-2021/               

por Guillermo Correa | 30/06/2021

A 40 años de la formación del destacamento guerrillero «Toqui Lautaro» en las montañas de Neltume. Valdivia

El 27 de junio de 1981 el Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro (DGTL), integrado por combatientes-militantes del MIR, fue detectado por las fuerzas militares de la dictadura, interrumpiendo el proceso de desarrollo de la conformación de una fuerza guerrillera en las montañas de Neltume, proceso que solo alcanzó a implementar en forma parcial la etapa de exploración, conocimiento y acondicionamiento del terreno.

Hoy, 40 años después de dichos acontecimientos, Ibar Leiva Quevedo y Jaime Castillo Petruzzi, dos ex combatientes y sobrevivientes del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro,  entregaron sus testimonios, análisis e interpretaciones del significado de dicho proceso, como asimismo hablaron de las enseñanzas y proyecciones que de él se pueden desprender para las luchas populares de liberación del presente y futuro en nuestro país.

El Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume organizó ayer domingo 27 de junio del 2021 un Conversatorio virtual con estos compañeros denominado “Memoria Persistente: a 40 años del Campamento Toqui Lautaro”, actividad realizada en conjunto con la Radio Comunitaria Los Placeres, el Centro Cultural Roberto Matta y la colaboración de Red de Medios Radiales del Wallmapu y la Patagonia. Este encuentro fue moderado por Luis Cartes, profesor de Historia y encargado del área de biblioteca del Centro Cultural Mueso y Memoria Neltume.

Luis Cartes al introducir el tema manifestó que:

“la idea es que nos puedan contar el contexto político en que se da este hito y mirarlo también con perspectiva conversando en torno a ciertas continuidades históricas, proceso histórico y proyecto político que se expresó en ese plan y qué se puede observar en la actualidad , cuando vivimos un despertar de la lucha social y popular desde el 2019 en adelante…” Más adelante les planteó la siguiente pregunta para iniciar el Conversatorio: “cuál fuela  experiencia y por qué se desarrolla este proyecto guerrillero en la precordillera valdiviana.”

Transcribo a continuación algunas partes de las intervenciones:

IBAR:

“Soy militante del MIR desde inicios del año 70, en la zona sur, en la Araucanía, siendo estudiante de la Escuela Normal de Victoria. Como mi origen es de campesino me ligué tempranamente a las tareas con el MCR, Movimiento Campesino Revolucionario. En ese plano conocí a Paine que es el compañero que posteriormente fue el jefe del DGTL. Después del golpe militar fui detenido, preso, salgo al exilio y me radico en Holanda y es allí donde, reincorporado a la orgánica del Partido, del MIR, me ligo a lo que va a ser el proyecto guerrillero. Llega también a esa ciudad Paine y por lo tanto desde el primer momento tenemos contacto cercano, y cuando se  nos convoca, dada mi experiencia en el trabajo con campesinos, y además porque ya tenía algún nivel de experiencia militar, Paine me convoca a la tarea y por supuesto que me sumé con mucha alegría incluso.

(…) En relación con la Operación Retorno decir claramente que esta no es una operación militar, como se ha pretendido describir por parte de los aparatos represivos y la prensa al servicio del modelo, fue un Plan Político que definió el Partido por algunas razones bien específicas. Primero porque el Partido definía ya el momento como un cambio de la situación política en Chile; quedaba un poco atrás el repliegue de las masas y a nivel del Partido se empezaba a recomponer, y por lo tanto ya estábamos en condiciones de dar una respuesta diferente. La orgánica partidaria, se decía en aquel momento, ya estaba reconstituida en gran parte del país. También la existencia de muchos militantes en el exilio, en Europa y Latinoamérica, que por esos tiempos estábamos radicados por distintas razones por allá. Una gran cantidad de los compañeros habían salido desde las cárceles expulsados del país.

Había otro elemento que se tenía en cuenta y es que había importantes relaciones con países y organizaciones políticas de la izquierda a nivel internacional, Cuba, Vietnam, Libia, por nombrar algunos países, y además partidos políticos y distintas organizaciones a nivel de todo el mundo.

Estas eran un poco las condiciones que hace de que el Partido se plantee el Plan 78, como fue conocido por nosotros, y que en su ejecución práctica le denominamos el retorno al frente.

En relación a por qué la cordillera de Valdivia hay varios elementos. Lo primero es que allí hay un historial político, el Partido tuvo mucha presencia y condujo todo lo que fue la conformación del Complejo Maderero de Panguipulli. Las tomas de fundos estuvieron lideradas por compañeros, había un grupo importante de militantes del MIR en esa zona, y también había mucho reconocimiento y cariño por parte de la población hacia nuestros militantes.

El otro elemento que define el por qué esa zona son las características topográficas, la extensión del terreno. Hay que saber que en esa zona es donde Chile en su territorio es la extensión más grande de terreno que hay aquí. Por otro lado esta es una zona que permite entrar y salir con mucha facilidad, retirarse hacia Argentina es muy factible y trasladarse hacia el centro y sur de Chile también.

Otro elemento es que existía en el exilio muchos militantes que eran del lugar y esto supone un conocimiento básico de la población y del terreno en general. El Camilo, el Rigo, el Óscar, el Hugo, Víctor, el Pequeco, luego se sumó el Pedro, el médico, que también estuvo militando por allí antes del golpe. Por ahí también muy cercano estaba Jacinto, un compañero que tuvo responsabilidad de dirección del MIR en la zona y que por supuesto conocía perfectamente el lugar y mantenía relaciones con mucha gente del sector.

Entonces estos son los elementos que hacen que se configure el proyecto de conformación del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro. La responsabilidad recayó sobre Paine, que era miembro del Comité Central, el recorrió el exilio buscando a los compañeros, seleccionó a toda la gente, pasamos por Escuela y allí fue tomando forma este proyecto hasta que en algún momento estuvimos en condiciones de hacer ingreso a la montaña.”

JAIME:

“En mi caso muy joven salí al exilio, uno de los casos atípicos aquí en Santiago, porque a mí se me ordenó salir al exterior por parte de mi jefe directo en aquella época, contraviniendo la táctica y postura principista que tuvo nuestra organización de que “el MIR no se asila”. Era tan joven que cumplí 18 años en Francia. Salí por la frontera, con permiso notarial y llegué a Francia a cumplir mis 18 años a fines del 74. A inicios del 77 ya partíamos a nuestra formación político-militar para reintegrarnos  al trabajo partidario donde nos mandara la organización. Siempre tuvimos un nivel de compromiso total. Eso le decimos a nuestra familia, a nuestros hijos, nuestra entrega es parte de una generación que fue total. Para nosotros no había vida personal, vida privada, vida familiar; había estudios que eran congruentes con el desarrollo del compromiso político, y sobre todo lo que era la formación ideológica para ser más fuertes, más claros, más constantes, más consecuentes con nuestro compromiso. Parte de esa generación somos tantos compañeros y compañeras que lo dimos todo por el proyecto, todo por el Partido, todo por la revolución.

Cuando pasamos nuestra Escuela político-militar con varios compañeros que hoy día son héroes caídos en la lucha revolucionaria en Chile, cuando pasamos Escuela el único anhelo inmediato que teníamos era ponernos a disposición de la revolución popular sandinista. Estábamos en la isla cuando estábamos preparándonos para volver a Chile, pero a partir del año 78, fundamentalmente octubre del 78 que empieza la ofensiva revolucionaria estratégica en Nicaragua, lo único que pedíamos nosotros era integrarnos a las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional y ser participantes activos con los conocimientos que habíamos adquirido en las Escuelas que habíamos pasado y contrastarlos en la práctica, desarrollarnos, pulirnos, templarnos más en lo que era la lucha guerrillera concreta, el enfrentamiento directo con las fuerzas del Estado, del Imperialismo. Pero lamentablemente no se nos concedió participar junto al hermano pueblo nicaragüense, porque ya, como ha explicado el compañero Ibar, estaba avanzando raudamente el Plan Retorno y cada uno de nosotros tenía las tareas definidas. De una u otra manera se bosquejaba la estrategia para todo el sur de Chile, el teatro de operaciones sur, y dentro de esa estrategia cada una de las Escuelas y de los militantes, más o menos, estaban siendo destinados.

(…) Ingresamos a Chile, el grupo nuestro, a partir del año 80. En mi caso con la compañera Luisa entramos en el mes de marzo, el 08 de marzo del 80 para ser más preciso, pasamos por Santiago, avisamos que habíamos ingresado y nos fuimos a Temuco. Ahí nuestra misión era encontrarnos con compañeros que venían haciendo el ingreso por tierra, desde Argentina, el compañero Moisés, el compañero Hugo y el compañero Teo, y con ellos tuvimos el primer encuentro y el primer asentamiento de lo que era el grupo inicial, de la exploración del terreno por toda la zona de Coñaripe para arriba.

Así fue como se fueron concatenando los hechos. Todo el año 80 estuvimos desarrollando el compromiso en el monte, en las redes urbanas. A fines del 80 nos bajan a Santiago a hacer trabajo de enlace y comunicaciones con los compañeros de la Dirección Nacional, alimentando los frentes en el sur, y después nuevamente volvemos a subir en el mes de febrero.

¿Por qué volvemos a subir nuevamente al monte?, por cuestiones de golpes represivos. Lamentablemente el compañero Quinchavil y el compañero Campos fueron detenidos el 19 de febrero del año 81, ingresando también por tierra desde Argentina a Chile. Los compañeros fueron desaparecidos. Nosotros habíamos tenido una estrechísima relación con el compañero Campos, Campito, de hecho el fue nuestro jefe de red en La Habana, y el hecho de que el compañera fuera detenido puso en alerta a la Dirección, a pesar de que teníamos en Santiago una muy buena inserción, muy buen trabajo, estábamos haciendo un trabajo impecable hasta ese momento, cien por ciento afiatados en el terreno de la seguridad; de una u otra manera insertos en un medio, con leyenda en el barrio, en fin, teníamos buena disposición, buena movilidad, buena respuesta a las tareas que nos daba la Dirección, pero se optó por mandarnos nuevamente al monte.”

IBAR:

“Un día como hoy, 27 de junio, fuimos descubiertos en la montaña, pero detrás hay toda una historia, entonces quiero contar un poquito eso. Les decía en la primera intervención que fue el compañero Paine, como miembro del Comité Central, el que asume la responsabilidad de conformar lo que sería el Proyecto Guerrillero Toqui Lautaro. A mediados del 78 se comienza con convocar a los distintos compañeros en los distintos países donde se encuentran. El 79 ya estamos en Escuela, en La Isla, y se configura ya lo que va a ser el grupo de compañeros que va a ingresar a esa zona, porque en esa Escuela había también otros proyectos. Hay que mencionar que había un proyecto similar que contemplaba la ubicación en lo que es la Cordillera de Nahuelbuta, ahí también había un grupo importante de compañeros destinados a esa tarea.

Es a comienzos del 80, en marzo precisamente cuando ya comenzamos a hacer ingreso al territorio. Algunos compañeros lo hicimos a través de la montaña, otros lo hicieron en buses por la zona sur y a otros les correspondió pegarse el sustito de entrar por el mismo aeropuerto. Por ahí está Daniela que seguro se va a acordar de ese momento.

Fuimos poco a poco llegando el grueso de compañeros y ya en marzo del 81 es cuando definitivamente estamos todos. Somos 15 compañeros en la montaña y estamos estructurados como fuerza militar, como Destacamento, agrupados en tres patrullas, más el mando que estaba constituido por el compañero Paine y el compañero Pedro. Las tareas allí son múltiples porque lo que sabemos de la zona es muy poco. Si bien es cierto que había compañeros que eran de allí, pero su conocimiento era muy general, lo particular todo lo tuvimos que ir descubriendo por el camino.

Las primeras tareas fueron exploración, levantamiento de mapas, acondicionamiento del terreno, comenzamos la construcción de los tatús, que más tarde serían una tremenda herramienta de sobrevivencia. Además de todo el trabajo que se estaba haciendo abajo en función de la conformación de las redes de apoyo para resolver el tema de alimentación y materiales especialmente.

En el año 81 nos encontrábamos, después de muchos días de nieve, construyendo un tatú gigante, que en realidad era un tatú que iba a permitir pasar el invierno para todo el personal, pero junto con ello la construcción de algunos talleres. Por lo tanto la pega era como grande y estábamos en esa tarea, iniciando esa tarea. Ese día fue un día muy especial porque después de haber nevado mucho, ese día había sol y desde los árboles estaban cayendo pelotones de nieve que producían mucho ruido y, por lo tanto, no permitía escuchar. En ese tiempo nuestro principal sistema de alerta eran los ruidos, porque estando ubicado en plena montaña, cualquier ruido se escucha desde muy lejos. El cantar de un pájaro, el carpintero picoteando un palo o un animal que anda uno lo puede escuchar si está en silencio. Ese día no se podía escuchar nada por este ruido que producían los pelotones de nieve.

En eso estábamos, alrededor de las once de la mañana, cuando sentimos un grito y la primera ráfaga de un fusil sobre nuestras espaldas, muy cercana. Recuerdo haberme dado vueltas para mirar y el humo del fusil estaba a tres metros, más no. Pudimos salir del lugar felizmente y reagruparnos posteriormente. Sin duda alguna que nos impactó a todos, la sorpresa fue generalizada, por lo que la reacción es producto nada más que de la sobrevida. Felizmente luego comenzamos a recuperar la capacidad de pensar y nos fuimos reagrupando, y salimos allí de la zona agrupados en dos grupos diferentes que con el correr de los meses nos volvemos a encontrar y lograr recomponer el Destacamento.

Eso es a grandes rasgos el tema de la historia (…) pero es importante decir que fue una tarea trabajada como corresponde, con la responsabilidad que amerita hacerse cargo de un proyecto guerrillero que no era menor, y por lo tanto no hay improvisación. Uno puede reconocer que había muy poca experiencia al respecto y de esto me quiero tomar para hablar de la relevancia que tiene.

La experiencia, aunque militarmente fue derrotada, la experiencia práctica que deja es muy importante para el futuro, así lo creo yo.(…)  Creo que también es importante resaltar lo que fue la consecuencia política revolucionaria de los compañeros integrantes de esta experiencia, sin duda alguna. También un poco la consecuencia de la cultura del MIR. La gran mayoría de nosotros, aparte de ser miristas, éramos guevaristas, y no por el CHE simplemente, sino por todo lo que significa su legado como guerrillero heroico, entonces para nosotros no era nuevo asumir una tarea  de estas características, porque siempre había estado en nuestro pensamiento. La experiencia práctica va a quedar en la historia de la revolución chilena …”

JAIME:

“ (…) Este proyecto iba más allá de la lucha contra la dictadura, lo nuestro era la propuesta de un nuevo mundo, una nueva sociedad, la propuesta de la revolución socialista, avanzando hacia el comunismo, en el marco de una estrategia de guerra popular prolongada, en el marco de la construcción de diferentes fuerzas, en diferentes estadios geográficos, en diferentes niveles de acumulación y de desarrollo. Lucha urbana, lucha suburbana, lucha semi rural, lucha rural, lucha operativa, coyuntural, lucha táctica, lucha estratégica. Todas Conformaban diferentes elementos que coadyuvaban a tener una concepción amplia en el terreno de lo que es el desarrollo y la estrategia de guerra popular prolongada. Insurrecciones locales, parciales, regionales.

(…) Con Pequeco éramos los últimos, él era el último y yo el penúltimo, de la columna que se deslizaba ese sábado 27 de junio del 81, nos desplazábamos y en un momento dado nos atacan desde la espesura, sin ver nada, de noche, con nieve, viento, de un momento a otro empezaron a sonar los disparos desde el cerro hacia el río donde estábamos nosotros por el camino, y producto de eso, tanto el compañero Pequeco como mi persona quedamos desconectados del grueso de la columna que se dirigía hacia los lugares donde estaban los tatúes con el armamento. El compañero Pedro y no sé si el compañero Moisés, conocía  el lugar donde estaba, y en esa dirección se dirigían. En mi caso quedé absolutamente aislado en la mitad del monte, sin armas, solamente mi cuchillo de defensa personal, una barra de chocolate y un pedazo de charqui en los bolsillos. ¿Qué hacíamos en esa circunstancia, a merced del enemigo? Parapetado detrás de un gran árbol mientras nos disparaban y conminaban a rendirnos. En un momento escucho una especie de gran ruido, que puede haber sido un animal, o el viento, o la nieve que caía, pero me parecía ser el Pequeco que se deslizaba por ahí cerca, y nuevamente balazos. Durante unas tres, cuatro horas habremos estado bajo el fuego del enemigo. Siempre pensé que lo habían matado al compañero y me imagino que él pensaba que a mí también me habían dado, la cantidad de balas era impresionante, sin siquiera poder tirarles una piedra a los malditos para no delatar nuestra presencia.

En mi caso personal, tengo que decirlo acá, yo tomé la decisión, porque no tenía cómo contactarme con los compañeros en la espesura del monte y sin armas, sin brújula, tomé la decisión de bajar al llano y avisar al llano lo que había ocurrido arriba. Caminando llegué a Temuco el martes en la mañana tipo medio día. Parecía un mendigo con la ropa raída, sucia, la gente me miraba en la calle y decía de adonde salió este señor y yo haciéndome el loco, mirando para abajo, para el lado, y llegué a la casa de unos compañeros donde pudimos avisar lo que había ocurrido en el monte, que nadie creía, ningún compañero podía dar crédito a lo que había pasado. Cómo, cuándo, dónde, por qué… Así fue la historia por mi lado.

*

— Ibar explicaba en sus dos intervenciones el panorama general de lo que es la Operación Retorno y un primer concepto que creo que tenemos que tener muy claro es que la experiencia que el Partido implementó está lejos de ser un foco guerrillero. La teoría del foco esta circunscrita a las enseñanzas que nos dejó el Comandante de América, Che Guevara, donde él, a la luz  de lo que fue su experiencia de lo que fue la Revolución Cubana, el concibe el hecho de que un puñado de combatientes puede desarrollar una dinámica de confrontación tal en una zona geográfica específica y de ahí hacerla crecer como el foco guerrillero que en alguna medida él pensaba, creyó o analizó que fue la situación de Cuba. En Cuba, posteriormente, los estudiosos han profundizado mucho en esto, existió una situación pre revolucionaria, previa al desembarco de los compañeros el año 56, entonces no es casualidad cuando los sobrevivientes del desembarco incursionan en los inicios en la Sierra Maestra van contactando a comunidades campesinas levantadas, a centros poblacionales levantados, a dirigentes sociales, campesinos y obreros levantados, ligado esto además al trabajo interno que tenían en las ciudades los compañeros  del Movimiento 26 de Julio. Entonces se caracteriza la irrupción de la lucha guerrillera rural en Cuba en ese concepto de una situación pre revolucionaria, de alza del movimiento de masas, de profunda radicalidad de la lucha en las grandes ciudades, empalma perfectamente en eso.

Otras experiencias foquistas claramente conocidas en América Latina, en las ciudades, Brasil con Marighella, o en Bolivia la guerrilla de Teoponte, entre otras, fueron viéndose contrastadas con la necesidad de hacer un trabajo en profundidad en el seno de los pobres del campo y la ciudad, y la construcción de Partido, la construcción de redes, la construcción de los espacios políticos, orgánicos donde desarrollar esa conformación de fuerza militar, y eso es lo que reivindica el Partido en un concepto y estrategia de Guerra Popular Prolongada donde no cabe el concepto de creer que un grupo de combatientes va, como quien dice por arte de magia, a diseminar, difundir, la guerrilla. No es así. Eso es importante remarcarlo, que todos formamos parte de un complejo proyecto táctico y estratégico a nivel nacional, y sobre todo en el teatro de operaciones sur donde se iban a levantar tres frentes guerrilleros. Estaban claramente definidas las tareas, definidas las estructuras que iban a estar en la montaña, la logística, las redes de apoyo, el trabajo en los frentes sociales, sindicales, campesinos, de estudiantes en las ciudades. Todo parte de un gran complejo que estaba siendo desarrollado. Nos pillaron a media máquina a nosotros.

(…) Entonces reivindicar todo eso, la complejidad del proceso, la complejidad de la lucha de clases que enfrentábamos en Chile contra la dictadura, la enorme cantidad de errores que cometimos nosotros como militantes al ejecutar estas políticas, tenemos que ser en esto muy auto críticos. Por ejemplo, y eso es necesario decirlo porque es importante para todos nosotros, hubieron varios encuentros con campesinos, previos a la irrupción del Ejército en el Campamento, que se fueron lamentablemente sumando. Y la inteligencia del enemigo buscaba cuatreros, buscaba militares argentino, y también buscaba guerrilleros. No sabían ellos que es lo que tenían al frente, según las diferentes entrevistas, documentos, análisis que se han ido haciendo. Para ellos fue también una tremenda sorpresa encontrarse con un grupo decidido de combatientes de la Resistencia Popular en el seno de la montaña. Jamás hubieran pensado que en invierno, que la nieve te llega a un metro un metro y medio, en esas condiciones tan adversas geográficamente, iban a haber un puñado de compañeras y compañeros tratando de levantar una estrategia. Inédito para el caso de Chile.

(…) Quizás acá la gran limitante que tuvimos nosotros es que no teníamos autosuficiencia, no había qué cazar, qué pescar, para abastecernos, autoalimentarnos, entonces lamentablemente o necesariamente dependíamos de las líneas de abastecimiento que los compañeros desde el llano, como le llamábamos a las ciudades, mandaban para arriba. Igual eso estaba muy bien trabajado, el secreto nunca se develó, nunca se conocieron las estructura que compraban, almacenaban, llevaban hacia arriba y después nosotros las metíamos en los tatús, y como dijo en algún momento el compañero Moisés, Ibar, eso fue fundamental para la sobrevivencia de los compañeros que no pudieran romper el cerco. Se guardaron allí las armas, uniformes y también vituallas.

La situación lamentablemente no nos favoreció. Otro hubiera sido el cantar si es que hubiéramos estado armados en ese momento.”

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IBAR:

“Para complementar un poco lo que decía Jaime y para negar esta creencia de que el proyecto Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro estuvo orientado por la definición de foco. Definitivamente no fue así, y tanto es así que precisamente el tema del armamento, de por qué no se le dio prioridad uno a la subida del armamento tenía que ver con que había una gran definición que se había tomado y esa definición decía – y aquí respondo un poco al por qué se inicia la Operación Retorno y la línea de vuelta al frente es porque el Partido, y lo decía anteriormente, había definido que ya en Chile la situación de repliegue de las masas había terminado y que se venían encima grandes manifestaciones de masas, que es lo que pudimos ver después el 82 al 83- que nosotros deberíamos estar preparados como Destacamento para irrumpir en el momento en que se dieran esas grandes manifestaciones en las ciudades, y por lo tanto el entrar en combate no estaba definido a priori, sino que iba a estar en función de aquella situación. Se fijan. Entonces el ingreso del armamento no estuvo condicionado por la necesidad urgente de entrar en combate, de la tropa. Y pasa lo que pasa en definitiva, porque no estaba en nuestros planes la irrupción del enemigo antes que nosotros entráramos en acción.

Claramente no teníamos concepción de foco en la perspectiva de nuestro accionar.

Qué habría pasado, como dice Jaime, si estábamos armados, y también digo yo qué habría pasado si es que nosotros estamos en condiciones  en la montaña, con todo el conocimiento que ya habíamos logrado de ella, de entrar a accionar en función de las grandes protestas que se dieron a nivel nacional. Seguramente la situación habría sido otra, pero eso no fue así y claramente nos tenemos que quedar con un poco el sabor amargo de la derrota, porque nosotros llegamos allí no para ser derrotados, sino que para triunfar, y nos tenemos que quedar con el dolor de tantos valiosos compañeros caídos, pero también con el aporte de una experiencia que ahí está y que el día de mañana, si alguien piensa que va a subir a la montaña sabe, a diferencia de nosotros, de que tiene que llevar varias cositas consigo.

Creo que igual es valioso el aporte, la trascendencia de nuestros compañeros y la experiencia ahí está, y también la disposición de los que sobrevivimos a seguir siendo un aporte para la causa de nuestro pueblo ahí está.”

JAIME:

(…) A la luz de lo que ha pasado a partir del 18 de octubre, vemos como se han unificado las luchas, vemos como las banderas que se levantan, las canciones que se levantan, vuelven a serlas mismas reivindicaciones que nosotros levantábamos y enarbolábamos . Nos vemos ampliamente gratificados con todo lo que ha sido el despertar de esta revolución social que empezó en octubre del año 2019. Es decir, para los que combatimos en toda esa época de los 80 acá en Chile, decimos que la lucha, la entrega, fue un plus más a generar conciencia, a generar rebeldía, a generar organización, a generar lucha contra el capitalismo, contra esta sociedad que nos oprime en todos los terrenos.(…) Todo eso estalló con mucha fuerza a partir del 19 de octubre.

(…) Nosotros al inicio decíamos nuestra lucha no fue en vano, la semillita que plantamos no fue en vano, y ahí se veía en las manifestaciones en la calle, en las canciones, en las consignas, en reivindicar a nuestros caídos, a nuestras caídas. De eso se trata. El concepto de entender que toda la lucha, la historia de las luchas de nuestro pueblo, están marcadas por diferentes hitos de pequeñas victorias, hitos de pequeñas o grandes derrotas, pero que van constituyéndose en el acervo de la memoria del pueblo, en el acervo de la cultura de lucha de nuestro pueblo.

(…) Está todo por hacer. Hoy día, en plena pandemia siguen las movilizaciones, sigue  articulándose la resistencia al neoliberalismo de una u otra manera, en los territorios, en las propuestas. Personalmente soy de la opinión de que hay que utilizar todos los espacios posibles habidos y por haber, todas las formas de lucha habidas y por haber, no todas las formas de lucha menos una. Creo que hay que ser consecuente con lo que uno plantea y en este momento la batalla se está dando en torno a la constituyente, en torno a la nueva Constitución, en torno a fortalecer la organización de base de nuestro pueblo combativo en los territorios, a lo largo y ancho del país. Pienso que por ahí va.

(…) Quisiera reivindicar algo que fue el ADN de los miristas y que siempre fue planteado a la luz de la experiencia de las revoluciones mundiales, de la historia de las revoluciones mundiales, y es que nosotros siempre nos vamos a encontrar en el dilema de hacer reformas o revolución, revolución o reformas, siempre vamos a estar en esa  permanente contradicción en lo que es esta enorme y larga lucha de liberación de nuestro pueblo y nuestra América Latina. Un poco esa reflexión, estar atentos siempre  a las trampas político ideológicas que nos va poniendo el entorno, el lenguaje, la trayectoria, los compañeros que representan tal o cual tendencia, tal o cual propuesta y siempre abrir el camino, reforma o revolución y apuntar a lo que sean justamente experiencias como la del poder popular  en Neltume, o en los barrios populares de las grandes ciudades durante  la época de la Unidad Popular, o ahora mismo la construcción del poder popular en los territorios, donde de una u otra manera se va gestando  esta concepción de la necesidad de la unidad desde la base misma, bajo el concepto feminista, antipatriarcal, igualitario, absolutamente respetuoso del medio ambiente y sobre todo de confrontación  neta, de plano, frontal con el capitalismo y el concepto individualista de hacer historia y construir las sociedades. El pueblo ayuda al pueblo, solamente el pueblo ayuda al pueblo. Hay que reivindicar este concepto permanentemente.

(…) En cada espacio que podamos participar  hacer llegar nuestra voz a los compañeros y compañeras que nos escuchan, para  pedir, exigir, unir fuerzas , luchar a como dé lugar por la libertad de los presos políticos, por la libertad de las compañeras prisioneras políticas. Todos aquellos compañeros que han caído antes, durante y después del estallido social…”

IBAR:

“Estoy tremendamente optimista a pesar de que mi visión es un poco limitada por el hecho de estar viviendo en una comunidad bastante pequeña, con características especiales, creo que a diferencia de las grandes ciudades donde se puede palpitar de más cerca este renacer de la esperanza, cambia un poco la visión y ayuda a tener una mejor  idea de lo que está sucediendo. Pero desde acá, desde esta comuna y con las características especiales que tiene la Araucanía el Wallmapu, ciertamente que le da un tono distinto y que hace que, a lo menos en lo personal, esté bastante entusiasmado con la nueva etapa que se abre a partir del estallido social.

Creo que es un momento político complejo de todas maneras, mi optimismo también  a veces choca con la realidad objetiva que desde mi punto de vista personal puedo ver. Sin duda que la caída del socialismo soviético, Polonia, Libia, Alemania Democrática, el muro; el fracaso de la estrategia política de la izquierda revolucionaria también, que debemos asumir; la colaboración de clases del reformismo y la socialdemocracia; el hegemonismo del Imperialismo Norteamericano; el surgimiento del neoliberalismo y su penetración cultural en amplias masas populares; las secuelas traumáticas que dejaron las dictaduras militares con su reguero de muerte y laceraciones en nuestro pueblo, todavía están presentes dentro de las conductas de nuestra gente. Creo que allí todavía hay mucho que analizar.

(…) Es bueno ser optimista, creo que efectivamente hay situaciones que nos hacen pensar que estamos entrando en una etapa diferente, pero creo que todavía nos falta y allí yo echo de menos la organización, creo que la debilidad más grande que estamos teniendo en este momento es la organización. Le doy mucha importancia porque mi experiencia  política, de vida, parte desde la organización de las juventudes políticas de aquel tiempo, la militancia, la capacidad que logramos de análisis, de preparación, de manejo teórico, de manejo práctico, manejo político, manejo militar, la teoría marxista, el leninismo, son todos elementos que yo sigo reivindicando y que siento que todavía están en un nivel que necesitan ser puestos sobre la mesa.

Espero que en las próximas batallas vayamos ganando terreno también en estos aspectos. Hay mucha experiencia a la que podemos echar mano, a nivel mundial a nivel latinoamericano, a nivel de organizaciones revolucionarias, de experiencias prácticas, que no puede ser desconocida y que nos deberían dar un caudal de confianza y de posibilidad de éxito más allá de las improvisaciones.

Nos tenemos que seguir sumando y espero que las próximas batallas vayan configurando un panorama de transitar por una vía al socialismo que nos asegure que sí esta vez vamos a tener éxito.

Quiero reconocer en los participantes del estallido social la continuidad de los anhelos de justicia de nuestros compañeros caídos en Neltume, particularmente dada la ocasión que recordamos y la vigencia y la necesidad de recrear una política revolucionaria acorde con la complejidad política y social histórica actual. Decir con respeto y humildad que personalmente sigo pensando  que en teoría y práctica el marxismo leninismo es la herramienta central para el análisis y acción de las luchas actuales, y la visualización para la sociedad socialista como etapa necesaria previa al logro e instauración del comunismo y la liberación total de la condición humana.

Creo que el actual momento exige organización, más organización, más organización y unidad especialmente en los sectores revolucionarios. (…) Nuestros compañeros están presentes, hicimos el mejor de los esfuerzos, dimos lo mejor  de sí en aquel momento y con el dolor de haberles perdido, aquí estamos y seguiremos estando  al servicio de la revolución de nuestro pueblo”

INTERVENCIÓN DE DANIELA (MAYA):

“Desgraciadamente no pudo estar acá la compañera Bea porque está enferma, pero ella estuvo arriba en el monte con el grupo del Destacamento, porque hay que decir también que hubimos mujeres que estuvimos comprometidas con el proyecto y fuimos parte del proyecto. Yo me siento muy halagada de haber sido parte de este grupo, haber sido seleccionada por el compañero Paine, un tejedor enorme de relaciones humanas. Lamentablemente no alcancé a estar en la montaña, porque era del segundo grupo que venía.

Siento que ayer nos faltó ese momento que tuvimos hoy día en el estallido social. Ayer tuvimos el proyecto, unidades tácticas en el valle, Partido en las ciudades, pero nos faltó el momento, estábamos trabajando para ese momento y desgraciadamente nos sorprendieron antes de tiempo.

(…) Siento que en ese estallido faltó lo que teníamos en la primera etapa, faltó la organización, porque el momento de las masas, del rompimiento de las masas, no es tan prolongado en el tiempo y las organizaciones tienen que aprovechar ese momento, y el principal momento se nos pasó. Ahora hay que trabajar para reconstruir.

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