Fuente: http://loquesomos.org/mas-sobre-la-desglobalizacion/ El Financiero de El Garaje
El Financiero de El Garaje. LQS. Mayo 2020
Hace pocos días, en una reunión de Los Diálogos de El Garaje*, señalábamos que el marco global que define la situación actual es el de un frenazo (histórico) de la globalización. Las señales ya venían de antes: elección de Trump, Brexit y, sobre todo, guerra comercial entre USA y China. Y como telón de fondo, el desarrollo de la tecnología que permite producir más barato (robots) sin necesidad de ir a buscar mano de obra más barata a otros países.
Este fenómeno se mide en términos de reducción del comercio internacional. En 2020, según la OCDE, va a ser de entre el 13% y 20%. El Covid viene así a acelerar dramáticamente una evolución ya en marcha.
No hay día sin noticias en este sentido. Las últimas (del 15 de Mayo): Los USA amenazan con prohibir a Huawei comprar componentes en Estados Unidos (la guerra por el 5G es un elemento central en todo, todo, lo que está ocurriendo). Inmediatamente China, a través de Global Times, amenaza con investigar e imponer restricciones a empresas de EE.UU. como Apple, Qualcomm y Cisco.
Global Times decía hace unos días que la posibilidad de un conflicto armado USA-China es real. Es la primera vez que lo menciona.
Las consecuencias, incluso sin conflicto armado, pueden ser devastadoras. Macron ya ha pedido a las automovilistas francesas que repatríen su producción a Francia si quieren recibir ayudas. Imaginen lo que puede suponer la salida de Renault y Peugeot. Nissan ya anuncia la posibilidad de dejar Barcelona. Las alemanas ya comienzan a estudiar como ir reduciendo (coche eléctrico y Seat). España fabrica 5 millones de vehículos al año (representa el 6% del PIB) y todas las decisiones, referentes a todas las marcas, se toman fuera.
Y todo eso sin mencionar la debacle del turismo.
Hay que tener cuidado con lo que se desea, porque puede ocurrir. Criticar la globalización cuando no existía aún un modelo alternativo, desde una posición de falsa izquierda era, lo comprobamos ahora, temerario.
El modelo está roto. Ninguno de los mecanismos “normales” funciona. Solo se mantiene porque el Banco Central de EE.UU., la Fed (y, en menor medida, los otros bancos centrales) lo sostiene. Sin su intervención, el mercado de deuda habría colapsado, al igual que el de acciones. Y ya sabemos lo que comportaría el hundimiento del mercado de deuda.
La pregunta sigue siendo: ¿Hasta cuándo?
Quieren ganar tiempo para ir implementando el nuevo modelo del que ya vemos rasgos por aquí y por allí. No es seguro que lo consigan. Puede que, entre los dos, vivamos el hundimiento de todo el sistema financiero. Porque, no lo olviden, esta crisis es solo comparable a las de 1873 y 1929. Estamos viviendo un cambio de época.
* Diálogos de El Garaje:
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