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Los sindicatos denuncian el desmantelamiento de Renfe
Estos días, la huelga de maquinistas de Renfe está ocupando muchos titulares, la mayoría mostrando los inconvenientes para el público. Pero, ¿qué pide realmente el personal?
Antes de convocar la huelga que está teniendo lugar estos días, el 17 de agosto, el Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios (SEMAF) convocó una Comisión de Conflictos con el fin de llegar a un acuerdo con la empresa, pero, según el sindicato, el Grupo Renfe no mostró un interés real en la solución, así que el 7 de septiembre convocó varias jornadas de huelga que abarcaban desde el 30 de septiembre hasta el 12 de octubre. Por lo tanto, la empresa conocía la convocatoria tres semanas antes de su comienzo y, sin embargo, no lo notificó a los usuarios con la suficiente antelación —en el caso de los trenes de Cercanías, los horarios no se publicaron hasta un día antes—.
A pesar del ataque despiadado que, como de costumbre, reciben los trabajadores y trabajadoras en huelga, es imprescindible conocer sus motivos, ya que tienen un impacto directo en los usuarios y en el tipo de transporte público que se desea. Entre los puntos principales, el sindicato reclama el restablecimiento de los trayectos suspendidos durante la pandemia, así como del personal. Relacionado con esto, asegura que la empresa ha incumplido el II Convenio Colectivo del Grupo Renfe y que su voluntad de solucionarlo es nula, y reivindica que el Plan de Empleo se lleve a cabo y aumente la plantilla. Además, denuncia que esta situación ya era previa a la pandemia y que Renfe ha retrasado deliberadamente su aplicación para reducir el personal, en lo que se considera el desmantelamiento de un servicio que debe ser público.
Otro importante punto que causa preocupación y rechazo es el traspaso planeado de los trenes de Cercanías de Cataluña, Rodalies, por el perjuicio que causará en los puestos de trabajo y porque contraviene los acuerdos firmados en 2007, que impiden la segregación de la plantilla de Renfe. Asimismo, como denunciaba el sindicato CGT en agosto, una parte importante del personal de Rodalies entró en la plantilla a través de ofertas de empleo públicas y sus núcleos familiares se encuentran lejos de sus residencias de trabajo. Al realizarse el traspaso, podrían verse obligados a permanecer en Cataluña, dependiendo de los Ferrocarriles de la Generalitat Catalana y con unas condiciones laborales aún desconocidas. En su caso, SEMAF añade que es una preocupación en todo el territorio, ya que podría abrir la puerta a la división de Renfe en las diferentes comunidades autónomas.
Finalmente, en su comunicado, SEMAF añadía que Renfe ha incumplido «todos los apartados acordados para la desconvocatoria de la huelga del 12 de febrero de 2021».
Servicios mínimos antes de la huelga
Uno de los aspectos más criticados está siendo el incumplimiento de los servicios mínimos en algunos puntos, como en Rodalies de Catalunya y Cercanías de València y de Madrid. Según Renfe, hasta el viernes, 344 trenes que deberían haber circulado no lo hicieron. Por su parte, SEMAF insistió en que «todos los maquinistas con notificación de servicios han acudido a su puesto de trabajo» y acusó a Renfe de difundir acusaciones «infundadas», con el fin de eludir su responsabilidad. La Secretaría de Estado de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana fijó los servicios mínimos en el 65% para los trenes de Media Distancia, 72% para AVE y Larga Distancia y 24% para el tráfico de mercancías. En cuanto a los servicios de cercanías, tras el recurso del SEMAF porque la Administración pedía el 100% en hora punta y un máximo del 75% en el resto del día, la Audiencia Nacional acordó rebajar los servicios mínimos al 75% en hora punta y al 50% en el resto del horario, considerando «excesiva» la propuesta de la Administración. La sala sí aprobó el resto de porcentajes.
Precisamente, la situación que denuncia el sindicato es que, a pesar del aumento de pasajeros por el levantamiento de restricciones en la movilidad, hasta ahora Renfe solo ha recuperado, de media, un 65% —un 90% en cercanías— de los servicios que ofrecía antes de la pandemia. Por lo tanto, ya estaba en servicios mínimos antes de la huelga, algo que, como se ha expuesto antes, viene ocurriendo desde hace años por la falta de personal. De hecho, Diego Martín, portavoz del SEMAF, explicaba al diario Vozpópuli que «hay muchos sitios en los que los servicios mínimos se han calculado con respecto a los trenes que había antes de la pandemia», así que «en esas rutas no se ha notado la convocatoria de huelga». En definitiva, desde el sindicato consideran que todas estas políticas de empeoramiento del servicio y del personal juntas son parte de «un todo planificado por el Grupo para recortar trenes, recortar puestos de trabajo y recortar servicio al ciudadano».